Los Kirchner y la costumbre de dividir para reinar
POR ROSENDO FRAGA
El kirchnerismo ha aplicado con eficacia esta máxima en el campo político (la división de la UCR es un buen ejemplo de ello). Sin embargo, la actual protesta del agro muestra una cohesión con pocos precedentes en las últimas décadas.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Nueva Mayoría) No fue Maquiavelo quien inventó esta máxima en el Renacimiento sino que, desde la antigüedad clásica pre-cristiana, quienes han ejercido el poder la han utilizado.
No sólo se trata de enfrentar sectores entre sí, sino también dentro de cada uno de ellos y, sobre todo, alentar las inevitables aspiraciones a ocupar el lugar de los líderes, que existen en todas las organizaciones humanas.
El kirchnerismo ha aplicado con eficacia esta máxima en el campo político. La división de la UCR, entre la estructura tradicional que bajo el influjo de Alfonsín apoyó a Lavagna, el sector que liderado por Margarita Stolbizer se sumó a la Coalición Cívica y los llamados Radicales K, es un buen ejemplo de cómo el oficialismo, sabiendo aprovechar los errores de este partido, logró desarticularlo como referente de la oposición.
El secretario de comercio, Guillermo Moreno, ha utilizado también esta máxima, al provocar conflictos entre los distintos integrantes de las cadenas de valor, al transferirse unos a otros la responsabilidad por los aumentos de precios.
Frente a la potente protesta del agro, el oficialismo primero intentó quebrarla enfrentando entre sí a las cuatro entidades más relevantes del sector, que en esta oportunidad actúan con una cohesión que tiene pocos precedentes en los últimas décadas.
Sondeó la posibilidad de hacerlo con un subsidio destinado sólo a los pequeños productores, buscando a través de ello seducir a CONINAGRO y la FAA.
Pero los pequeños productores son los más combativos y este intento fracasó.
Aplicando la estrategia de Moreno con los precios, parece buscar ahora enfrentar entre sí a los distintos integrantes de la cadena de valor y para ello ha comenzado a otorgar algunos subsidios específicos como a la harina.
Pero aun siendo eficaz este tipo de estrategia con algunos sectores, ello no impedirá que la protesta continúe, mientras el gobierno no haga un cambio en su política.
Es que la estrategia de dividir encuentra a los productores en una situación anímica muy particular, la que ha tenido una expresión en la protesta dirigida contra el senador Urquía.
Este, quien juega un rol clave en el complejo aceitero, defendió las retenciones, mostrando que el frente de la cadena de valor agro-industrial no es homogéneo. Pero ello no sirvió para calmar la protesta sino, por el contrario, para exacerbarla.
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