viernes, 19 de febrero de 2010
UNITARIOS O FEDERALES
¿Unitarios o federales?
"Lo moralmente correcto,
rara vez es políticamente correcto". hgd
El federalismo es un sistema de organización territorial donde sus componentes (provincias o estados), son considerados independientes política y económicamente y se reservan el derecho a autogobernarse.
Estos estados o provincias a su vez delegan ciertas funciones en un poder administrativo central que atiende al interés común.
Un estado federal no sería sino la expresión de voluntades diversas unidas en torno a una necesidad de subsistencia.
Constituye la expresión más cabal de una democracia representativa.
Por otra parte cabe considerar que: “Dime de que presumes y te diré de que careces” tal cual reza el proverbio y se debe considerar que existen países que se autodenominan Repúblicas Federales, pero ni son Republicas ya que carecen de la necesaria división de poderes, ni son Federales porque todo el poder se centraliza, generalmente, en la voluntad de una sola persona.
Dicho en otros términos el unitarismo es una criatura que en su adolescencia se transforma en dictadura y que cuando pretende arribar a la adultez casi siempre descubre su vocación de tiranía.
Un estado federal exige: cumplimientos de las normas, seguridad jurídica y respeto por la ley, cosa que muchas veces asusta a quien se ha acostumbrado a vivir esperando al líder milagroso que prodigue bonanza sin esfuerzo.
ARGENTINA FEDERAL
Desde sus albores lo que es hoy Argentina, fue dominada por caciques locales unitarios o lo que sería peor, federales con vocación unitaria.
Con el orrer de los años estos caciques, debido a las necesidades de los tiempos modernos, delegarían parte de ese poder hacia un cacique nacional, un líder que asumiría el papel de Supremo Unitario.
Sin embargo, a pesar de la tradición, cada día son más los que reclaman la vigencia plena de un verdadero federalismo, sobretodo aquellos que se encuentran ligados a intereses del agro, principal perjudicado por el sistema feudal-unitario que logra transformar en miseria la oportunidad de bonanza.
En un sistema realmente FEDERAL, cada provincia o estado financia su funcionamiento con recursos propios, nadie ignora que en Argentina no es así, las provincias más pobres dependen de la “buena voluntad” del Poder Ejecutivo Nacional, son realmente cautivas del poder político centralizado.
Es por ello que cabe preguntar:
¿Cuántos gobernadores y políticos apoyarían la conformación de un Estado Federal?
¿Podrían algunas provincias mantener su independencia más geográfica y sentimental que económica o política y de no poder hacerlo, aceptarían integrar “regiones”?
En algunas provincias se calcula que el 80 % de los empleos provienen de la administració n pública que prodiga sueldos magros, pero a cambio, exigiría poco esfuerzo.
Por otra parte los gremios estatales como consecuencia del afán gubernamental de crear empleo público, o sea voto cautivo, cada día son más poderosos.
¿Es posible estabilizar una economía en estas condiciones?
Ni las “dietas” de los legisladores ni los ingresos de los funcionarios jerarquizados dependen de la economía regional, ellos tienen un estatus de “prosperidad” en medio de pueblos con necesidades básicas no satisfechas.
No será fácil el camino, existen demasiados intereses en pugna dispuestos a impedir que algo cambie.
En un estado federal los controles impositivos al ser descentralizados, generalmente son más difíciles de evadir.
El federalismo requiere orden, reglas de juego claras y respeto por las autonomías.
Las provincias a su vez, que asiduamente protestan contra la hegemonía del Estado Nacional… ¿Aceptarían graciosamente asumir responsabilidades que no le son habituales?.
¿Permitirían los cada vez más poderosos gremios estatales una administració n ordenada y eficiente?
Los políticos en un estado FEDERAL responden a sus votantes y no a las corporaciones partidarias.
El Estado Unitario Nacional obsesionado por atesorar poder, no destina fondos para generar energía eléctrica ni incentiva la búsqueda de gas en el subsuelo, la preocupación parece orientada solo a conservar el poder y ganar elecciones.
El federalismo no puede funcionar sin energía, sin rutas ni ferrocarriles adecuados y si se considera que las tarifas “nacionales y políticas” desincentivan la inversión privada en esos rubros, la transformació n se dificulta.
¿Es posible pensar en la vigencia del federalismo?
El lema de la Gaceta es: “Cambiemos para que cambie la política” y sobre todo en este caso también es aplicable.
En Argentina muchos debaten el sistema de gobierno y proponen un sistema parlamentario en lugar del actual que es presidencialista, pero habría que considerar que todo cambio en ese sentido no soluciona problemas estructurales, primero se debiera restaurar valores republicanos y a la vez crear las condiciones para transformar a la Argentina en un estado realmente federal.
¿Se animará el pueblo argentino a aceptar estos cambios? Esto exigiría abandonar hábitos, profundamente arraigados, no es lo mismo hablar de orden, que someterse a las normas.
Horacio Guido Dupuy
"Si no estás dispuesto a luchar por la libertad, prepárate para ser esclavo"
"No reclames Justicia, si no estás dispuesto a someterte a la Ley"
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