martes, 26 de octubre de 2010
CULPA DE TODO
POLICÍA: INSTITUCION O SUJETO, PREDESTINADOS A “TENER LA CULPA DE TODO”.
¡A ver, y para que definitivamente se entienda!. No existe en el Planeta Tierra, profesión más antipática que la de POLICÍA. Y el por qué es simple. Es la Institución que teóricamente está a cargo de: preservar el orden y asegurar la vida y el patrimonio de las personas. Digo teóricamente, porque en el caso de nuestro país, y debido a extrañas políticas de Estado, las Policías han dejado de cumplir con las obligaciones que hacen a su existencia misma.
Cuando digo la profesión más antipática, sustento la afirmación en base a que al ser humano, le resulta particularmente molesto que no le permitan hacer “lo que le viene en ganas”, ganas que tienen que ver con todo aquello que no se ajuste a derecho o implique el avasallamiento de los derechos de terceros.
En nuestro país, y posiblemente en alguno otro donde la Democracia como tal no existe o existe de manera más que “incipiente”, se le suele asociar a la anarquía. “Yo vivo en democracia, y entonces tengo todo el derecho del mundo de hacer lo que se me cantan las guindas”. Ésta es en realidad, la lectura que hacen algunos idiotas o distraídos del concepto.
Le invito entonces a que tomemos de ejemplo lo que habitualmente sucede durante el desarrollo de un partido de “FULBO” profesional o amateur, capaz de congregar un número importante o importantísimo de asistentes. Si antes, durante o finalizado el encuentro supuestamente deportivo, se arma un quilombo fenomenal en una tribuna y la autoridad policial no interviene, la culpa la tiene la policía. Si hubiera actuado en tiempo y forma, el quilombo se hubiera “evitado”. Pero vamos al ejemplo contrario dentro del mismo quilombo. En este caso, la policía interviene en la pretensión o obligación de terminar con el mismo. Será entonces que el quilombo derivó en situaciones extremas, a raíz de la “desmesurada” intervención policial.
Traslademos el ejemplo al devenir cotidiano. En un país que se precie de tal, es la policía y únicamente la policía, la encargado de preservar y mantener el orden público. Alterado el mismo y luego de las reconvenciones correspondientes, la policía está obligada a “reprimir”, palabra a la que el diccionario y como única acepción concede el significado de “restablecer el orden”. En un país en serio, igualmente a nadie le gusta que lo “caguen a palos” , así haya sido advertido que, “de persistir” en tal o cual actitud, correría semejante riesgo. En nuestro país, que no es un país en serio, esa misma represión, costaría al encargado de llevarla a cabo “su carrera” y hasta la posibilidad cierta de ir en cana por abuso de autoridad, de no mediar consecuencias fatales. Dentro de éste contexto, obviamente juega un rol preponderante el “criterio”, que no es otra cosa que “el juicio necesario” para discernir hasta que punto y en qué medida se debe actuar. ¡No es lo mismo reprimir una manifestación de amas de casa que expresan su descontento por una tremenda escalada en los costos de las mercaderías de la canasta básica, que reprimir una manifestación virulenta llevada a cabo por forajidos armados y encapuchados que arrasan con lo que encuentran a su paso. ¿Se entiende?.
De todas maneras, en mayor o menor medida. Ya en países como la gente o en países como el nuestro, la policía tendrá “LA CULPA”, con una sustancial diferencia. En los primeros se le exculpará y no habrá quien se “anime” a presentarse para reclamar o exigir la libertad de un detenido. En nuestro país, serán los mismos autores que no fueron detenidos, quienes se presenten, exigiendo la inmediata “libertad del compañero”, siempre claro está, acompañados de algún personaje dispuesto a sacar rédito personal de la situación.
Para concluir, permita que le agregue una sola cosa. Toda función policial es antipática y ya le he dado los suficientes argumentos que hacen posible que “así sea”. Eso sí, vaya Ud. a tocarle el culo a un Carabinero en Chile o a un Bobbie en Inglaterra y después me cuenta.
Ud. me dice que en nuestro país, hay policías buenos y policías malos. Es cierto, pero eso es materia de otro comentario que algún día y solo si me lo pide, abordaré.
Ricardo Jorge Pareja
parejaricardo@lhotmail.com
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