EL VENGADOR

DE VIDO, UNA PALOMA CONTRA LOS HALCONES DE LA AFIP

La venganza de Kirchner contra las empresas que no lo apoyaron contra Papel Prensa

Por Guillermo Cherashny para el Informador Público

Julio de Vido habrá suspirado en la mañana de ayer, cuando se publicó la noticia de que a Andrés Vazquez, ex director de la AFIP, se le descubrieron dos cuentas bancarias en el Caribe y Europa por U$S 461.000. Así supera a su jefe, Ricardo Etchegaray, quien tiene un piso en Punta del Este (en negro) valuado en U$S 400.000 dólares.

V{azquez fue el encargado de ordenar una “integral” al diario Clarín, en cuyo edificio irrumpió un verdadero ejército de inspectores. Una práctica desconocida entonces y que ya es muy común en nuestros días. Por ejemplo, ahora les vienen cayendo las integrales, casualmente, a muchos de los grupos empresarios -por ejemplo, Bunge y Born- que se negaron a concurrir a sentarse en la platea del show contra Papel Prensa organizado en el Salón Blanco de la Casa Rosada el pasado 24 de agosto.


La amenaza de las confiscaciones

Cuando le tocó organizar el megaoperativo contra Clarín, Vázquez recibió la orden de Etchegaray, que a su vez la escuchó de la boca de Néstor Kirchner, el verdadero autor intelectual. Cuando se produjo la inspección, se generó una álgida discusión entre Cristina y Néstor. El resultado fue una rápida retirada general del operativo, del cual ninguna autoridad importante del gobierno se quiso hacer cargo, ya que las arrugadas no tienen padre. El chivo expiatorio fue Vázquez, quien recibió esa buena compensación de parte del gobierno luego de ser desplazado de su puesto.

De Vido no quiere saber nada con esta ofensiva anti empresarial. Tanto la UIA como AEA estiman que el ciclo kirchnerista está terminado y ya descartan apoyar al gobierno. Plenamente consciente de que el empresariado está fuera de su control, Kirchner pasó ahora a la provocación y causaría el mayor daño posible en esta despedida de poco más de un año, tiempo más que suficiente para causar estragos desde el poder. Por el momento, el establishment resiste las “integrales permanentes”. Pero no hay que descartar que a los Kirchner se les ocurra quedarse con algunas empresas siguiendo el modelo que se intenta en el Papel Prensa. La confiscación a través de una combinación de leyes, decretos, presiones gremiales y maniobras políticas y judiciales es el verdadero temor de los grandes empresarios. Ellos piensan que el proyecto de participación de las ganancias de los trabajadores es sólo el puntapié inicial en este camino.