martes, 26 de octubre de 2010

TOBOGÁN


EL TOBOGÁN ENJABONADO


Son muchos los que harán cola detrás de los Kirchner
cuando llegue el momento de deslizarse. Los empu-
jará el fantasma de la anarquía que tiene caras y
gestos varios. La muerte del activista de izquier-
da destapó ollas de negocios sucios que abarca
a los protagonistas más impensados, incluído
Moyano. Los radicales creen que podrán ha-
cerse del poder pero no reparan que podrá
sucederles lo de siempre. Crece el temor
por el futuro pero todavía no se habla
en voz alta de un gobierno de Unidad
Nacional. La difícil esperanza.
por las derivaciones que ya se vislumbran.
la inseguridad se acentuará y Moyano
Por Carlos Manuel Acuña

Se aproxima el final de este difícil mes de octubre y no se cumplieron los vaticinios que aseguraban que sería el final del Kirchnerismo. Apreciamos que los pocos días que faltan para quitar la hoja del calendario no son suficientes para un drástico cambio político aún cuando las cosas hayan tomado ese rumbo peligroso y esperado por muchos. Esto no quiere decir que la República deba soportar al matrimonio para siempre, aunque en los planes figure el objetivo que mencionamos reiteradamente: suceda lo que suceda hará lo imposible para mantenerse en el poder, incluso más allá de lo que establece la ley.

Pero las cosas se complican hora a hora. El asesinato del activista de izquierda Mario Ferreyra y la gravedad de la señora que también recibió los balazos durante la emboscada sindical, producirá más reacciones que las previstas y complicará progresivamente al gobierno y su entorno, incluso a los más cercanos como Julio De Vido, por ejemplo, por las relaciones comerciales que lo unen con las partes enfrentadas y como se sabe, De Vido es Néstor y es Cristina y comaprte con sus bolsillos los éxitos y fracasos de éstos. Por eso tiene miedo como el matrimonio.

La investigación de los balazos, más allá de los presuntos autores materiales - por lo general en estos casos al intelectual jamás se lo encuentra - arrojó algunas sorpresas para los poco informados y reveló los negocios en que están involucrados sindicalistas, funcionarios K. y empresarios amigos, pero también los movimientos estratégicos de la izquierda más recalcitrante que aprovecha la oportuna muerte de uno de sus militantes para colocarse en la mejor situación posible para enfrentar lo que se viene. ¿Podrá convertirse en un fatcor de alternativa en esta tremenda crisis en que cayó el progresismo?¿Saldrá indemne de las salpicaduras que produce una de las crisis más profundas de la historia política de los últimos tiempos? Todo indica que los protagonistas, sin excepción, saldrán heridos de este fenomenal proceso, aunque con cierta coordinación, los grupos de las izquierdas se apresten a dar un paso adelante con miras a acercarse al poder. Los políticos parecen ignorarlo y como siempre lo hicieron en los momentos más álgidos de la vida institucional de la Argentina, miran hacia un costado con la esperanza de que alguien saque las castañas del fuego o lo que es peor, que las cosas se arreglen solas.

Como esto no sucederá, a medida que crece el escándalo de los vínculos que tejen una maraña de corrupción e intereses entrecruzados, Hugo Moyano y sus amigos, que esperaban acercarse a la victoria imponiéndose sobre los K. o al menos convirtiéndose en aliados indispensables para poder así integrar listas de candidatos y avanzar sobre el tablero político, ahora comienzan a empantanarse y afrontan más y más complicaciones que hasta pueden llevar al camionero a la cárcel. ¿Será éste el final o sólo el principio del fin de un ciclo que se alarga demasiado? Los indicadores parecen demostrar que todavía falta para la culminación del desastre, pero como se escribió una vez, todo esto se trata de la crónica de un final anunciado. Los Kirchner ya vislumbran que el camino se hace cada vez más pesado. Si arreglan con Moyano, éste los arrastrará en su caída y si no arreglan, el camionero, en la cerrazón de su pensamiento ambicioso, no dudará en enfrentar a quienes le dieron el poder hasta el que ha llegado.

Los Kirchner no son tan irresponsables como para no darse cuenta que caminan por la cuerda floja y que día a día, hora a hora se le cierran las salidas políticas en manos de los personajes más impensados. Uno de ellos es Daniel Scioli que puede aspirar a convertirse en una vía de solución para los problemas internos del justicialismo y anticipándose a sus aspiraciones, tomarse las medidas para la banda presidencial que espera ponerse algún día, tal vez después de un breve interinato de Julio Cleto Cobos. No son pocos los que hablan con el gobernador de Buenos Aires a quien parece que nadie le informó, ante su desconocimiento de la historia, de que su cargo padece de la maldición que impide llegar a la Casa Rosada como Presidente. De todos modos cabe preguntarse: ¿Surgirá una fórmula que exprese la necesaria Unidad Nacional que impida un enfrentamiento de insospechadas consecuencias...?

La República pierde día a día sus mercados tradicionales, Guillermo Moreno se esconde pues parece que entendió que su sola prsencia irrita a todos, aseguran que los directivos de Repsol están dispuestos a suspender sus actividades si persiste la presión sindical medida que arrastrará otras similares y mientras tanto, el Gobierno ya convertido en cortoplacista, espera entrener a la opinión pública con el discutido censo poblacional del que todos desconfían. El campo se apresta a una nueva batalla si es que avanzan ciertos planes y las noticias sobre corrupción, corruptelas, inseguridad que no se combate y vulneraciones de las leyes que llenan páginas y páginas de informes que dentro de poco saldrán a luz, suman elementos a la preocupación y hartazgo que sacude a los argentinos. Podríamos extendernos en especulaciones de toda índole, evaluar los alcances de conversaciones y propuestas que van y vienen por los pasillos del poder o sus cercanías, que llegan a Santa Fe y vuelven cargadas con las mismas incógnitas con que salieron disparadas en busca de una respuesta que no llega y así surgen más conversaciones y propuestas de lo que se supone, los radicales se frotan las manos convencidos de que finalmente se les dará la oportunidad de gobernar otra vez sin reparar que les podrá suceder lo de siempre - repetimos: lo de siempre - y sin darse cuenta, hacen cola para subirse al tobogán enjabonado para, sin saberlo todavía, deslizarse detrás de los Kirchner que saldrán disparados hacia una comisaría aunque esperan hacerlo con rumbo a España.

Esto último explica la ansiedad con que siguen el deterioro de Zapatero, ansiedad sólo comparable con la evaluación que hacen de lo que sucede en la Argentina, aunque no lo entiendan. Sólo saben que ya no controlan la situación, que perdieron su capacidad de iniciativa pero ignoran que la sociedad está quebrada en todos los sentidos y que llegará el momento de que los empujará hacia el tobogán que espera a muchos otros para un corto viaje invitados por la anarquía.

No hay comentarios: