martes, 29 de mayo de 2007

CHAVEZ Y LA DESTRUCCIÓN

CHÁVEZ Y SU OBRA DESTRUCTORA ---LUTO POR LA LIBRE EXPRESIÓN
“Radio Caracas Televisión hace un llamado a las autoridades nacionales y en particular al presidente Hugo Chávez Frías, para que reconsidere la decisión de cerrar un canal que tiene 53 años de historia, preferido por la mayoría de los venezolanos y del que dependen miles de familias. Se trata de una decisión política, contraria a la ley, que atenta como ninguna otra contra los derechos humanos, la libertad de expresión y el derecho al trabajo en Venezuela. Así lo han reconocido múltiples instancias internacionales. “Radio Caracas Televisión lamenta que la intimidación a que ha sido sometido el poder judicial en Venezuela no haya permitido que quienes administran justicia defendieran los derechos del pueblo venezolano, de todos nuestros trabajadores y de RCTV. Tenemos esperanza en que las instancias internacionales a las que hemos acudido en defensa de nuestros derechos, impartirán la justicia que nos niegan las instancias nacionales. “No obstante que nos oponemos a esta medida arbitraria, que busca controlar uno de los canales independientes que quedan en Venezuela, informamos a la opinión pública que nuestros ingenieros se han reunido con los técnicos del gobierno nacional con el objeto de cumplir la orden de salir del aire. Hemos informado al gobierno de la importancia de otorgar seguridad al personal del canal que a la medianoche del domingo, procederá a desactivar los equipos de transmisión propiedad de RCTV. “RCTV hace un llamado a los estudiantes, a los dirigentes políticos, a las organizaciones civiles y a todos los que apoyan de manera espontánea la causa de la libertad de expresión para que no caigan en provocaciones. La nuestra es una causa legítima por la libertad, basada en la no violencia, democrática y pacífica. “Por último, recordamos a las autoridades administrativas, civiles y militares, que están en plena vigencia las medidas de protección ordenadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en favor de todo el personal de RCTV y sus instalaciones”. El que antecede fue el último comunicado de Radio Caracas Televisión (RCTV), ya condenado desde hace tiempo por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, a desaparecer del aire. Cuando esta nota esté publicada ya se habrá consumado otro atentado a la libre expresión. A la medianoche de este domingo 27 de mayo de 2007 que acaba de transcurrir, las instalaciones, la antena y los equipos del canal con 53 años de trayectoria pasaron a manos del gobierno chavista, mientras otro crespón negro de luto cae sobre los ya escasos medios independientes venezolanos, especialmente por ahora los audiovisuales, gracias a la reafirmación de la dictadura bolivariana en base al lanzamiento del “socialismo siglo XXI” y su correlato, el Partido Socialista Unido (PSU), que según pretende el delirante Chávez habrá de ser la única expresión que agrupe a toda la izquierda del país. La primera reacción de Marcel Granier, presidente de Empresas 1BC, propietaria de RCTV, fue señalar que “no sólo es un atropello sino un ensañamiento; aquí ni la libertad ni la propiedad privada se respetan”, mientras los abogados del canal aseguraron que desconocían la decisión del Tribunal Superior de Justicia y que ni siquiera habían sido notificados formalmente del caso. En tal sentido Osvaldo Quintana, vicepresidente de Asuntos Jurídicos de RCTV, aseguró que “lo tenían escondido, jamás vimos ese expediente; quedamos en absoluta indefensión”. Después de asumir su cargo como presidente de Venezuela, Hugo Chávez ha sido un crítico sistemático de los medios de comunicación del país en general, amenazándolos hasta con el uso de la fuerza militar si no moderan, aflojan o cambian su cobertura, y en particular de RCTV por las críticas contra su administración, cuyas amenazas comenzaron a partir de 2002, cuando el dictador señaló públicamente el deseo de quitarle la concesión, cerrar la estación o decretar la eliminación de dicho canal. Desde su fundación, RCTV ya había enfrentado críticas de otros gobiernos venezolanos por mantener una línea editorial informativa independiente y plural, así como demostrativa de las ineficiencias y corrupciones gubernamentales. Las críticas del canal al gobierno de Hugo Chávez no han sido más que consistentes con dicha tradición. En uno de los blogs venezolanos que criticaron el cierre de RCTV, apareció un interesante concepto: “Hablaron que de un tiempo para acá la programación de RCTV es muy mala, que sólo pasa mujeres desnudas y que desinforma, además de tener una marcada línea opositora. Estos son los argumentos: que el canal promueve la ‘guerra civil’, que difunde la idea de que aquí hay una ‘dictadura’ y que además ‘no hay libertad’… Pero que se sepa, nunca se los ha escuchado hablar de guerra civil o promover algo así. Que se oponen al gobierno ¡sí!, que han ocupado el espacio de los casi extintos partidos políticos de oposición ¡sí!, pero de ahí a decir que nos estamos matando por cuestiones políticas es otro asunto. Algunos pueden opinar que aquí hay una dictadura y que aquí no hay libertades, pero eso no es ningún delito, eso es emitir una opinión, emitir un juicio sobre el comportamiento de un gobierno”. De acuerdo a cifras presentadas en la última semana por la encuestadora Hinterlaces, el 80% de la población venezolana está en desacuerdo con la medida que afectó a RCTV. En tanto, el mismo estudio indicó que dicha teleemisora duplicaba, con el 40% de las preferencias, la audiencia de su rival histórico, Venevisión, mientras que la estatal Venezolana de Televisión apenas alcanzaba al 10%.Lo que vendrá Los equipos de RCTV quedaron en manos de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL), quien ya asignó su uso al nuevo canal estatal Televisión Venezolana Social (TEVES), la que comenzaba a emitir en la misma medianoche de este domingo en que caducó la señal de RCTV, cubriendo la mayor parte del territorio. Según comentan medios independientes venezolanos, el apuro del gobierno para que salga de inmediato al aire la nueva teleemisora estatal hace que ésta, en principio, emita a lo largo de su programación videos –la mayoría provenientes de Cuba y otros países “amigos”- y algunos informativos y documentales propios. Seguramente se ocupará debidamente, también, como toda teleemisora oficial que se precie, de ensalzar la figura del presidente y de ridiculizar a la oposición. Muy probablemente sirva para el lanzamiento televisivo de Chávez, que así podría saltar con su programa radial “Aló presidente” a las pantallas de los televisores, haciendo padecer a los eventuales televidentes con las fatigantes horas de perorata que sufren hasta ahora los radioescuchas. Oscar Pérez, dirigente del movimiento opositor Comando Nacional de Resistencia (CNR), exigió a la CONATEL que si el nuevo canal estatal TEVES pretendía operar desde este mismo lunes, antes debía cumplir con la publicación de su grilla de programación en los medios gráficos, como lo dispone la denominada “Ley Resorte” (anagrama por Responsabilidad Social en Radio y Televisión). Aseguró que “sería un nuevo exabrupto del gobierno si esta televisora comienza a operar sin dar cumplimiento al artículo 18, apartado 1, de la Ley, que establece muy claro que los prestadores de servicios de radio y televisión deben publicar con anticipación, en medios de comunicación impresos, su parrilla de programación”. La citada “Ley Resorte”, sancionada el 7 de diciembre de 2004, es en los hechos otro elemento de control gubernamental para los medios audiovisuales. En medios independientes y opositores se la considera una "ley mordaza" y se la acusa de coartar la libertad de expresión o de ser un instrumento para lograr objetivos políticos. Como un ejemplo del férreo control que el gobierno, a través de su Ministerio del Pueblo de Comunicación e Información (MINCI) -eso de “ministerio del pueblo” rememora viejas denominaciones maoístas-, ejerce sobre los medios de prensa venezolanos, el MINCI había programado una “jornada extraordinaria” para este lunes, con el objeto de “monitorear el comportamiento de los medios de comunicación en la cobertura de la cancelación de la licencia a RCTV y el lanzamiento de la nueva televisora estatal”. Como se ha visto en las últimas horas en diversos noticieros televisivos, la cancelación de la licencia a RCTV y su salida del aire generaron en Caracas una oleada de protestas y marchas de miles de personas que se oponían a ese nuevo acto de censura de Hugo Chávez, realizadas de forma absolutamente pacífica. Sin embargo, el patético bolivariano no pudo dejar de dar rienda suelta a sus bravuconadas, primero mofándose de la condena internacional expresada, entre otros, por el Senado norteamericano y la Unión Europea, y luego –en otro de sus habituales ataques de delirios conspiranoicos- denunciando que “seguramente van a atentar contra la nueva televisora estatal y van a intentar impedir la salida de su señal”. En uno de sus discursos, Chávez volvió a advertir sobre supuestos planes de violencia para desestabilizar a su gobierno, señalando: “Si se les ocurre generar hechos de violencia se van a arrepentir, señores de la oligarquía venezolana y sus amos del imperio norteamericano, porque responderemos profundizando la revolución. No vayan a atacar, oligarcas, se los sugiero, se los recomiendo, porque tengo listo si hace falta el plan de contraataque”. Respecto de las paranoias presidenciales, cualquier parecido con lo que acontece actualmente en la Argentina es puramente casual. O no.Peligro inminente Paralelamente a los hechos que en los últimos días marcaban la salida del aire de Radio Caracas Televisión (RCTV), se desarrolló en la capital venezolana una reunión del Consejo Asesor de Telesur. Como se recordará, este engendro también fue lanzado por Hugo Chávez, que en su momento asoció en el proyecto a Argentina, Brasil, Cuba y Uruguay, con el objeto de enfrentar a los grandes monopolios de la comunicación que absorben la emisión de información en todo el continente americano, y que hasta el momento constituye un rotundo fracaso: Telesur sólo es difundido, además de Venezuela, en algunas poblaciones rurales de Colombia, Brasil, Perú y Bolivia. Respecto de su socio argentino, éste “generosamente” le brinda un espacio de media hora, a partir de la 1 de la mañana, en el oficial Canal 7. El encuentro citado, que concluyó este último domingo, contó con la participación, entre otros, de varios periodistas de izquierda, entre ellos el director del periódico “Le Monde Diplomatique” en español, Ignacio Ramonet, y el inefable diputado argentino y férreo “guardabosques” presidencial Miguel Bonasso. La reunión se efectuó con motivo de las jornadas de debate público que organiza la televisora multiestatal bajo el lema “El derecho ciudadano a informar y ser informado” –una paradoja ya que tenemos sobradas muestras de cómo son conculcados esos derechos ciudadanos-, y se debatieron temas como “Impunidad y poder de los grandes emporios de la comunicación”, “El uso del espacio radioeléctrico como bien público”, “La propiedad social de los medios”, “La responsabilidad de los estados” y “Alternativas a la situación actual”. Particularmente alarmantes resultaron los conceptos vertidos en esa reunión por el director cinematográfico argentino Tristán Bauer, miembro del Consejo Asesor de Telesur, cuando expresó: “Si somos capaces de adueñarnos, como ocurre aquí en Venezuela, de nuestros medios, estamos ante la posibilidad de crear una nueva televisión no sólo para América Latina, sino para el mundo”. Bauer agregó que la reciente experiencia de la creación en Argentina de la nueva televisora cultural “Encuentro” -en la que tuvo participación el ministro de Educación y candidato oficialista a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Daniel Filmus-, tiene “mucho que ver con la nueva televisora que propone Venezuela y los tiempos que viven los pueblos de América Latina”. Respecto precisamente de otros países latinoamericanos en relación a la “nueva televisión” y al cierre de Radio Caracas Televisión (RCTV), los mandatarios de Bolivia y Ecuador, Evo Morales y Rafael Correa –a la vez seguidores de Hugo Chávez-, ya están estudiando las formas de imitar la política del bolivariano de quedarse con los medios audiovisuales opositores y reestatizar los privados. Si a ello se agregan las expresiones de Tristán Bauer en la reunión de Telesur, en cuanto a “adueñarse de los medios”, se pueden pronosticar oscuros nubarrones en el horizonte de la diversidad de medios independientes y, sobre todo y como consecuencia, qué nos puede esperar a los argentinos y a la población de otros países sudamericanos sobre el futuro de la libre expresión. Habrá que tener en cuenta, en tal sentido, qué propuestas trajo en sus maletas a su regreso de Venezuela el diputado-periodista Miguel Bonasso, muy influyente en la pareja presidencial argentina, entre otras cosas en materia de políticas de comunicación. El caso es que la amenaza de esos oscuros nubarrones sobre la propiedad privada de los medios de comunicación y, en particular, sobre el derecho a expresarse libremente, bien podrían sobrevolar en cualquier momento sobre la Argentina, habida cuenta de que tener a los medios en su poder es la mejor arma de un gobierno para controlar a la vez todo el andamiaje del Estado, la oposición y la opinión pública. Si lamentablemente ello llegara a ocurrir, probablemente suceda si la pareja presidencial, ya sea “pingüino o pingüina” como suele decir el presidente Kirchner, logra perpetuarse unos años en el poder tras las elecciones de octubre próximo.Conclusión Un ex militar retirado venezolano, Iván Ballestero, que en un principio estuvo junto a Hugo Chávez y llegó a ser candidato a diputado, se pasó a la oposición cuando intentó que el presidente entendiera algunas verdades y observaciones. La soberbia y tozudez de éste –tipo Kirchner, ¿vio?- hicieron que el bolivariano, que está convencido de que hace todo perfecto, rompiera las relaciones con Ballestero, quien hoy conduce un programa radial, denominado “Plomo Parejo”, que milagrosamente se mantiene hasta el momento sin ser censurado por el chavismo. Hace poco tiempo entrevistó a un periodista cubano –protegiendo su identidad- que desertó de las “misiones” que Fidel Castro envió a Venezuela y que trabajó al principio difundiendo la ideología castrista en el país. Dicho periodista denunció la manera en que la revolución cubana maneja como “títere” a la revolución de Chávez, imponiéndole sus guiones, y predijo la inminente expropiación y coordinación de todos los medios de comunicación a través del Partido Socialista Unido (PSU) de Venezuela. Algo que acaba de verse con lo ocurrido a Radio Caracas Televisión (RCTV) y que sería sólo un primer paso. La entrevista prosiguió luego con las denuncias de todos los atropellos del régimen cubano en Venezuela y el establecimiento del sistema de inteligencia y seguimiento a los medios de comunicación. Fue así como el periodista cubano entrevistado señaló que fue obligado a trabajar con los Comités de Defensa Bolivarianos, como asesor en los Planes Temáticos para los medios de comunicación, en el Departamento Ideológico de Prensa de la embajada cubana y en el seguimiento de los periodistas Orlando Urdaneta y Napoleón Bravo, incluso enviando reportes detallados y grabaciones a La Habana. Finalmente, relató cómo fue humillado al manifestar su desacuerdo con lo que ocurría en Cuba y Venezuela, por lo que optó por desertar. Otra impactante entrevista de Ballestero fue la realizada al general venezolano Néstor González González, actualmente en la clandestinidad sin haber abandonado su país y por quien el gobierno de Hugo Chávez ofrece 50 millones de bolívares de recompensa. El militar, que también desertó y pasó a la oposición, denunció varios hechos de corrupción en el gobierno y otras graves cuestiones, como la cesión de territorio fronterizo de “libre tránsito” a la guerrilla colombiana de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y la reciente creación de las “guerrillas bolivarianas venezolanas”. En tal sentido, González González se preguntaba en la entrevista: “¡Desmiéntanme, presidente y ministros!; ¿o no hay guerrillas aquí en Venezuela?. ¿Para qué necesitan guerrillas?, ¿para soportar la ambición de Fidel Castro?, ¿la ambición de Chávez?. O como los árabes que tienen metidos aquí, en Margarita y otros lugares, que son terroristas. ¿Esto no se llama traición a la patria?”. También denunció “la influencia de los cubanos en todas las instituciones venezolanas y dentro de los organismos de seguridad”. Al mismo tiempo reveló que, aunque ello no se muestra en los medios, el presidente Chávez sabe que su gobierno “no tiene calle”, y coincidiendo con su entrevistador señaló que cada vez que debe salir a un mitín en alguna población “tiene que contratar autobuses y llevar la gente”, indicando que en algunos de esos mitines “le arrojaron piedras, lo silbaron y le hicieron un cacerolazo; no tiene pueblo”. En este punto debemos repetir lo dicho anteriormente: cualquier parecido con lo que acontece en la Argentina actual es puramente casual. O no. Por otra parte se recuerda que en 1963, en tiempos de la ex Unión Soviética, un miembro del entonces Buró Político del Partido Comunista, Boris Ponomarev, ideó lo que luego sería conocido, y muy promovido por la izquierda, como el “Nuevo Orden Informativo Internacional” (NOII). Con la excusa de “establecer un flujo libre y equilibrado de la información” –la “aldea global” que pretendía el canadiense Marshall MacLuhan, autor de la frase “el medio es el mensaje”-, en realidad el proyecto tendía a aplicar las ideas gramscianas de acceder a un control total de los medios de comunicación y los periodistas, además de la cultura. Este proyecto del NOII intentó ser desarrollado en la década de 1970 junto a otro denominado “Nuevo Orden Económico Internacional”. El primero estuvo a punto de ser aplicado en la Argentina, después de concluidos los procesos militares, durante los primeros tramos del gobierno de Raúl Alfonsín, a influencias de algunos periodistas de izquierda que por entonces habían desembarcado en diversos medios escritos y audiovisuales y en ciertas agencias de noticias, pero finalmente no se concretó. Ahora, la dictadura bolivariana de Hugo Chávez, muy probablemente orientada por la Cuba castrista, parece haber retomado esa idea o al menos parte de ella, a la luz de las políticas restrictivas que en materia de comunicación está desarrollando en Venezuela. ¿Ocurrirá algo similar en la Argentina, habida cuenta de las expresiones –e intenciones- de los delegados locales a la reunión del Consejo Asesor de Telesur, citada anteriormente?. El tiempo lo dirá. Habrá que aguardar, quizás, los resultados de las elecciones de octubre próximo.
fuente: Machado. Tribuna de periodistas

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