martes, 8 de mayo de 2007

SECRETO DE SKNASKA ( Tabano Informa)

EDITORIAL: EL MAYOR SECRETO DE SKANSKA
(Por el Lic. Gustavo Adolfo Bunse) (8/5/2007)

Todo el mundo sabe hoy, que algunos sujetos prominentes y conspicuos del Gobierno, han robado.

Ya ni siquiera la distracción o la ingenuidad les puede conferir el beneficio de la duda.

Y así como en el caso de las coimas del Honorable Senado, una conocida cáfila de ladrones ha permanecido impune, también en este caso, todo se va encaminando a que el esfuerzo del aparato gubernamental cumpla con su objetivo de cubrir las espaldas de esos sujetos y crucifique sólo a los sobornadores privados.

El gran caso “SKANSKA”, no tiene ni siquiera la prolijidad de las ingenierías de latrocinio a las que nos tuvieron acostumbrados los dirigentes políticos de los últimos 50 años.

Es, por decirlo de un modo magnánimo, una simple irrupción de carteristas en un pasillo sin salida.

Pero además, este Gobierno tiene una liturgia en la que resulta impensable que alguien pueda actuar en forma autónoma.

En otras palabras, por estar hoy preso de su autocracia, nadie le creería a este Gobierno que ha dejado descentralizar iniciativas de cualquier nivel, simplemente porque su estilo soviético es que todos respiren al ritmo del “supremo” y que además, agradezcan cada día, que se les permita hacer eso.

Antes bien, ni es posible que haya habido libre iniciativa de una sola de las funciones del Estado a través alguna de las carteras ministeriales, ni tampoco, parejamente, es posible que se haya podido descentralizar el robo en cualquiera de sus formas.

Solo Kirchner autoriza.

Y eso, en el Gobierno, es algo mucho más incorporado a los ojos y a los oídos de todos los funcionarios, que el propio uso de los símbolos que deben usar como disfraz obligatorio cada mañana.

El escudo, la escarapela y el Himno Nacional, pueden olvidarse en un escritorio como se olvida un antifaz, pero es imposible que alguien se atreva a dejar de tener en cuenta que :

Nadie, sin Kirchner, actúa.

Podría, en otro sentido ideal, servir para que no existan dudas de la autoría de los supuestos logros en cualquier área del progreso económico social.

Su autocracia, acaso provocaría, en tan insólita concentración de responsabilidades, que nadie dude en reconocerle el bronce de la historia, toda vez que, por suerte o por casualidad, lo que haya podido hacerse, tuvo una mano única muy visible en el timón.

Pero la autocracia… funciona también para lo inverso.

Es decir, ninguna trapisonda es imaginable a la sombra de un personaje que mantiene escayolados hasta a sus hombres más distantes.

Sólo Kirchner autoriza.

A nadie se le cruzaría por la imaginación insinuar algo diferente.

“Nadie sin Kirchner, actúa” es una ley no escrita que aceptan se les grabe en su piel con fuego, en la yerra rigurosa del ingreso al Palacio Real.

El latrocinio de Skanska, puede ser hoy tranquilamente la tumba política de un Gobierno que no puede excusarse en absoluto, si algunos sujetos, de entre sus filas, han organizado algún robo a su sombra y bajo su férula.

La estadística dice, sin embargo, que hay una enorme chance de que todo quede impune.

Para la posteridad y para el juicio de la historia, ha de quedar sin dudas, el mayor de los secretos de SKANSKA.

Un secreto guardado en el acrónimo que, en verdad, encierra el nombre de esa curiosa empresa sueca.

Porque SKANSKA es, en secreto, una sigla :

Sólo Kirchner Autoriza, Nadie Sin Kirchner Actúa

Lic. Gustavo A. Bunse
gabunse@yahoo. com.ar

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