Confucio, filósofo político y ético chino, vivió cinco siglos antes de nuestra era, en una época de degeneración del gobierno y ausencia de modelos morales. Destacaba el gran poder del ejemplo, la veneración a los padres y costumbres tradicionales, la obligación de todos los individuos de cumplir con rigor sus obligaciones y que los actos basados en las cinco virtudes- bondad, honradez, decoro, sabiduría y fidelidad -son el deber de los gobernantes. Influyó en la teoría política china hasta la dictadura comunista. Argentina vive un período de aguda degradación de su cultura, y el ejemplo del gobierno que llega a la ciudadanía, es la negación de las cinco virtudes. Los políticos instalados en el poder se sostienen sin moralidad, con ideologías perimidas o absurdas y utilizando grotescos mecanismos populistas, destructores de la democracia, que el pueblo deberá sufrir con desolación. Ignoran que la prosperidad de los pueblos solo se puede construir con el cumplimiento riguroso de sus obligaciones por toda la comunidad, y que el proceso es siempre largo y esforzado. El gobierno dejará una herencia de caída de valores morales y empobrecimiento, que requerirá décadas para superarla. Un país carente de educación ética, no puede mejorar a sus habitantes.
30/05/07
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@ fibertel. com.ar
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