Una periodista (Ruiz Guiñazú) ha embocado un reportaje a su majestad del atríl: el Presidente Kirchner.
Como en el tradicional juego latinoamericano del "balero", que tiene como elemento básico una bola con un agujero, atado por un cordel a un palito, nos daba en la infancia el placer y la alegría de atinar a embocarlo.
Las entrevistas y conferencias de prensa, que son habituales en todas las partes del mundo, para este gobierno son un fenómeno, como cuando la clavija atrapa la bola del también llamado "Bilboquet".
Sólo en la Argentina actual los medios viven suplicando que el mandatario se digne a estos eventos. Nuestra Historia, salvo una que otra excepción (si no me equivoco, Yrigoyen), jamás un presidente ha esquivado o se ha negado a una conferencia.
Es una forma de explicar al pueblo los temas que se mantienen en la nebulosa, ante la falta de comunicación sobre los destinos del País.
En algunos Estados es hasta una rutina, cuando no una obligación, responder preguntas -aunque sean molestas e incómodas- ante medios acreditados sin tendencia oficialista. A nosotros nos sobran los interrogantes sobre muchos temas y el temor al diálogo suele confirmar "sospechas".
Parece que fuera placentero, no escuchar opiniones encontradas, discrepancias etc., olvidando que la democracia se sustenta en el pluralismo de conceptos y en la información al pueblo.
¿Será el emboque mencionado, en esta era electoralista, un punto de partida para cambio del estilo atrilero?
Será muy dificil para Kirchner, enfrentarse con los consabidos interrogantes de un pueblo que quiere saber: quién, qué, dónde, cómo, cuándo y por qué?
De lo contrario es para pensar que el palo es chico, el agujero grande, coronado de "tachuelas" y expuesto a ser embocado en cada lance o pregunta sin respuesta.
Saludos.
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