domingo, 28 de junio de 2009
EL OCASO
ABC (España) - 28-Jun-09 - Iberoamérica
Néstor Kirchner, el ocaso de un ex presidente
por Carmen de Carlos
Al marido de la presidenta se le atribuyen las decisiones de Gobierno que merecen ocupar un espacio en la prensa. Entre éstas, el adelanto de las elecciones del domingo donde se renueva la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. Previstas para el mes de octubre, Néstor Kirchner, con el visto bueno de su mujer, decidió dar un golpe de efecto y cambiar la fecha de los comicios para este 28 de junio.
El golpe de mano, inicialmente triunfal, se ha convertido con el transcurrir del tiempo en dolor de cabeza para el matrimonio ya que los sondeos le conceden un empate técnico frente a la lista de otro peronista: Francisco de Narváez (Unión-Pro).
Si se confirman, el fracaso será épico y su obsesión por perpetuarse en el poder, bien sea a través de su esposa o por él mismo, pasará de inmediato a formar parte de una patología pasada. Kirchner, como se refiere su esposa al cabeza de lista de diputados de la provincia de Buenos Aires por el Frente para la Victoria, llegó de rebote a la Presidencia, en mayo del 2003.
El ex presidente, Eduardo Duhalde, se convirtió en su padrino político después de que algunos barones peronistas, como Carlos Reutemann, rechazaran su oferta. De este modo, por descarte, y gracias al rechazo que generaba Carlos Menem y de que éste se retiró del ballotage, llegó a la Casa Rosada.
Su carta de presentación era haber sido gobernador de la pequeña provincia patagónica de Santa Cruz, un lugar remoto donde no vivían ni doscientos mil habitantes. La mayoría, empleados de la Administración, cuyas arcas estaban repletas gracias a los impuestos a las petroleras y a la recaudación derivada de la pesca. Con la misma firmeza y autoritarismo que gobernó Santa Cruz dirigió el destino de Argentina hasta que, como si de un legado dinástico se tratara, cedió la Presidencia a su mujer en el 2007.
La segunda etapa, como suele suceder con las segundas partes, no está siendo buena para un matrimonio que forma sociedad política desde los años 70. Los malos modos, el ordeno y mando, los funcionarios salpicados por corrupción, la "guerra gaucha"o crisis del campo y el atropello a las instituciones, han provocado desgaste y falta de credibilidad en un hombre cuyo declive, si se confirman los sondeos, no tiene retorno aunque tanga garantizado un escaño en el Congreso. Dicho esto, lo mismo vale para su mujer y un Gobierno más cerca de las sombras que de las luces.
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