lunes, 4 de octubre de 2010
REINA POR HORAS
Cristina observó silenciosa a su marido aparentemente durmiendo cerca del mediodía. Se acercó a él con un espejo en la mano para ver si respiraba. Néstor se despertó sobresaltado temiendo un golpe de estado.
-Ahh querido, veo que estás bien. Te comento que me voy al Oktoberfest. Fui elegida la Reina…
La Feria de Francfort es un destino peligroso para Cristina
La Argentina es la 'Invitada de honor' en la Feria del Libro de Francfort, que visitará la Presidente de la Nación el martes 05/10. Parece que hay una historia de negociados que salpica a la embajadora Magdalena Faillace y la Fundación Exportar.
Por Ignacio Fidanza
Cristina continúa el tour de viajes: Partió hacia Alemania con una carga pesada.
El canciller Héctor Timerman es conocido por los diplomáticos por un sencillo “Twitter”, no “Twitterman” como le ponen los diarios, “Twitter” a secas nomás. Economía de palabras que no incluye intenciones despectivas.
Le empiezan a reconocer los diplomáticos, cierta habilidad para hacer payasadas en la red social, mientras detrás del telón avanza en una nueva era de relaciones carnales con Estados Unidos.
El giro de la política exterior argentina incluye sumar la mayor presencia posible de la Presidenta junto a líderes del primer mundo, espaciando los encuentros con Hugo Chávez y demás líderes “revolucionarios” de la región. Salvo claro alguna necesidad imperiosa, como solidaridad ante golpes de Estado o similares, que siempre queda bien.
Pero nada de esto desvela por estas horas a “Twitter”. Lo que le complica el sueño del canciller es una pesadilla recurrente: que la Presidenta en plenos fastos por la inauguración de la Feria del Libro de Frankfurt, que esta vez tendrá a la Argentina como “Invitada de Honor”, tenga que sufrir el papelón mayúsculo de un embargo sobre el stand nacional, impulsado por algún rencoroso bonista alemán, que sigue sin perdonar el default de inicios de la década. Y no se trata de un temor en el aire.
Un bonista llamado Wittig
En un frío octubre del 2009, un señor llamado Christoph Wittig, a la sazón bonista defraudado por el default argentino, se acercó a los tribunales de Frankfurt con un pedido inquietante: solicitó que se embargue el pabellón de la Argentina en la Feria del Libro de esa ciudad.
En la edición del año pasado la Argentina no era “invitada de honor”, pero tenía un interesante stand de poco más de 100 m2.
Pero el pobre Wittig sufrió una nueva frustración. El afilado estudio de abogados Cleary, Cleary, Gottlieb, Steen & Hamilton, que asesora a la Argentina en sus problemas con los bonistas, ya había tomado los recaudos del caso. La contratación del stand se había instrumentado a través de la Fundación Exportar que formalmente no forma parte del Gobierno argentino, ya que se trata de un ente mixto, con participación privada.
El oficial de justicia alemán le comunicó a Wittig la desafortunada realidad, pero le pidió que no pierda las esperanzas ya que, le anticipó, el año que viene Argentina será invitada de honor en la Feria y como tal deberá presentarse con un stand nacional y por lo tanto embargable.
Este precedente, manejado en el gobierno con tratamiento de secreto de Estado, obligó a funcionarios de la Cancillería, abogados de la sede de Frankfurt del estudio Cleary, directivos de Exportar y funcionarios de la Procuración del Tesoro, a comenzar un frondoso intercambio de papers, reuniones aquí y en Frankfurt, para evitar que un inoportuno embargo aguara la ansiada presencia de Cristina en una de las ferias culturales más prestigiosas del mundo.
Es que la propia Presidenta estuvo interesada desde el inicio en lograr que Argentina alcanzara esa distinción. Las negociaciones vienen de larga data y finalmente se coronaron en abril del 2007, cuando la Argentina y la Ausstellungs-und Messe, en su carácter de organizadora de la Feria, suscribieron el acuerdo que otorgó al país la categoría de “Invitado de honor”.
Logrado ese objetivo, se creó el Comité Frankfurt y Cristina puso al frente del mismo a su amiga, la embajadora Magdalena Faillace.
Una inquieta diplomática que durante el menemismo secundo a Jorge Asís en la Secretaría de Cultura y los Kirchner reciclaron como directora de la Mujer de la Cancillería.
¿Sobreprecios?
Faillace tiene trato directo con la Presidenta, para angustia de “Twitter”, que suma así un nuevo puenteo en su particular conducción del Palacio San Martín. Y amparada en esa relación, esta diplomática se permite ciertas prerrogativas que podrían coincidir con alguno de los tipos legales previsto en el Código Penal.
Situación que tiene al borde del ataque de pánico, al actual director de la Fundación Exportar, Juan Usandivaras, conocido en el pasado por su pasión por manipular estadísticas agropecuarias.
Es que para estar a la altura de su condición de “Invitada de Honor” la Argentina contrató este año un mega stand de 454 m2 que incluye 3 islas.
La mitad de este costo millonario deberá absorberlo la Fundación Exportar, que una vez más por sugerencia del estudio Cleary, será el vehículo de la presencia argentina.
Para el diseño y construcción del stand se convocó a una licitación en conjunto con las cámaras del sector (la Cámara Argentina del Libro y la Cámara Argentina de Publicaciones).
De la misma salieron preseleccionadas cinco empresas: Modolab, Grupo Ese, Hochmann, Display Internacional y Messe Frankfurt.
El comité seleccionador eligió a Modolab y Esse que deslumbraron a todos sus integrantes con propuestas innovadoras y de gran calidad, según se estimó. Pero fue en esa instancia que Faillace jugó su peso político: solicitó que le envíen todas las propuestas y luego sin mayor explicación las dio de baja.
La amiga de Cristian pidió que se declarara desierto el concurso y por un simple memo anunció que la construcción de pabellón estaría a cargo de los arquitectos Atilio Pentimalli y Carlos Dibar, aparentes ganadores de un “concurso” realizado por la Sociedad Central de Arquitectos, sin respaldo del Estado y de puro entusiastas nomás.
El único inconveniente es que este nuevo proyecto que fascina a Faillace habría costado bastante más caro que los preseleccionados por el comité, y para desesperación de Usandivaras es él quien debe firmar los cheques.
Riesgo de embargo
Sin embargo, como se dijo, la construcción del stand no es el único frente que desvela a los diplomáticos. Es que el artilugio de utilizar de “fronting” a la Fundación Exportar, cuando es tan evidente que se trata de una decisión del Estado, obligó a los asesores legales del gobierno a extremar las precauciones.
De hecho, el molesto Wittig casi consigue que le embarguen al país las 500 entradas de “cortesía” que la Feria le había reservado y hasta el uso del logotipo de la presencia argentina.
El 26 de julio pasado un tribunal de Frankfurt le otorgó ambos embargos, que obligó al director de la Feria, Jürgen Boss, a explicarle a la justicia de su país que se trataba de derechos de terceros y por tanto él no podía proceder a ejecutar la medida.
Pero el fallo encendió luces de alarma en el gobierno y se desplegó el 31 de agosto y el 1 de septiembre en Frankfurt, una cumbre entre los abogados Thomas Buhl y Wiebke Holzapfel del estudio Cleary, el doctor Alejandro Turyn de la Procuración del Tesoro y funcionarios de Cancillería, para ajustar la defensa legal.
Es que el riesgo excede el marco de la Feria. Durante la visita de tres días de Cristina a Alemania, se realizarán muestras en museos y otras actividades, todas pasibles de embargos.
De hecho, en el gobierno hasta se analiza la posibilidad de solicitarle a la Presidenta que por esta vez se abstenga de viajar en el Tango 01.
O por lo menos que se solicite una invitación oficial del gobierno de Alemania, para que la aeronave goce de la habitual inmunidad que se les otorga en esos casos.
En el sistema judicial alemán es el oficial de justicia quien determina si procede o no un embargo, de manera que desde el estudio Cleary iniciaron discretos sondeos sobre estos funcionarios para evaluar los riesgos.
Tan exhaustivo fue el trabajo de estos abogados que intentaron “blindar” los bienes trasladados a Alemania, que recomendaron bajar de la muestra un registro de inmigrantes, ya que el mismo pertenece a la Dirección Nacional de Migraciones y por ende, sería embargable.
Además, se instruyó al personal del stand argentino que ante la inoportuna aparición de un oficial de justicia con una orden de embargo, se cuiden de aclarar que es la Fundación Exportar y no el gobierno, el responsable del espacio.
Es más, las propias autoridades de la Feria de Frankfurt le hicieron saber al gobierno su preocupación ante la eventual irrupción de bonistas en la muestra cuando se haga presente Cristina y se cuidaron de puntualizar que si la misma es “pacífica”, las leyes alemanas no les permiten impedirla.
La misma incomodidad que podría ocurrir durante la gala del martes a la que está invitada Cristina y que se celebrará en la Opera de Frankfurt.
Acaso hayan sido estas prevenciones las que llevaron a la Presidenta a limitar su presencia en esta ciudad por unas breves horas, no sea que una protesta de bonistas termine empañando su cumbre con Angela Merkel, la líder del país que alguna vez puso como modelo para la Argentina.
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