sábado, 31 de marzo de 2012
IMPORTACIONES
Restricciones a las Importaciones en Argentina:
El mundo pide que Argentina
desmonte sus barreras a las importaciones
Por Martín Simonetta,
Director Ejecutivo, Fundación Atlas1853
Contacto de prensa: msimonetta@atlas.org.ar – 11-5119-6640
Más allá de su pertenencia a la Organización Mundial del Comercio (OMC), club de países orientado a promover el libre comercio global, Argentina no cesa en su política de freno al ingreso de productos del mundo al mercado local.
Ante esta situación, un grupo de 40 países –entre ellos Australia, Corea, Estados Unidos, Israel, Japón, Nueva Zelandia, Noruega, México, Panamá, Suiza, Tailandia, Taiwán, Turquía y la Unión Europea- han formalizado una presentación ante la OMC a efectos de revertir la cuestión.
Paradójicamente, el poco escuchado mensaje de los sectores productivos locales en favor de eliminar las restricciones a las importaciones implementadas a partir de Licencias No Automáticas, ha encontrado aliados en algunos de los países que exportan o tienen interés en vender a la Argentina.
Más inflación, menos competitividad
La inevitable consecuencia de años de elevada inflación está haciendo lo esperable: acrecentar la pérdida de competitividad de la economía argentina.
La desmesurada emisión monetaria ha generado un natural incremento de precios, situado en el 23% anual según mediciones privadas. Mientras los precios subieron por el ascensor, el tipo de cambio lo hizo por la escalera. El resto de la historia la conocemos: serios efectos sobre la competitividad del sector privado, a través de un encarecimiento de las exportaciones argentinas y un abaratamiento de los bienes del mundo en términos de los domésticos.
De esta forma, Argentina se ha constituido en un país caro. Un indicador –informal pero efectivo- es el índice Big Mac, elaborado por la revista The Economist, que posiciona al país entre las siete naciones donde son necesarios más dólares para adquirir esta hamburguesa global.[1]
Mientras diversas consultoras coinciden en la existencia de una recesión o la amenaza de la misma, la “morenización” del comercio exterior (en alusión a las políticas del Secretario de Comercio Guillermo Moreno) resta oxígeno a un sector privado que muestra signos de agotamiento.
Más allá de la búsqueda de competitividad proclamada en los discursos oficiales de la Argentina, no parece existir voluntad política de realizar giros de timón serios en el rumbo económico. Esta enorme inflación -que quita competitividad a la economía argentina- parece ser bienvenida –incluso- en las reformas que “flexibilizan” la acción del Banco Central y sus potenciales efectos inflacionarios.
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