lunes, 22 de diciembre de 2008

DROGAS..............

MAQUINAS PARA PRODUCIR PLACER

Por Claudio Izaguirre (*)

Cae de maduro que la noche Argentina está plagada de todo tipo de peligros, entre los que indudablemente gobierna la comercialización y el consumo de todo tipo de drogas. El alcohol ingresa para desinhibir y luego las otras drogas aparecen para editar una y otra vez la obnubilación como parte de un juego macabro que finaliza con el alba, muchas veces tapizada por las paredes de un hospital. La producción y la comercialización que dan lugar a la enorme oferta de drogas, tantas veces negadas por la autoridad nacional, moviliza a grandes grupos de adictos que buscan dentro del abanico de la oferta ilegal, las drogas de diseño para someter a las adolescentes cuando encuentran dificultades para saciar sus deseos.

Entre las drogas de diseño el POPPERS, de la que habló DIARIO POPULAR ni bien apareció en el mercado argentino, cuenta con mayor fama. Como dilatador de esfínteres juega un papel fundamental al momento de intentar abordar sexualmente a las jóvenes menos precavidas. Por su poder hipnótico la adolescente queda a merced de quien le ha hecho oler el frasco, pero tiene la dificultad de tener una duración no mayor a los 3 minutos, tiempo en que hay que reeditar la inhalación para mantener a la víctima dominada.

Otra droga muy buscada es la escopolamina o burundanga, de la que ha dado cuenta ampliamente este diario y cuyo efecto durará por lo menos 48 horas, anulando completamente los sentidos pasado los primeros cinco minutos de la ingesta. La persona, si bien en apariencia está despierta y alerta, en realidad no tiene noción de tiempo y espacio, sufriendo la amnesia total de lo vivido durante las primeras ocho horas.

La yumbina (también conocida como jombina o yhoimbina) es un peligroso afrodisíaco muy buscado por los adolescentes, que ya han dejado de utilizar el cortejo y la seducción como metodología para atraer al sexo opuesto. De forma mecánica y sin la pasión que se imprimía en otras épocas al arte del amor, donde el romanticismo vestía las relaciones interpersonales ha dejado de existir y ha dado paso a un nuevo estilo relacional: simplemente con un cuarto de pastilla o un gotero aplicado a la bebida de la adolescente más cercana o apetecible se llega a satisfacer el instinto animal.

Yumbina como la reina de las relaciones vacías, suscita solamente el intercambio de fluidos, sin poder amortiguar la soledad y promoviendo el aislamiento espiritual del adolescente que indudablemente lo embarca en la depresión, que será combatida con la próxima dosis. Los jóvenes juegan a ver quién llega primero al estado de coma, mientras las adolescentes se convierten en elementos acosables y perfectas máquinas para producir placer, desapareciendo el concepto de ser humano, para convertirse en un elemento descartable de uso perenne.

Los adolescentes, cada vez más se van acostumbrando a las sensaciones mecánicas producidas por la ingesta de diferentes sustancias, perdiendo quizá para siempre las emociones tan necesarias para fortalecer el espíritu. Esta ecuación, incomprensible muchas veces para los adultos, distancia cada vez más a las generaciones, construyendo abismos emocionales entre los integrantes de las familias. Los abismos separan a los seres humanos y desintegran la sociedad.

Mientras tanto, y frente a la impertérrita negación de algún funcionario, la cartelización en la producción y comercialización de drogas, impulsa la venta minoristas de todo tipo de basura que convierte a nuestros jóvenes en verdaderos toscos animales irracionales, que manejándose puramente por instinto llegan a cometer terribles daños morales, físicos y espirituales a los que tienen la desgracia de cruzarse en su camino durante el período de consumo.

(*) Claudio Izaguirre - Presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina - Diplomado en Adicciones (UTREF) Entidad Miembro de ONU DC - Delegado por Argentina ante la Drug Watch International - Embajador para la Paz (UPF) Entidad Afiliada a EURAD (Europa Contra las Drogas)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante señor Izaguirre. Soy estudiante de una universidad en Puerto Rico y hoy en clase tocaron el tema de la jombina. Entonces, decidí indagar un poco y encontré la página que me hizo pensar en otras realidades en cuanto a la adicción en jóvenes. Es esperanzador saber de personas que estudian la adicción, mas los mismos consumidores ignoran el barranco al que se aproximan al entrarse en el horrendo mundo de las drogas.

-RGL-