NotiAR - 26-Dic-08 - Opiniónhttp://www.notiar.com.ar/contenido/opinion/opi_8455.htm Patología de un vengativo por Carlos Berro Madero
“Cuando un hombre rudimentario se siente ofendido, -con o sin fundamento-, acostumbra a elevar lo más posible el grado de la supuesta ofensa y a rebatir su causa con palabras muy exageradas, TAN SOLO PARA DISFRUTAR DEL SENTIMIENTO DE ODIO Y DE VENGANZA QUE CON ELLO PUEDA SUSCITAR” George E. Moore
No hay asunto más complicado en este mundo que tratar con individuos perturbados y “psicológicamente incorrectos”. Son los que invariablemente buscan la confrontación y sólo saben vivir dentro del ambiente de discordia que ella crea.
Ningún argumento racional les alcanza para mitigar un maléfico espíritu de revancha que descargan a su alrededor con una falta de piedad y moderación que asombra. Por lo general, su falta de continencia emocional exacerba más el deseo de asegurar y fortalecer ante sus ojos el concepto que tienen de sí mismos, A TRAVÉS DE LA OPINIÓN AJENA. El poderoso hábito de refirmar esta costumbre, les mueve a buscarla únicamente en la aprobación a su autoridad y procuran recibirla específicamente de los demás, confiando como una paradoja en el juicio de los otros más que en el suyo propio. De esto podemos deducir que el hombre vengativo es un hombre fundamentalmente acomplejado e inseguro. Es además un vanidoso, y su deseo de autocomplacencia llega al extremo de inducir a los demás a una estimación falsa y demasiado elevada de sí mismo. De esta manera, induce a error a cambio de requerir crédito. El vengativo no vacila en vestir sus acciones de la mayor hostilidad, con el fin de complacerse. Olvida siempre que ser moral o virtuoso y tener buenos modales, significa obedecer un orden natural y costumbres sociales establecidas por largo tiempo en la historia de la humanidad. Por esta razón, los hombres que practican la venganza como modo de plantarse frente a las circunstancias que la vida les pone frente a sí, son seres indomables y de gran peligrosidad social. Nos parece que no se enfatiza lo suficiente sobre estas cuestiones que permiten entender mejor la verdadera personalidad de Néstor Kirchner, Presidente elegido en las urnas primero y hoy un verdadero dictador en las sombras. La relación que mantiene con su esposa tiene la característica de responder a los principios de “mando y sumisión”, lo que debe tener origen en algún trastorno de dependencia de Cristina. Ésta, a través del histrionismo de sus gestos corporales y su verborragia incontenible, revela a su vez el estado de alteración que la domina: ES UNA MUJER QUE ENTIENDE SU FUNCIÓN COMO UNA CONSECUENCIA DEL INSTINTO DE CONSERVACIÓN. Por eso, también ella es vengativa y rencorosa y suele atribuir su fracaso a la mala voluntad de los demás, antes que a su propia precariedad esencial. Parece haber luchado toda su vida para reparar algún origen familiar, que además de la famosa “cuestión de género” -que tanto esgrime machaconamente-, la ha llevado a aferrarse histéricamente a su marido, quien seguramente reemplaza de alguna manera a un padre que quizá no tuvo “de cuerpo presente”. Hemos recogido algunos relatos dispersos aquí y allá que dan cuenta discretamente de antecedentes que permitirían confirmar estos conceptos. Para el hombre y la mujer vengativos la maldad no tiene como fin el dolor de los demás, sino su propio goce. Existe una excitación nerviosa y algo burlona que les produce placer en ejercer el poder sobre los demás y experimentar el consiguiente espíritu de superioridad. Néstor y Cristina emergen por otra parte, de una sociedad que destila como ellos un marcado desinterés por la suerte de “los otros”. La confrontación permanente los vuelve por consiguiente muy recalcitrantes en sus fobias y no les permite comprender que las consecuencias de estos comportamientos no acarrean más que grandes frustraciones a sus protagonistas. Por lo expuesto, estamos convencidos que la Argentina no encontrará camino de armonía y desarrollo posibles en tanto no se detenga esta maquinaria desajustada, que ha depositado en el poder a dos personas sin control de sus temperamentos y prisioneras de un pasado personal que, con seguridad, ha irradiado sus chisporroteos hasta el presente. carlosberro@arnet.com.ar Gentileza en exclusiva para NOTIAR
viernes, 26 de diciembre de 2008
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