lunes, 29 de diciembre de 2008

PALOMITAS DE MAÍZ

Palomitas de maíz

Compre pororó y entre a la carpa, no se cobra entrada, será apropiación. El pos kirchnerismo -anunciado desde aquí y otros medios- pone en cartelera su mejor comedia de temporada.
Los juicios políticos de la Argentina

Por Juan Carlos Sánchez


Temporada 2009. Como en los tiempos de Tato Bores, monólogo. Pero Tato murió, se acabó la magia, será libreto repetido, pesa en el ánimo que Néstor Carlos Kirchner sea su reemplazante en el humorismo político argentino. Es un artista de mirada deshumorizada. A pocos provoca alegría escucharlo, es un asunto de apellido, ninguno de los Kirchner entretiene, sí lo que provocan, allí está la carpa que se llueve, afuera, en el resto de la Argentina que no rie…

La Argentina es ahora el país del aborto, de la droga de consumo libre, de la timba, de los presos políticos y de la descomposición nacional. El año que ya viene -en medio de una crisis profunda en lo económico- lo hace ya domesticado por las otras crisis: La moral y la política. ¿Querrán los Kirchner amortiguar alguna o todo seguirá igual hasta el fin? ¿Darán soluciones o nuevos caprichos?
El resultado de las elecciones de Octubre 2009 ya es irrelevante, se sabe quien pierde. ¿Ganamos todos?
La cuestión de fondo es como hará el ganador para reconstruir algo compartiendo escenario con el matrimonio presidencial.
¿Ganará la gobernabilidad o se anticipará el 2011 y con ello la guerra a muerte a los K? Quizá, sólo quizá la respuesta esté en la capacidad de los Kirchner en aceptar el ocaso y preparar el advenimiento de una nueva política; esta vez sí “el cambio” que ‘habrá de empezar’ para dar por tierra con los fundamentos eclécticos de la construcción del poder K y atraer las políticas a la razonabilidad.

El gran elector, como siempre el peronismo, está siendo seducido por todo el arco opositor. Carrió, Cobos, la Democracia Cristiana, los partidos municipales. El tímido 35 % que dejará Kirchner luego del proceso de demolición más efectivo que jamás se realizó del partido del viejo General no será capaz de ganar ninguna elección y los que no son ni anti ni no peronistas, según donde se agrupen o como se repartan, definen el resultado. Son los que bajo el rótulo de independientes consintieron o negaron el triunfo del PJ. Ahora no están disponibles. La arrogancia presidencial los ahuyentó. Es que el viejo peronismo mantuvo el estilo popular, no afectado, sencillo de los caudillos aún coqueteando entre joyas y pizza y champán y el nuevo representado por los Kirchner solamente se quedó con las joyas y las escondió. Los K olvidaron la enseñanza de Perón que conducir es persuadir, no maltratar, mandonear, agredir.

Así a Octubre llegará una oposición con peronistas y peronistas en la oposición. Siempre pasó, nadie que procurase el poder ignoró la construcción de la “pata peronista” en su agrupamiento. La clave aún no descubierta es si el peronismo es capaz de ordenarse como oposición y presentar un frente unido contra el kirchnerismo o si será vagón de cola de Cobos o Carrió. ¿Quién conduce el peronismo? ¿Hay algo por conducir aún?
Duhalde (el ex Presidente, no el delincuente terrorista de igual apellido) mueve sus fichas, Solá se aproxima a Cobos, Cleto los acepta en su distrito (Mendoza) con proyección nacional “por si las moscas” y desconfiando, Elisa Carrió, tensa, admite que nada se puede sin los perucas, el gran elector del interior es el santafesino Carlos Alberto Reutemann que suma en todos los distritos y después la diáspora.
Es el triunfo del tiempo y de la realidad: Hoy como nunca nadie creyó posible que fuera a ocurrir hay morriña por los ’90 de Menem, de la singularidad del Lole y hasta de la seguridad de los tiempos agredidos de la represión procesista. Kirchner lo hizo. Logró exactamente lo contrario de lo deseado por él y era de esperar, nadie puede engañar a todos todo el tiempo.


En reiteradas oportunidades desde esta columna sostuve que el final del kirchnerismo sería a toda orquesta, violento, sufriente, doloroso. Ellos son así, incapaces de imaginar horizontes más allá de su nariz. Como anticipo y premonición están los anuncios presidenciales para sobrevivir a la crisis que van desde el plan canje de heladeras hasta la disminución en las retenciones a la producción agropecuaria dados a conocer a plena función de gala a sabiendas de su inutilidad. Es la supervivencia del circo, la carpa se llueve por todos lados y lo solucionan tirando aserrín entre las butacas o vendiendo paraguas baratos.

Para que no falte aderezo a la ensalada la división nacional se hizo patética. Cuando se conmemoró el 30º aniversario de la mediación papal que impidió la guerra argentino – chilena las dos cabezas del Poder Ejecutivo no se saludaron. El equipo presidencial extremó las exigencias protocolares para que Cristina Kirchner y Julio Cobos no se mirasen a los ojos, sin ellas la PresidentA no concurriría, y así, festejando la paz de los pueblos se exhibió el conflicto de la dirigencia. Nuevamente la arrogancia kirchnerista presente.
¿Tozudez o discapacidad? Ambas cosas. Julio Cleto Cobos crece públicamente cada vez que los kirchner lo ningunean. No porque sea Cobos, a todos le pasa lo mismo, es el final de la era K, final anunciado que Néstor Carlos Kirchner intuyó cuando el voto “no positivo” del Vicepresidente de la Nación e intentó la renuncia de su esposa para victimizarse.
Ojalá -dicen algunos- Octubre 2009 marque el ocaso de la Argentina dividida. Otros y no los menos informados adelantan el final de la era y sostienen que el Otoño no verá caer solamente las hojas de los árboles.


Los presos políticos de la Argentina

Funcionarios desde el matrimonio presidencial hacia abajo, abogados, magistrados y dirigentes de grupos asociados ideológica y/o económicamente a los delincuentes terroristas de antaño no dudan en llamar represores, asesinos y genocidas a los ciudadanos procesados. Están absolutamente seguros de que tales calificaciones les caben, que le son propias. Entonces… ¿Por qué tantas demoras en llevarlos a juicio y condenarlos? ¿Qué falta? ¿Voluntad política o interés en cerrar etapas?
Si es tan abrumadora y segura jurídicamente hablando la cantidad de pruebas en manos de los jueces que los inculpan, ¿existe alguna razón ajena a la justicia para darle nuevo marco a este mamarracho político -y judicial- que es el juicio a los represores?
Cuando el juicio a las Juntas Militares la rapidez fue notable, claro que el entonces Presidente de la Nación Raúl Alfonsín no necesitaba de distractivos populares ni de discursos anecdóticos para generar poder, había ganado las elecciones en buena ley y con margen suficiente para gobernar. No es este el caso de los Kirchner. Estos últimos requieren de una batería de elementos circenses para correr el punto de atención de la comunidad de los verdaderos problemas que aquejan a la Argentina y que nada tienen que ver con la condena de los represores para que “se pudran en la cárcel”.

Contraviniendo la seguridad jurídica el procurador general Esteban Righi ordenó hace algún tiempo que se eleven a juicio las causas con procesamientos firmes aunque queden recursos pendientes de resolución. Así se hizo en algunos casos y ahora los tribunales no saben cuando comenzará el juicio por la inmensa cantidad de argumentos con que cuentan los abogados defensores para dilatarlos esperando el cambio político que permita la reconciliación de los argentinos.
Es que la cuestión de los derechos humanos no es de raíz kirchnerista, es más, al asumir Néstor Carlos Kirchner no tenía idea del tema ni interés en él hasta que le soplaron al oído como asunto mediático el juicio a los represores, y allí comenzó todo y como todas las cosas que el santacruceño maneja, se le fue de las manos.

La perspectiva K de los derechos humanos cada vez interesa menos a la comunidad nacional y eso fortalece los grupos, que eran minúsculos hace pocos años, que proponen la paz definitiva retrotrayendo las cosas al estado en que las dejó el Presidente Menem. Están dispuestos al perdón, a disimular los agravios de sus acusadores y eso los pone moralmente muy por encima de estos. Empero el matrimonio presidencial, necesitado de más funciones circenses, sigue blandiendo la misma hacha cada día más desafilada y tensando la cuerda. De lograr su propósito algo puede salirse de madre y generar la esperada convulsión social que les permita victimizarse o responder con más violencia. Son recursos desesperados e inmorales que los llevarán a su propio cadalso.


En la estampida del kircherismo que se acelera diariamente lo único cierto es el desconcierto.
Con sólo un poco de coherencia en la oposición en Octubre cambiará el país pero mientras lo espera… compre palomitas de maíz, pochocho, pororó o como guste llamarlo.
La función sigue, es continuada, la carpa se llueve y no cobran entrada, el alimento de los animales los paga usted y a los payasos se les corrió el maquillaje. Pero no importa, sigue la función, no tienen opción, son aburridos, se agotó el libreto y el monólogo es repetición de lo mismo.
Más de nada.


E-mail del autor zschez@yahoo.com.ar
29 Dic 08

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