viernes, 28 de octubre de 2016

PRO ENTRE RIOS

ENTRE RÍOS, UN CASO TESTIGO La sorprendente capacidad de reconceptualización del PRO... Graciela “Chela” Castro relata, con minuciosidad, la decepción que ha sido para muchos como ella haberse sumado al macrismo en la provincia de Entre Ríos. Al mismo tiempo, ella reivindica aquellos valores iniciales, que siguen siendo una guía para la reorganización de un partido político que otros como "Chela" esperan los pueda contener. Graciela Castro es Profesora en la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER); Consejera titular 2014/2018; presidente de la Asamblea Universitaria de la FCS; presidente de la Comisión de Enseñanza; Profesora en formación de periodistas y locutores en la Universidad de Concepción del Uruguay. Antes, ella fue Profesora en el nivel secundario y terciario durante 17 años en el Histórico Colegio Superior del Uruguay “Justo Jos� �de Urquiza” y en la Escuela Normal “Mariano Moreno”. Ella es miembro del Comité de Gestión del Sitio Ramsar Palmar Yatay; Consultora del BID en el Programa Evaluación de PIE (Programa de Integración Escolar) desde el Nivel Inicial al Superior. 22/10/2016: El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, participando en Entre Ríos del timbreo nacional de Cambiemos. Él es el responsable verdadero del PRO entrerriano. Foto NA por PROF. GRACIELA CASTRO CONCEPCION DEL URUGUAY (Entre Ríos). Llegar a la Política desde la Academia, nos pone en un lugar de pensamiento crítico que fortalece cualquier estructura institucional que pretenda ser representativa y confiable en un sociedad democrática en desarrollo. Cuando me incorporé a Propuesta Republicana, en sus inicios, por allá en el 2006, la gacetilla que nos entregaban, armada en Capital Federal, elaborada por el núcleo origen del PRO, despertó mi entusiasmo y necesidad de participar en un nuevo espacio político creado bajo los ejes centrales de la Filosofía del Cambio, coincidentes con los principios de formación que sostienen mi cátedra universitaria, lo que dispara mi primera reflexión: “Por fin una propuesta para el siglo XXI”. Desde entonces, acepté ser un factor multiplicador de esa base pol� �ica conceptual y me afilié, para darle formalidad a mi participación y así, comencé a transitar un sinuoso camino en la construcción de un espacio que necesitaba acercarse al ciudadano y ser reconocido como una verdadera alternativa de cambio. Convencida de que era una oportunidad, hice todo lo que hay que hacer para lograrlo: asistí a las reuniones semanales, opiné, incorporé afiliados, integré listas, fiscalicé actos electorales, comuniqué formal e informalmente la propuesta, todo con un importante perfil bajo. Compromiso total. Pero, pasada la primera prueba -la elección presidencial de 2007-, comienza a evidenciarse en quienes habíamos decidido fuesen nuestros representantes ante la sociedad, conductas construidas al calor de los tradicionales vicios de una política que queríamos superar: la práctica de la política consumada, antidemocrática por donde se la mire, t eñida de arreglos espurios y con una preocupante indiferencia por la capacidad de las personas, lo que terminó desilusionando a quienes habíamos creído en la nueva propuesta y generando una importante sangría a la base participativa que se había logrado. Basta con hacer un recorrido con las personas que compartimos esos momentos y hay una total coincidencia, solo que algunos lo expresamos en alta voz; otros, prefirieron callarse y otros conformar espacios diferenciados. Con el correr del tiempo, el fortalecimiento de la democracia y la extensión de un mandato gubernamental a un grupo que nos generaba mucha angustia social y desconfianza, entendimos que no podíamos estar ausentes en un momento donde la patria necesitaba de nuestro compromiso para contribuir a un cambio y decidimos volver, con la convicción de que el cambio es trabajo, es participación, es conciencia, es solidaridad, todos principios que fortalecie ron mi impronta y me acompañaron en la conformación de un importante grupo que entendió la necesidad de comprometerse para que la sociedad realmente pueda aspirar a una realidad mejor. Esta era una verdadera oportunidad, se visualizaba el desgaste de un ciclo de gobierno que agobiaba con su prepotencia y actos de corrupción, lo que nos estimuló a formar un grupo importante con personas que decidieron asumir el desafío y vinieron de las más variados campos sociales: profesional, trabajo, producción, comercial, familiar, etc. y juntos, volvimos a hacer todo o que había que hacer: trabajar, trabajar y trabajar. El discurso del entonces candidato a Presidente de nuestro espacio: Mauricio Macri, nos daba seguridad, certeza y fortalecía nuestra convicción en tres elementos centrales de su discurso: participación, compromiso y todos juntos. Núcleos discursivos, que hoy sostiene y destaca, desde su rol de Presidente. Pero ¡Oh Sorpresa!!!!, nuestra vuelta al PRO también nos enfrentó con una dura realidad: la Intervención del partido, con todo lo que ello significa, pero también con la ventaja de que ya no había cargos electos por lo que el trabajo era entre pares y solo había referentes aunque eran los mismos que habíamos dejado en el 2007, con el agravante haber profundizado las prácticas políticas que nos habían alejado; ahora con ese rol legalizado por una intervención que decidió elegirlos como únicos voceros como premio al haberse “quedado”. Es este el primer punto de la reconceptualización (que significa "dar un significado diferente a un concepto"). Referente: es quien representa la voz de un grupo. En este proceso 2014/2016, observamos con preocupación, que ellos representan la voz de unos pocos. A partir de acá es larga la lista de reconceptualizaciones, pero solo nos detendremos en las que hacen a la esencia de la propuesta PRO: participación, compromiso y juntos podemos. En el PRO Entre Ríos, la participación se cerró en los referentes que la intervención quiso reconocer, ignorando la presencia de otros referentes. Entonces, el diálogo como principal herramienta de la participación, concepto tan caro para cualquier democracia, fue reducida a una lamentable y gastada ecuación: Participación = voto. El compromiso, otro indicador fuerte que el Presidente constantemente reclama, a sabiendas de que se construye desde lo que cada uno “sabe”, me incorporé entonces a la “Usina de Ideas del PRO”, a la que no sólo dediqué recursos económicos, sino fundamentalmen te intelectuales que fueron totalmente ignorados. Acá también, la sorprendente capacidad de reconvertir el Compromiso a una nueva ecuación: Compromiso = Trabajo no reconocido. El “Todos Juntos” de Mauricio Macri, después del cierre de listas en aquél fatídico mes de junio de 2015, fue el que más reconceptualización sufrió, muchos de los que participamos y nos comprometimos, fuimos profundamente estafados en nuestra buena fe, ya que no fuimos reconocidos y los lugares en las listas y la distribución de cargos, fue organizada con perfil altamente kirchnerizado, para unos pocos y con un nauseabundo olor a dedocracia y nepotismo. Por lo que: Todos Juntos = Política de Cargos. Hoy, todo ese grupo humano que se sintió agraviado, nos fuimos encontrando y descubrimos, con mucha satisfacción, que somos m uchos más que “cuatro locos desactivados”, tal como pretenden llamarnos quienes disfrutan del calor transitorio del poder, en la provincia y en el país. Sobre esta gran grieta que se generó, se pretende normalizar el partido continuando con las prácticas acá detalladas. Nos enteramos, circunstancialmente y porque “Dios no quiere cosas sucias”, tal como dice el dicho popular, de la circulación muy personal, entre quienes están ostentando cargos electivos y no electivos, de la invitación a una reunión para el día 3 de noviembre donde se conformarían las listas departamentales y la Asamblea, pero sin la participación de los afiliados. Me pregunto: ¿La participación, el compromiso y “el todos juntos”? ¿Dónde quedaron? Tendría que s aber el Sr. Presidente que el PRO Entre Ríos le está haciendo un flaco favor a sus aspiraciones de cambio social y cultural y que compartimos, pero que estamos convencidos debe construirse del diálogo y el consenso como principal herramienta. Como afiliados a un partido intervenido, reclamamos a las autoridades que corresponde, recuperen la cordura y la conducta democrática, sanando la grieta desde la ética e las acciones políticas, donde la Verdad y la Transparencia se imponen con la fuerza de mandato. No es posible pensar, que una propuesta que no democratiza su estructura interna, pueda ser una alternativa seria para una sociedad que hace más de treinta años decidió vivir en democracia. Nuestro compromiso estará siempre al servicio de estos principios aspirando a que el PRO Entre Ríos entienda que es el único camino para interpretar la demanda social del siglo XXI.

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