la representacion argentina en venezuela
Excentricidades, maltrato y denuncias en la Embajada a cargo de Alicia Castro
La sede diplomática argentina en Caracas se ha transformado en un foco problemático para la Cancillería. La chavista Alicia Castro echó a 12 empleados en un año. Varios funcionarios pidieron el traslado porque no toleraban el trato y las extravagancias de la embajadora. Por este motivo ya hay una denuncia judicial que investiga Manuel Garrido. La ex diputada frepasista mantiene una relación amistosa con Chávez y también con Diego Uzcátegui, el ex vicepresidente de PDVSA. La petrolera le permite viajar en los vuelos que chartea la compañía a Buenos Aires.
Por Fernando Oz
Recorrida porteña. La embajadora se encontraba ayer en Buenos Aires y aprovechó el fin de semana para pasear por la ciudad. El jueves se reunió con Ojea Quintana.
El funcionario de Cancillería promete contar una historia de desmanejos, derroche y autoritarismo con la condición de que su nombre no sea publicado. El escenario del relato es la Embajada argentina en Venezuela y la estrella principal es la embajadora Alicia Castro. Esta fue la punta del hilo; tres fuentes más y una denuncia penal terminaron corroborando la información.
Para contar la novela palaciega de la mujer a la que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, suele besar en la mano y a la que llama casi a diario, el circunspecto hombre de la diplomacia elige un café al frente del Palacio San Martín. Extraño lugar para alguien que no quiere que se sepa que habla con un periodista.
“La verdad es que ahora nadie quiere ser trasladado a Venezuela. Trabajar en esa Embajada es insalubre. Además, nadie quiere quedar pegado a los desmanejos. Lo del autoritarismo de la embajadora es otro tema.” Esa es la primera ráfaga que lanza el funcionario después de pedir agua mineral.
Tras escuchar la historia del diplomático, PERFIL habló con otros tres funcionarios de Cancillería que pasaron por la Embajada de Argentina en Caracas durante la gestión de la ex azafata. Este diario también entrevistó a uno de los 12 empleados a los que la embajadora Castro echó. En el relato de todos ellos hubo diferencias semánticas, pero en la esencia coincidían: desmanejos, derroche y autoritarismo. Si bien PERFIL quiso hablar con ella sobre estos temas, no recibió respuesta.
Amigos en común. La relación de la embajadora con el chavismo no es diferente a la que tenía Claudio Uberti, el funcionario de la gestión de Néstor Kirchner más involucrado en el caso de la valija de los 800 mil dólares. Así lo sostienen dos de las fuentes consultadas. “Uberti se dedicaba a los grandes negocios y Castro se dedica a la parte política. Ambos se manejaban de la misma manera”, cuenta uno de los empleados que pasaron por la Embajada.
“Ella tiene en la residencia una embajada paralela, ahí cenaba con su amigo Diego Uzcátegui Matheus. Alicia le decía Dieguito.” Se trata nada menos que del ex vicepresidente de PDVSA y presidente de la filial que tenía la poderosa petrolera venezolana en Buenos Aires.
El hijo de “Dieguito” es Daniel, el acompañante del valijero Antonini Wilson en el vuelo que rentó la estatal argentina Enarsa y en el que fue trasladada la polémica valija. “En ese momento, Diego Uzcátegui era uno de los hombres más poderosos de Venezuela. De todas maneras, Castro se comunicaba directamente con Chávez a través de un celular; ella lo decía y lo mostraba”, explicó uno de los consultados.
Uno de los diplomáticos hizo un pedido: “¿Por qué no investigan quién viene en los Falcón jet que son de PDVSA y aterrizan en Buenos Aires?”. “Es verdad, yo vi muchas veces entrar al señor Uzcátegui”, dice a PERFIL Liborio Quagliata, el ex casero de la residencia y uno de los que Castro expulsó.
Sigue
Destino difícil y cuentas en rojo. El jueves último la embajadora se reunió con el hombre fuerte de la Cancillería: Rodolfo Ojea Quintana, una especie de secretario general y mano derecha del canciller Jorge Taiana. Durante la reunión Castro no logró dejar de lado su enojo por la denuncia que tiene sobre sus espaldas por acoso laboral.
La denuncia fue presentada por Marta Oyola, una de las empleadas administrativas que pasaron por la Embajada que dirige la señora que eligió Néstor Kirchner para representar al país ante la República Bolivariana de Venezuela. La investigación está a cargo del jefe de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas, Manuel Garrido.
“La embajadora había dispuesto que para los empleados de la sede no existían sábados, domingos ni feriados”, se lee en uno de los párrafos de la denuncia. Para Castro, según el escrito, “todos los días eran hábiles y (los empleados) debían estar a su disposición en los horarios extravagantes que ella antojadizamente decidía”.
El clima en la Embajada no podía ser peor. En la denuncia se explica que “la mayoría del personal diplomático argentino era sometido a malos tratos permanentes, hasta que se ‘quebraba’ y debía pedir su traslado, en algunos casos a los pocos meses de estar en Caracas”.
El listado de los que pidieron salir cuanto antes de la Embajada es extenso: Fabián Oddone, ex consejero cultural; Alberto Alvarez Tufillo, ex agregado comercial; Samuel Ortiz Basualdo, ex cónsul, y Marcelo Gilardoni son algunos de los diplomáticos que pidieron ser trasladados.
El recambio del personal de la residencia de la embajadora era incesante, al punto de que en el lapso de tres meses –entre enero y marzo de 2007– fueron contratadas y cesanteadas 11 personas. “Todas se dedicaban a diferentes tareas domésticas y de maestranza”, agregó una de las fuentes.
Oyola estaba a cargo del Contex, que es el sistema administrativo contable de cada sede en el exterior y debe reportarse mensualmente a Buenos Aires. A través de ese sistema se maneja todo la contabilidad de la Embajada y de la residencia.
“Todos los meses pide más presupuesto. Se hace traer la carne de Argentina porque no le gusta la venezolana y se excede en los gastos”, dice una fuente que conoce las cuentas de la Embajada. Cansada del Toyota Camry que tenía la Embajada, Castro pidió que le llevaran un Mercedes-Benz de Alemania. El nuevo auto, acorde a la revolución bolivariana, llegó hace un mes.
Una foja polémica
*Desde que Alicia Castro se hizo cargo de la Embajada argentina en Venezuela, cinco diplomáticos pidieron ser trasladados antes de terminar sus misiones. Lo mismo sucedió con otros empleados administrativos.
*La embajadora tiene una denuncia en la Justicia por acoso laboral. Algunos ex empleados están preparando otra ante el sindicato que los nuclea.
*La señalan de usar aviones de la petrolera PDVSA para trasladarse. Era una íntima amiga de Diego Uzcátegui Matheus, ex vicepresidente de PDVSA.
*Contrató un cheff, se hace trasladar carne de Buenos Aires, y pidió un Mercedes-Benz para trasladarse. Dicen que las cuentas de la Embajada están en rojo.
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