El hambre se ve en la calle
Por ahora la pobreza parece un componente inevitable en todas las sociedades. Debemos trabajar para reducir el número de indigentes y famélicos, producto de leyes tontas y prácticas inútiles. Queda mucho por hacer.
Por Isabel Irigoyen
Quisiera agregar a los importantes artículos que publicaron sobre el hambre de nuestros compatriotas, estas líneas que van más abajo.
El hambre se ve en la calle, en los trenes del Roca. Impresiona ver a madres tan pasadas de hambre yendo y viniendo a la ex- Casa Cuna. Impresiona ver a los niños tan pasados de hambre. Impresiona ver a los hombres tan pasados de hambre. No se de dónde vienen exactamente, puedo suponer puesto que los veo en el tren que de no más de 40 Km. de la Capital.
Nuestro Estado es muy responsable de este hambre, que es fruto de la ignorancia de sus habitantes y consecuencia de los pésimos gobiernos y las pésimas leyes que impiden el desarrollo de todo aquello que esté fuera del ámbito oficial. Nuestros funcionarios sólo saben repartir cajas de alimentos o dinero.
En lo inmediato se debe suprimir el IVA en los alimentos de primera necesidad, proteína animal, vegetales, frutas, lácteos. Se deben reducir los impuestos y tasas que pesen sobre los alimentos primarios (proteína animal, vegetales, frutas, lácteos) o suprimirlos.
A los famélicos, proveerles los tratamientos y nutrición imprescindible para su supervivencia.
Sugiero en el corto plazo armar cursos con la vieja materia del extinto Secundario Comercial: higiene y puericultura y principios de economía domestica, de asistencia obligatoria para todos los mayores de 14 años que no tengan estudios secundarios terminados. Una duración minima de 6 meses. En el corto plazo proveerlos en esos sitios de los alimentos básicos (proteína animal, carne o pescado). Estos cursos deben estar a cargo de médicos y nutricionistas. Se pueden usar espacios tales como escuelas, parroquias, etc. Tras la asistencia a clases se les proveerá de los alimentos necesarios durante el tiempo que dure el curso.
En las escuelas primarias se debe incluir la materia higiene y nutrición a partir del 4o. grado. En los dos últimos grados se debe incluir además nociones de costos en el manejo de la casa.
Conjuntamente se debe liberar la economía de leyes absurdas que favorecen a los ya empleados y son una traba imposible de superar para quienes necesitan colaboradores y no pueden pagar el altísimo costo de los impuestos al trabajo.
Por ahora la pobreza parece un componente inevitable en todas las sociedades. Debemos trabajar para reducir el número de indigentes y famélicos, producto de leyes tontas y prácticas inútiles. Queda mucho por hacer. Nada de esto va a ganar votos. Si no se hace, perdemos todos. Exijámoslo!
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