sábado, 20 de diciembre de 2008
LA IRA DE LA ENEMIGA
No me parece - 20-Dic-08http://josebenegas. com/2008/ 12/19/la- ira-de-la- enemiga/ La ira de la enemiga por José Benegas La señora que compra terrenos fiscales a 19 dólares para venderlos a 120 y se beneficia con valijas repletas de dólares robados a una empresa de un estado extranjero y enviadas para su campaña, que promueve el juego en todo el país, se calzó su disfraz de derecho humanista para cuestionar una sentencia. No por su legalidad, de la que no dice una palabra (¿podrá?), sino por su resultado, el que además dice como descalificació n adicional que es distinto al de otra sentencia dictada en Francia. La sentencia de la que se queja la señora diciendo que le quieren mandar un mensaje porque es mujer, aplica el tratado de San José de Costa Rica. Es decir, se trata de una sentencia que aplica principios internacionales de derechos humanos. Son humanos en este caso que ella no quiere. Los derechos humanos son para ellos, no para los otros, pero nadie le va a decir nada. Este es un tema tabú; mejor hablemos de sexo. La sentencia en Francia contra Astiz es una sentencia condenatoria dictada en ausencia, en una jurisdicción extraña a la de nuestra ley por hechos cometidos en la Argentina, un país que lleva 25 años de democracia y en el que lo único que queda del poder militar es la posibilidad de descolgar cuadros. La sentencia de la Cámara de Casación dispone una excarcelación por el sometimiento a un proceso de décadas sin condena, a pesar de que éste y otros imputados no están ausentes como lo estuvieron de Francia. Alguien debió dictar una condena si es que hay elementos que permitan hacerlo y no solo gritos, marchas, odio y verdades al modo en que nos tienen acostumbrados a sostenerlas los montochorros. Y si no hay elementos para condenar cerrar el circo y dedicarse a laburar. El tope para una prisión preventiva para Juan, para Pedro y para estos imputados es de 2 años. A ellos y a sus abogados corresponde la propia defensa. Lo que debe defenderse es la regla general, la que nos ampara a todos (y todas) si es que el día que esta basura en el gobierno se las quiera agarrar con nosotros con la misma arbitrariedad queremos tener la autoridad moral para invocarla en nuestro favor. Rige la ley o rige la voluntad. Si rige la voluntad el poder judicial no debe consumir más recursos en estas causas y la señora deberá disponer el fusilamiento de sus enemigos, a ver si se anima a tanto. Después se podrá calzar la boina y hacer una marcha en Paris en nombre de su amor a la humanidad. Y si la relación es de enemistad no hay ninguna obligación de obedecer; más bien existe la contraria. Aclaro que esto no se lo digo porque es mujer, a ella que le encanta hacer quedar a las mujeres como unas pobrecitas.
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