“VOLVIÓ A SALIR DE SU MADRIGUERA”
por Alfredo Weinstabl
Una conocida pitonisa candidata de un importante partido de la oposición, se refirió así al regreso al escenario político de Kirchner después de un tiempo relativamente prolongado en silencio, en la unidad básica “ Quinta de Olivos”.
El presidente virtual de nuestro sufrido país, salió al ruedo para contrarrestar la pésima imagen de la “pareja reinante” y contribuir a tender una cortina de humo sobre el cúmulo de gravísimos problemas que se avecinan por el desgobierno y el lamentable despilfarro de los cuatro o cinco años de bonanza. En esos días, Wall Street pronosticaba un futuro negro para la Argentina
Es seguramente otro capítulo de la operación mediática que expresé que en una nota anterior (ref. 1). Lo novedoso de esta nueva operación de distracción, es el desmedido y virulento ataque al vicepresidente Cobos.
Por tercera vez en 48 horas. Kirchner habló públicamente siempre con sus mismos y viejos argumentos: la oposición, el pasado a quien endilgarle todos los males del presente y cargó duramente contra el vicepresidente Cobos. Como de costumbre también arremetió contra los medios de comunicación.
Habló entre otras cosas, del doble standard y la hipocresía de la oposición. Casi suena gracioso, si no fuese tan dramático. Justamente él, que se caracterizó por su permanente doble discurso, sus engaños y mentiras.
Ya hace unas semanas atrás el ex presidente reveló que su esposa Cristina le recrimina todas las noches, con la frase "¡Qué vicepresidente me pusiste, Néstor!", por la elección de quien es su compañero de formula y Vicepresidente en ejercicio. Una clara falta de respeto, una verdadera burla, ya no solo por su mujer y el vicepresidente, sino también para todos los argentinos que lo eligieron. Una frase vulgar, ordinaria e indigna, más propia de un carrero analfabeto que de un ex presidente.
En esta oportunidad acusó a Cobos que con su voto en el conflicto con el campo buscaba desestabilizar al gobierno de su esposa e hizo un paralelo con el caso Borocotó (ref. 2). Nada más diferente. Cobos con su voto en aquella ocasión logró enfriar un conflicto que podría haber tenido consecuencias impredecibles por la forma en que se había manejado. De haber votado positivamente, probablemente se incendiaba el país.
Borocotó descarada y escandalosamente traicionó el mandato popular. Cobos en cambio, decidió no seguir las disparatadas decisiones de la pareja de alienados psicópatas que llevaban tan torpemente la crisis y que terminaría probablemente en un estallido social.
En esta seguidilla de discursos, con su lenguaje chabacano sarcástico, sobrador, burlón y su característica voz seceante parecía desencajado. Con insólita virulencia se refirió a Cobos. Su prepotencia gestual casi parecía cómica, hacía recordar la figura ridícula del cómico Alberto Olmedo en algunos de sus recordados personajes.
Las alusiones de Kirchner fueron graves...falsos y engañosos. En primer lugar, porque se volvió agraviar a la figura del vicepresidente, al que impuso el mote de "máquina de impedir". ¿¿?? Como ya sabemos que es su costumbre, Kirchner colocó la situación al borde de una crisis institucional. Solo la prudencia de Cobos evitó que el agravio llegue a mayores.
"Kirchner no ha entendido que hay que cambiar las formas. Se puede llegar a las mismas cosas y mejorarlas, con un mayor consenso... ¿por qué insistir en que “Yo siempre gano y tengo razón?”. El poder hay que ejercerlo convenciendo, no imponiendo” fue una de las frases de Cobos ante el insólito ataque del emperador.
“Kirchner avanza con la impotencia de la desesperación. Ante la certeza del riesgo del desconcierto en su ejército en desbandada. Sin asumir aún que la clase media, de los centros urbanos, se hartó culturalmente de las imposturas.
Cuesta aceptar que la mayoritaria sociedad independiente ya no quiere saber nada con los Kirchner. Ni siquiera pueden escucharlos.”
Los Kirchner saben que deben aferrarse al poder como sea. En su caso no va haber una entrega del poder anticipado como en el gobierno de Alfonsín. Tampoco, de seguir así la gestión gubernamental, probablemente lleguen a completar su periodo constitucional como lo hizo Menem y menos aún que puedan fugarse como intentó De La Rúa.
No es difícil adivinar un rápido pasaje de la pareja real por varios tribunales y juzgados y luego una durísima condena...siempre que no hayan estallidos sociales en el cual el final de los Kirchner puede ser incontrolable e impredecible.
El presidente de facto se está convirtiendo en un indeseable para la mayoría de la opinión pública. Pero, además, en un obstáculo para la búsqueda de consensos imprescindibles. Ya es un problema evidente para la estabilidad de Cristina de Kirchner porque con sus actitudes le provoca un ambiente destituyente.
Al respecto la pitonisa que mencioné al comienzo de esta nota expresó “....el golpista mayor, el golpista número uno de la Argentina es Néstor Kirchner, que gobierna sin que nadie lo haya elegido”. “...el que quiso terminar con el Gobierno de Cristina fue Kirchner, aquel jueves en la noche de julio que quería que renuncie y Alberto Fernández fue el que pudo evitar esa locura”. “Además es Kirchner el que deslegitima a Cristina, impidiéndole gobernar y vacía al Gobierno de contenido”.
Más claro imposible.
17-12-08
Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL
alfredo@weinstabl. com.ar
sábado, 20 de diciembre de 2008
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