domingo, 4 de marzo de 2012

CREERLE ES JODA

4 de Marzo de 2012 CREANME, CREANME, CREANME… DIJO LA PRESIDENTE En su extensísimo discurso en la apertura del inicio del 130° período de sesiones ordinarias de la Asamblea Legislativa en el Congreso de la Nación, la presidente Cristina de Kirchner en uno de los tramos, expresó enfáticamente con cara desencajada, tres veces consecutivas que se le crea. ¡Caramba! Ninguno de sus asesores le informó aun que a la presidente ya nadie le cree. En otras palabras que ya no infunde confianza y no es creíble. Mintió y falseo cientos de veces en sus frecuentes y habituales discursos. No solo la presidente sino a también todo este corrupto gobierno. Ya no existe la credibilidad, ni interna, ni en el ámbito internacional. No le cree nadie, ni siquiera su permanente legión de aplaudidores y aduladores. Ellos aplauden porque es su trabajo, es por ello que los legisladores reciben una dieta tan elevada y el resto lo hace en defensa de sus prebendas, dádivas y limosnas. Ese interminable discurso, tres horas y quince minutos, volvió a ser un panegírico de la gestión kirchnerista. Un auto alabarse. Todos elogios a su gestión. Lo que Cristina describió es su propia visión del país, que bien sabemos que es una fantasía irreal de la presidente, totalmente distinta al que sufren y aguantan diariamente todos los argentinos. Volcó cifras y cifras, estadísticas, porcentajes e índices al por mayor, imposible de verificar en ese momento y que por la seguridad y firmeza que fueron expresados, hacen que los descuidados y cándidos tomen por fidedignas. Por cierto la gran mayoría de los presentes no tenían la más remota idea de lo que esos números significaban. No las he verificado, pero de hacerlo seguramente habrá algunos números falsos, inexactos y serán los que favorecen a su gestión y no los desfavorables que son actualmente las más trascendentes e importantes. En realidad esa descarga de números y datos de la economía no es más que una sucia estrategia para impresionar al auditorio. Nuevamente una prueba más de la mala fe de la presidente. ¿Cuál otra puede ser la razón de que Cristina mencione el índice de Gini, a los 40 millones de argentinos? En otro tramo de su discurso alabó al ex juez Baltazar Garzón. ¿No sabrá Cristina que ya no es más juez? Justamente este mediático personaje en su propio país fue destituido de su cargo e inhabilitado por el Tribunal Supremo español, acusado de “prevaricato”. Prácticamente fue expulsado de la carrera judicial, al ser inhabilitado como juez por un lapso de 11 años ¿O será que Cristina tiene tendencia a poner títulos a la gente a su antojo. como el que se pone a si misma como abogada? Otro punto que tocó fue el reclamo de los docentes. Lo trató con una torpeza mayúscula al poner como uno de los argumentos las "cuatro horas de trabajo que tienen y tres meses de vacaciones", que demuestra su absoluto desconocimiento del tema y de las penurias y sacrificios que realizan los maestros en la tan difícil tarea de educar a nuestra juventud. Probablemente uno de los sectores más rezagados en sus salarios Trató otros variados temas, por supuesto tendenciosamente, de los cuales por no hacer demasiada extensa esta nota, trataré solo dos: Malvinas y el uso de las reservas. Podría incluir también el traspaso de la responsabilidad delos subterráneos de la ciudad de Bs. As. pero por la torpe, falsa, tergiversada versión de la presidente, expresada en un lenguaje chabacano, vulgar y circense, merece una nota especial. El tema Malvinas muestra acabadamente las idas y venidas de la política al respecto, y la absoluta falta de coherencia de las viscerales decisiones de la presidente y su inepto canciller. Hace solo unas pocas semanas tomó la decisión de obligar al Mercosur a bloquear el ingreso de buques con bandera malvinense en todos los puertos de los países miembros en un intento de presionar a los ingleses sobre la soberanía de las islas. Ahora ofrece tres vuelos semanales que partan del territorio continental, desde Buenos Aires, hacia las islas con las aeronaves de Aerolíneas Argentinas. Tal vez esté equivocado pero me parecen dos posturas diametralmente opuestas. Por otro lado, volar actualmente en “nuestra compañía de bandera”, es pedirles a los isleños que arriesguen sus vidas en el intento. Este verdadero despropósito fue rechazado de plano al día siguiente por los habitantes de la Islas. Y como tema final, dejando varios otros muy importantes en el tintero, es el anuncio de la presidente de modificar la carta orgánica del Banco Central. Este punto no es más ni menos que establecer que el Banco ha perdido su independencia y se convierte en un instrumento del gobierno para financiar al Tesoro Nacional. Es además, el reconocimiento que al gobierno se le terminaron los fondos y que ha agotado las diversas “cajas” a donde recurrir, para obtener dinero, para seguir sosteniendo este insostenible e indefinido “modelo económico”. El grueso de su maratónica exposición fue para alabar la gestión kirchnerista, hablar del pasado, repartir culpas y sin precisar sus metas para el presente año. Ni una sola autocrítica, sin una sola palabra de lo que realmente preocupa a los argentinos: la crisis energética, la seguridad, el salvaje ajuste, la inflación, los salarios, YPF y otros tantos temas que afectan directamente a la ciudadanía. Y como final de este triste y penoso espectáculo, se olvidó de dejar formalmente inaugurado el presente período de sesiones. El discurso presidencial del año pasado en el Congreso fue pobre y decepcionante. El de este año fue doblemente pobre y decepcionante porque duró el doble de tiempo. Casi podría pensarse como una estrategia oficial, para ocultar sus cada vez mayores y numerosos fracasos. Tal vez un asesoramiento de la “elite intelectual” que la rodea. En oportunidades Cristina parecía la “maestra ciruela” retando a sus alumnos. En otras se la observó muy enojada, crispada, nerviosa, casi “sacada”, fuera de control, gesticulando con sus brazos, revolviendo desordenadamente sus papeles, echando culpas por doquier y hablando de temas que era evidente, que no habían sido analizados adecuadamente En dos o tres oportunidades recordó a su difunto esposo, sus ojos se llenaron de lágrimas y se le quebró la voz. Debo confesar que a mi también me brotaron lágrimas en esos momentos. Pero no por las mismas causas que Cristina. Fue simplemente por pensar que la más favorable oportunidad que tuvo el país en el último siglo, de convertirse en un país moderno, fue desperdiciada por el difunto, por el despilfarro de fondos en su descontrolada demagogia y en su sistemática destrucción de las instituciones del Estado. El solo hecho que el maligno y perverso fantasma era frecuentemente invocado por Cristina me angustiaba y me ponía al borde del llanto. Su lenguaje careció la solemnidad del que debe usar un presidente de la Nación, en una ocasión como esta, cuando se dirige nos solo al Congreso Nacional, sino por la cadena oficial a los cuarenta millones de argentinos. Cristina manifiestamente nerviosa hablaba apresuradamente, a veces con enojo y agresividad, otras con ironía y en oportunidades en forma coloquial como si fuera una “Doña” discutiendo con vecinas del barrio. Todo su discurso y su lenguaje corporal evidencian claramente su falta de equilibrio y sus conocidas dolencias psíquicas. La presidente admitió que “a veces” tiene “dudas si vale la pena seguir adelante”. Un consejo de un simple ciudadano: Presidente, así no vale la pena seguir adelante, porque está destruyendo al país y todo lo bueno que se construyó a lo largo de sus doscientos años de existencia. Su modelo no sirve y va a contramano del mundo. 03-Mar-12 Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL alfredo@weinstabl.com.ar

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