sábado, 10 de septiembre de 2016
CHINA
BEIJING JUEGA A LA GEOPOLÍTICA
Previsible: China apuesta por el régimen de Bashar al-Assad
El interés de China por Siria data de la Antigüedad y la Edad Media. La célebre Ruta de la Seda atravesaba el Asia Central y pasaba por Palmira y Damasco antes de bifurcar hacia Tiro y Antioquía. El presidente chino Xi Jinping ha convertido en principal objetivo de su mandato la recuperación de esa vía de comunicación y la creación de una 2da. Ruta de la Seda a través de Siberia y Europa. El otro gran interés de Beijing es la lucha contra el Partido Islámico de Turquestán, afiliado sucesivamente a al-Qaeda y al Emirato Islámico (Daesh). Hoy existe un barrio uigur en Raqqa, ciudad siria bajo control del Emirato Islámico. Los miembros de ese grupo se vinculan con la Orden de los Naqchbandis, una congregación sufista en la que fue líder el ex Gran Muftí de Siria, Ahmad Kuftaru. El tablero sirio, parad igma de una "proxy war" (una guerra en la que las potencias combaten a través de terceros actores), se ha complicado con la ofensiva de Turquía "contra organizaciones terroristas en Siria como el Estado Islámico y el PYD", en referencia al Partido de la Unión Democrática, la rama siria del PKK y estructura política de las milicias kurdosirias YPG, que reciben armamento y entrenamiento de Estados Unidos. A finales de agosto la artillería turca comenzó a atacar posiciones de los yihadistas en Yarábulus (norte de Siria), pero también a milicianos kurdos de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), que lideran las Fuerzas Democráticas Sirias -apoyadas por USA- y han logrado sustanciosos avances contra el Estado Islámico. Desde entonces, la invasión del norte de Siria, bautizada como operación 'Escudo del Éufrates', ha supuesto ataques contra el mejor aliado de Washington DC en la guerra. En 2016, la presencia en Siria del almirante Guan Yufei, jefe del nuevo Departamen to de Cooperación Militar Internacional de las fuerzas armadas chinas, ha despertado inquietud en Occidente.
Portaaviones Liaoning, en varias ocasiones se especuló con su arribo a la base rusa en Siria. Todavía no sucedió.
Ben Carson, el neurocirujano adventista DEL 7mo. día que compitió en la interna republicana para ser candidato a Presidente de Estados Unidos, y quedó fuera de carrera, recibió en determinado momento mucha atención mediática por pronunciar dichos considerados impropios o imposibles. Dijo, por ejemplo, que había que utilizar drones para disuadir a los inmigrantes indocumentados, que las pirámides egipcias habían sido construidas para guardar granos y no para servir de tumba a los faraones, y que el Obamacare era lo peor que le había pasado a Estados Unidos desde la esclavitud.
Sin embargo, entre tanto palabrerío de Carson y también de los medios en torno a sus dichos, hubo uno que fue tomado como una “locura” más y hoy a la luz de los hechos, parece hasta profético. En noviembre de 2015, en medio de un debate, Carson dijo que Siria era “un lugar muy complejo. Los chinos están allí, así como los rusos, y hay todo tipo de facciones allí”, dijo el neurocirujano en ese momento. La aseveración despertó críticas de una docena de expertos en política exterior, que pusieron en duda que China estuviese en Siria.
En respuesta, la campaña de Carson respondió: “China tiene lazos de seguridad de larga data y bien documentados con Siria, le ha provisto armas militares y equipamiento que Siria está usando en el actual conflicto.” Aclaró que a eso se refería el entonces precandidato, no a que China estuviese de hecho enviando tropas a Siria. Hoy, ese panorama que en ese momento le valió hasta burlas a Carson, está verificándose.
“En las décadas pasadas, China ha vendido regularmente misiles, tecnología de misiles y componentes de misiles a Siria, a pesar de las objeciones de Estados Unidos”, advertía Carson en ese entonces, “China también le ha vendido un radar avanzado al régimen de Assad.”
Entre 2006 y 2010, China fue uno de los 5 mayores proveedores de armas convencionales a Siria. La controversia causó tal revuelo que hasta la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Susan Rice, le respondió a Carson. Dijo que “no había visto ninguna evidencia de involucramiento militar de China en Siria.”
“Me sorprende que mis fuentes sean mejores que las suyas”, respondió, escueto, Carson, y abandonó el asunto. Hoy el tiempo le dio la razón al neurocirujano: el gigante asiático firmó un acuerdo con el régimen de Bashar al-Assad y algunos analistas consideran que podría enviar tropas hacia el sangriento Medio Oriente de aquí un tiempo.
Otros consideran que la idea es exagerada, y que el acercamiento chino a Siria forma parte de una plataforma de política exterior mucho mayor del gigante asiático, y que lo que representa es la certeza que tiene Beijing de que el Presidente sirio Bashar al-Assad obtendrá la victoria en esta guerra civil.
La batalla por Aleppo, punto de inflexión
A fines agosto de 2016, el Almirante chino Guan Youfei, director de la Oficina de Cooperación Internacional de la Comisión Militar Central de China, aterrizó en Damasco para hablar con el ministro de Defensa sirio, Fahad Jassim al-Freij, y otros oficiales del Gobierno sirio. Youfei anunció luego que Beijing y Damasco habían llegado a un acuerdo para que el ejército chino provea ayuda humanitaria a Siria y discutieron la posibilidad del involucramiento chino en el entrenamiento del ejército sirio y otras operaciones en ese país.
La agencia de noticias china, Xinhua, no brindó mayores detalles sobre los términos del acuerdo, y existen rumores de que militares chinos ya están operando en Siria desde hace tiempo. Youfei también se encontró durante su visita a Damasco con un general ruso cuyo nombre se desconoce, afirma el portal South Front.
“Es importante destacar que la visita de Guan llegó justo antes de acontecimientos militares cruciales dentro y alrededor de Siria como el despliegue de una aeronave rusa a la base aérea Hamedan en Irán, y la escalada entre fuerzas kurdas apoyadas por Estados Unidos y milicias pro-Gobierno en el este de Siria.”
La intensidad de las acciones militares de Moscú en la región puede haber empujado a Beijing a involucrarse para ganar terreno diplomático y financiero antes de que el conflicto sirio entre en su etapa final, afirma South Front.
“Casi todos los expertos consideran que la actual batalla por Aleppo es un punto de inflexión en esta guerra. Si Damasco gana, los ‘moderados’ apoyados por Estados Unidos tales como Jabhat al-Sham y compañía, tendrán pocas chances de tener un rol significativo en el futuro sirio”, explica el portal.
A causa del mayor involucramiento de Irán, China, Rusia y ahora posiblemente Turquía en Siria, Estados Unidos debe desarrollar una estrategia urgente si quiere mantener su influencia en la región. El comandante estadounidense de las tropas norteamericanas en Siria e Irak, el General Stephen Townsend, advirtió públicamente a Moscú y al Gobierno de al-Assad que el contingente militar norteamericano en zonas ocupadas del este de Siria se defenderá si se siente bajo amenaza.
Beijing, ¿una orientación pro-China en el ejército sirio?
“Un dato interesante es que algunos medios y expertos ligados al Estado chino, que siguen de cerca las operaciones rusas en Siria, describen la estrategia de Moscú en Siria como demasiado moderada”, señala South Front.
Según estos medios y expertos, varios ceses al fuego e intentos de resolver el conflicto a través del diálogo político antes de derrotar militarmente a las facciones terroristas que operan en el país, fueron demasiado prematuros.
Mientras tanto, el diario libanés Assafir informó que en las próximas semanas, Bashar al-Assad viajará a China para seguir profundizando la cooperación en seguridad y lucha anti-terrorista. Otro dato importante a tener en cuenta es que Beijing está muy preocupado por la amenaza terrorista islamista que podrían presentar los uigur, un grupo étnico que vive en las regiones del noroeste de China.
“La inteligencia china cree que alrededor de 3.000 militantes uigur han estado luchando codo a codo con ISIS y al-Nusra en Siria. La mayoría de ellos se entrena en Afganistán y luego los militantes van hacia Siria e Irak”, escribió South Front. Por otro lado, desde el punto de vista estratégico, China recibe cerca del 50% del petróleo y gas de Medio Oriente y Asia Central.
Sin embargo para Peter Lee, autor del blog China Matters, se está confundiendo el significado de la visita de Youfei a Siria y su promesa de ayuda humanitaria. Lee advierte en el diario Asia Times que la ayuda se concentrará en el entrenamiento de doctores y enfermeras, ya que hay poco que China puede enseñarle al ejército sirio, acostumbrado a dar batalla en el apocalíptico Medio Oriente.
“El ministro de Defensa sirio, Fahad Jassim al-Freij, manifestó también el apoyo sirio a la posición (china) en el asunto de Mar del Sur de China, lo que abre a la interesante posibilidad de que la República Popular de China estuviese jugando la carta militar en respuesta a una iniciativa diplomática positiva y también, en una movida que le resultará conocida a Estados Unidos, cultivando una orientación pro-China dentro del influyente ejército sirio”, escribió Lee.
“El viaje de Guan a Siria, en mi opinión, no señaliza una nueva voluntad china de sumergirse en la baño de sangre sirio. En cambio, muestra el optimismo que guarda la República Popular de China sobre el futuro de Assad pos-conflicto, y que la República Popular China está jugando cautelosamente sus cartas diplomáticas así como sus vínculos ejército a ejército, para asegurarse de formar parte de ese futuro.” Para Lee, la movida es uno de los primeros pasos que está dando China en pos de su objetivo de convertirse un proveedor de una ‘red de seguridad’ en la región y en el mundo.
El caos en Afganistán y Pakistán asusta a los chinos
El punto central de Lee es que la visita de Guan Youfei a Siria no debe ser leída como la antesala de una operación militar china en Medio Oriente a gran escala, tal como suponen otros analistas, sino como un nuevo paso dentro de una política ya delineada en enero de 2015 cuando el Presidente chino Xi Jinping anunció que se fortalecerían las funciones de la “diplomacia militar” en apoyo de las políticas de seguridad nacional. Para Lee, el objetivo de la visita fue “establecer una base diplomática y eventualmente legal para una proyección de poder a futuro quizás en Siria, quizás en otro lado.”
“La intención de Guan fue establecer que la presencia china en Medio Oriente es tanto bienvenida como legal, y potencialmente congruente con las prácticas internacionales legitimas (refiriéndose aquí a la presencia rusa, dado que el despliegue de operaciones de USA en Siria son, desde el punto de vista de la soberanía, básicamente ilegales).bAsí, cuando llegue el tiempo y si llega, de que la República Popular de China necesite ponerse seria en cuanto a la proyección del poder duro, contará con la doctrina, las relaciones y la infraestructura legal en orden para proceder”, escribe Lee, quien además asegura que ese día, tarde o temprano, llegará, dado la creciente ansiedad que provoca a Beijing el caos en Afganistán y en Pakistán.
Para Lisa Curtis, una investigadora de The Heritage Foundation, el principal interés de China en el sudeste asiático incluye promover la estabilidad en Pakistán y Afganistán para bajar la influencia de los extremistas islamistas, y para proteger las rutas de comercio y energía que atraviesan la región y a las que China necesita tener acceso.
The Diplomat: China, armando a Siria desde hace décadas
Para David Volodzko, de la revista The Diplomat, si se revisa la historia, se descubre que China tuvo un rol preponderante en haber armado al régimen de al-Assad, desde hace mucho antes de que empezara la actual guerra civil.
“En 1988, China le vendió misiles M-9 a Siria, a pesar de la oposición de Estados Unidos, y a pesar de que diplomáticos norteamericanos luego convencieron a Beijing de cancelar la entrega. En 1991, Bush dejó de venderle tecnología de satélites a China porque China le estaba vendiendo armas a Siria, y el secretario de Estado James A. Baker pospuso su visita a Beijing hasta que Beijing prometió detenerse. China hizo esa promesa, pero unos meses después fue descubierta armando a Siria”, explica Volodzko.
“En 1996, (China) fue otra vez descubierta vendiéndole tecnología misilística a Siria, y en 1999 le envió 10 toneladas de aluminio en polvo al Centre des Etudes de Recherche Scientifique (CERS) en Siria, que opera el programa de misiles de la nación”, explica Volodzko.
Esto continuó hasta pasado el año 2000. Finalmente, el 2 de febrero de 2011, 15 personas llevaban a cabo una vigilia en Damasco cuando el Gobierno de al-Assad decidió responder con fuerza brutal, precipitando el “Día de Furia” (3 de febrero), que marcó el comienzo del actual conflicto. El que en ese momento era el representante de China en las Naciones Unidas (ONU), Li Baodong, solicitó públicamente “poner un fin inmediato a toda la violencia en Siria.”
Mientras tanto, su país continuaba enviando armas a Siria, según afirma el artículo de The Diplomat. En 2013, Rusia y China vetaron una resolución de la ONU para intervenir Siria tras el ataque químico a Guta –una zona rural en las afueras de Damasco-, que según Estados Unidos y Francia había sido perpetuado por el gobierno de al-Assad, y en el que murieron 1.400 personas y otras 3.000 resultaron heridas. Irán y Rusia negaron que el Estado sirio hubiese tenido algo que ver con el ataque.
Cuando inspectores de armas de la ONU informaron en septiembre de 2013 que al-Assad había usado gas sarín, Rusia y China no lo creyeron. “Y en abril de 2014, cuando Kafr Zita (N de la R: ciudad en el norte sirio) recibió ataques con gas cloro, la evidencia mostraba que el cloro utilizado vino de la compañía estatal China North Industries (Norinco)”, escribió Volodzko.
China dijo luego que investigaría el posible vínculo pero Norinco negó cualquier involucramiento. “Nadie hizo más que Rusia, China e Irán para armar al ejército sirio”, escribió Volodzko.
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