La Nueva Provincia - 17-Dic-08 - Él país
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PUERTAS ADENTRO
Todo para que renuncie Julio Cobos
por Eugenio Paillet
Néstor Kirchner se ha puesto a la cabeza de un plan de su exclusiva autoría destinado a forzar más temprano que tarde la renuncia del vicepresidente Julio Cobos. El santacruceño puso en marcha esa estrategia el lunes, cuando asistió a la asunción de Alberto Balestrini como nuevo titular del Partido Justicialista bonaerense. Y la repetirá en cuanta oportunidad tenga de aquí en delante de pararse en una tribuna política.
La novedad de la estrategia, urdida por Kirchner durante las reuniones que ha mantenido en Olivos con sus incondicionales, pasa por achacarle al mendocino no sólo su deslealtad para con el gobierno y la fórmula que lo cobijó: también apunta a denunciarlo en público por entorpecer la marcha normal de la administració n de Cristina Fernández. "Es una máquina de impedir", disparó en la primera de las muchas andanadas que prepara, al hablar en la histórica casona peronista de Gaspar Campos.
Cobos salió ayer a recoger en duros términos ese guante y le devolvió el mandoble a Kirchner: dijo que si algo impidió con su voto no positivo del 17 de julio pasado fue que cayera el gobierno y los Kichner debieran regresar a Santa Cruz. Y le recomendó al ex presidente que imite los mensajes de prudencia y mesura que transmite Cristina Fernández, con quien dijo estar listo para volver a dialogar.
La estrategia de Kirchner buscará por ahora contener esa embestida dentro de los carriles del Partido Justicialista, que preside a nivel nacional. De todos modos no impedirá, y de hecho alienta en silencio esa presencia, que figuras del gobierno de su esposa se sumen a la críticas. En este caso, para guardar las formas, funcionarios como Florencio Randazzo o Aníbal Fernández, y legisladores fieles como el santafecino Agustín Rossi, se abstienen de pedirle la renuncia a Cobos. Pero le machacan sobre la inconsistencia de ser vicepresidente de un gobierno al que no acompaña desde los hechos concretos.
Quienes conocen estos enjuagues en el peronismo y en el gobierno admiten que la estrategia de Kirchner detrás de forzar la renuncia de Cobos se asienta en no pocos gestos de impotencia que ha experimentado el ex presidente en las últimas jornadas. En efecto, observa sin poder hacer nada para modificar ese estado de cosas, que Cobos acrecienta su imagen positiva en la medida en que persiste en su decisión de no renunciar y de mantenerse en el cargo hasta cumplir su mandato, el 10 de diciembre de 2011.
Esos gestos se traducen en desesperación cuando comprueba al mismo tiempo que su propia imagen, y la de su esposa, que acaba de cumplir un año en el cargo, andan por el piso.
De resultar totalmente acertadas las confidencias de fuentes peronistas, el plan suena a estrambótico. Supone que por la banda contraria, y quizá como producto de esa realidad que muestra cualquier sondeo de opinión, Kirchner piensa que Cobos podría perder imagen y caer en los muestreos sobre intención de voto si renuncia a la vicepresidencia y vuelve al llano para meterse de lleno en la carrera política hacia 2009, y más adelante con la mira en las presidenciales de 2011, de acuerdo a los primeros planes que ha esbozado el propio mendocino.
En efecto, Kirchner se ha convencido a sí mismo, y quiere ahora convencer al resto de quienes lo rodean, que la única forma de vencer a Cobos y hacerle perder imagen es sacarlo del gobierno y devolverlo a los rigores de la arena política.
Hasta mencionan un caso puntual que estaría sucediendo por estas horas, según datos que dice poseer el gobierno, con la vicejefe del gobierno de la Ciudad, Gabriela Michetti. Sus idas y vueltas en torno a si ser candidata en el distrito o en la Nación, y finalmente esa decisión en sí misma, que supone abandonar el cargo para el que fue elegida por los porteños a un año de haberlo asumido, le habría hecho perder puntos en las encuestas de imagen.
Suponen los que alimentan la imaginación de Kirchner, aunque en la intimidad no se muestren del todo de acuerdo con los pasos del jefe, que con Cobos podría ocurrir un proceso similar, frente a una sociedad escaldada por las trapisondas de la política.
Lo concreto es que con esa línea de análisis o sin ella, Kirchner reforzará sus embestidas contra el vicepresidente de la Nación, única herramienta que ha encontrado a mano a estas alturas del partido para desmontar el "fenómeno Cobos" y evitar que se convierta en un riesgo electoral el año que viene o en las presidenciales del 2011.
Parece un plan de vuelo corto por donde se lo mire. Los sondeos de imagen muestran a Cobos con porcentajes cercanos al 60 por ciento de aceptación popular, muy lejos de los 20 o 30 puntos que registran Néstor Kirchner y Cristina Fernández. El vicepresidente, vale recordar, ha dicho y repetido que de su cargo lo van a sacar muerto o por juicio político, y ha reafirmado hace algunas horas su decisión de cumplir íntegramente su mandato constitucional.
Sin embargo, una sorpresiva definición del diputado cobista Daniel Katz, uno de sus más firmes aliados, vino a poner dudas sobre la escena en las últimas horas. "La vicepresidencia de Cobos es un cargo a plazo fijo", dijo el ex intendente marplatense. En el gobierno leyeron la frase como lo que parece ser: que se irá cuando vea que están dadas las condiciones políticas y electorales. Y eso podría no ser en diciembre de 2011.
Kirchner igual apura su estrategia para desbarrancarlo ahora mismo, si eso fuese posible.
miércoles, 17 de diciembre de 2008
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