¿La vida o el empleo precarizado?: El empleo, el empleo
La administración Kirchner busca que la crisis internacional llegue lo más tarde posible a estos lugares radiantes de dinero jubilatorio malhabido y que no se vea afectado el empleo. Esto, a pesar de que Argentina se encontraba presidencialmente “blindada” de los “errores” cometidos por los principales líderes mundiales en sus respectivas economías. También la inquietud arribó a sectores opositores que, como es costumbre, se mueven en bases a sacudidas parkinsonianas oponiéndose pero no tanto a las directivas de la Casa Rosada. Si a este panorama se le suma a Aldo Ferrer asesorando en temas económicos por un lado, y a Domingo Cavallo y Martín Lousteau por el otro, puede afirmarse sin ambages que la situación es de difícil solución.
Pero la realidad por fuera de los guarismos oficiales indica que la crisis local se precipitó mese atrás con la firma de la Resolución 125 que dio comienzo al paro agropecuario. Con aproximadamente un 60% de trabajadores que desenvuelven sus tareas en el mercado laboral de manera ilegal, el esfuerzo recaudatorio estatal se centra en los bolsillos del 40% restante y en una serie de mayúsculos impuestos como el IVA que alcanza al 21% y a todas las capas de la población, sin diferenciar a quienes tienen más de aquellos que tienen poco o casi nada. Un raro socialismo de aventura donde el trabajo precario es dueño y señor del modelo económico.
No obstante, quienes llegaron del frío continúan con su racha de suerte. En la semana que pasó los siempre presentes cortes de luz fueron atribuidos por el ministro de Planeamiento a un noviembre por demás caluroso. El responsable de un ministerio que debería anticiparse a los acontecimientos cargó las culpas sobre el clima. Es coherente. En inviernos pasados justificó la falta de gas por el frío. Bueno sería que fuese al revés.
Alimentos descompuesta dentro de las heladeras, remedios que deben tirarse al romperse la cadena de frío o falta de agua en los edificios de propiedad horizontal, fueron las secuelas para la población de clase media de la Capital Federal y el conurbano bonaerense gracias a la continua improvisación del gobierno nacional en el campo energético. Sin embargo llamó la atención que las crónicas periodísticas omitieran referirse a los extensos cortes de energía -que en algunos casos duraron varios días- en las cada vez más numerosas villas miserias Es de suponer que en esos lugares hay cosas que no han de suceder porque viven muchos adictos subsidiados de los gobiernos nacional, bonaerense y de los caciques territoriales de ese Gran Tugurio llamado Gran Buenos Aires. Y en esos lugares la luz no se corta. Y si alguien tiene dudas puede preguntarle al gerente que encarcelaron y llevaron esposado cuando una compañía prestadora del servicio osó dejar sin suministro a una villa de La Matanza. Y eso que eran tiempos del “neoliberal” Menem.
La dirigencia camina en una sola dirección. Busca una antigüedad y un imposible: preservar el empleo a través de un plan anticrisis. Abstraída, es de lo único que habla. Oficialistas, opositores y de los otros están en lo mismo. Pero más allá de las rejas con que los Ejecutivos, Legislativos y Judiciales vallan sus sedes para que no sean tomadas por asalto, existe otra situación. No pasa día sin que una persona sea asesinada, secuestrada, violada y asaltada por delincuentes que han perdido todos los códigos y que comienzan a ser mayoría numérica. De eso no se ocupan, de eso no hablan, ni se forman comisiones ni se interpela en el Congreso a los ministros de la Inseguridad respectivos.
Qué tan importante puede ser conservar el empleo cuando se puede perder la vida al salir de la casa para comprar cigarrillos o al entrar el automóvil en el garaje. Las prioridades para la dirigencia están subvertidas en tiempos propios que hablan de la formulación de alianzas y la búsqueda de candidatos para las elecciones legislativas del año próximo. Como dicen hoy los jóvenes: ¡Están en otra! Sería deseable que se acerque más a las necesidades del pueblo; que se ubique, se centre; que responda a las muchas necesidades de quienes los eligieron; que no se aprovechen de la apatía, resignación y falta de líderes de los electores. Esto último podría ser temporal.
SALINAS BOHIL
CORREO DE BS AS
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