LA TERGIVERSACIÓ N DE LA PRENSA
Y UN GENERAL DE LA NACIÓN
En los estados democráticos es aceptado que los medios masivos de comunicación desempeñan un rol fundamental en la sociedad. Son la variable independiente y constituyen uno de los vínculos del Estado con la comunidad. Son unos de los actores más importantes en la configuración de la vida y de la opinión pública y constituyen sin lugar a dudas el llamado “cuarto poder” en la República.
Esta denominación popular proviene de su capacidad para controlar, a través de la información veraz, los actos de gobierno y de las instituciones del Estado. A su vez opera sobre el electorado, dueño de su propio destino.
Pero, frecuentemente no siempre es así. Más precisamente muchas veces pierden objetividad y se manipula la noticia a medida de su propio interés y conveniencia. En particular, en nuestro país, la desinformació n agobia.
En numerosos casos se suman a la falta de responsabilidad periodística, la pérdida de sentido critico y, en muchas oportunidades, un descarado interés económico lleva a tergiversar los hechos y las situaciones.
Muchos medios abandonaron el rol de ser el contralor del poder, para convertirse en el medio de manipulación de los ciudadanos que votan y deciden el destino de la Nación.
Muy frecuentemente las noticias responden a la particular óptica del periodista, de su ideología, del compromiso editorial o simplemente, a criterios de venta. De venta de angustias.
A continuación deseamos mostrar la tergiversació n de una noticia que velozmente se reprodujo en numerosos medios del país y que relata hechos diametralmente diferentes a como en realidad sucedieron.
Hace unos pocos días atrás, en varios medios apareció la información que en el Tribunal Federal Oral de la ciudad de Neuquén, “un general procesita”, “reivindicaba la dictadura y al golpe de Estado”. La noticia surgió de un artículo publicado por el periódico Río Negro, del 20 de este mes.
Los verdaderos y reales hechos ocurridos en el Tribunal se describen a continuación.
El General de Brigada (R) Heriberto J. Auel (1) fue citado por el Tribunal mencionado, convocado por la defensa de algunos de los ocho prisioneros políticos procesados en la causa en debate (2).
Su citación fue en calidad de “testigo de concepto” (3), no relacionado con la causa.
En su testimonio el General señaló:
· Que iba a “conceptuar”, entendiendo que el concepto es “un mapa de ideas”. Estas exigen validación, de lo contrario estamos en presencia de meras “opiniones”.
· Que la guerra es un hecho “socio-político” , que da lugar a la “batalla” a nivel estratégico y a los “combates”, en el nivel táctico. Quedan definidos así tres planos diferenciados y tres categorías de la acción, también totalmente diferenciadas. Son de responsabilidad militar solo las dos últimas. La primera es de exclusiva y excluyente decisión política.
· Que en el caso de marras, en el marco de la guerra fría, la agresión terrorista se produjo bajo conducción estratégica “externa” –Moscú-La Habana- y la acción sobre el terreno a través de grupos internos, socialmente resentidos. –Veintitrés organizaciones armadas, de las cuales actuaron diecisiete.
· Que su arma principal fue el “odio social” pre-existente, en el ambiente de un país en fuerte crisis del sistema político. Ello indica que el país esteba en presencia de una guerra “civil”, “interna”, “no convencional”, conducida política y estratégicamente por estados extranjeros, tácticamente operada por argentinos. Guerra técnicamente definida como “muy limitada”, que queda fuera de el sostén del derecho internacional público –la Convención de Ginebra”- y que, en consecuencia, DEBIÓ SER SOSTENIDA POR EL DERECHO NACIONAL.
· Que dicha responsabilidad jurídica era y es totalmente inherente al plano político. Por ignorancia, sorpresa, apresuramiento o irresponsabilidad, dicha condición no se cumplió. Las tropas fueron lanzadas al combate, por el “cuasi-estado” , sin bases ético-jurídicas, ante la desesperación de un pueblo horrorizado por el terrorismo revolucionario. Para profundizar en el concepto de la antigua e hibernada “guerra civil argentina”, el General propuso la lectura de un libro de tesis: “Las guerras Civiles Argentinas”, del Dr. Juan Álvarez –Ex Juez de la CSJN-.
· Que se dictó un decreto de “movilización de las FFAA” y de “aniquilamiento de la subversión”, -que ésta no era una entelequia abstracta y la corporizaban terroristas adiestrados en “Punto Cero” –Cuba-, por donde pasaron ocho mil cuadros revolucionarios argentinos, además de Libia, Palestina o Alemania Oriental-.
· Que nuestros dirigentes políticos ignoraron que la guerra, la “continuación de la Política por medios de fuerza” -Clausewitz- evoluciona y cambia de formas y naturaleza, acompañando a la civilización. Que es un fenómeno “lúdico y agonal” y que exige previsiones estratégicas. Argentina no las tenía, ni las tiene hoy, pues se niega a reconocer las “nuevas amenazas” y con ello se niega a evitar una eventual guerra. Por ello, además de otras razones, señaló como causal central de lo ocurrido al “cuasi-estado” , débil y extemporáneo.
· Que mientras en el Hemisferio Norte nuclearizado regía la “mutua destrucción asegurada” y se vivía la “pax del terror nuclear”, TODO el Hemisferio Sur –carente de arsenales QBN- era envuelto por guerras civiles revolucionarias. No fue un fenómeno argentino aislado. Ibero América estaba incendiada.
· Que ninguna relación tienen los “golpes de estado” y la “dictadura” con la agresión terrorista revolucionaria que sufrió el hemisferio sur. Las primeras son consecuencia de la disfuncionalidad del sistema político, como mecanismo de acuerdos sociales y la segunda, la agresión terrorista revolucionaria, era consecuencia de una guerra extrañamente “fría”, entre las superpotencias, pero que producía en el Hemisferio Sur guerras que nos eran desconocidas, pero que no eran frías.
· Que el intento de la querella en llevar al testigo al “dolo”, por “apología del delito”, constituía un “agravio gratuito e irrazonable”, toda vez que el testigo, a lo largo de su exposición nunca los mencionó y, afirmó que a lo largo de cuarenta años de servicios, SIEMPRE se opuso a los golpes de estado, a las dictaduras y sigue oponiéndose a las tiranías contemporáneas, como lo pueden atestiguar quienes lo conocen o quienes hayan leído sus numerosos trabajos.
· Que como politólogo estaba convencido que el sistema político se recompone desde la Constitución y desde el propio sistema político. Sus interrupciones nos han llevado a un eterno comenzar, defraudando cíclicamente a la esperanza pública.
· Que el intento de la querella, al mezclar hechos de naturaleza diversa, argumentando que la “Revolución Libertadora se hizo para reemplazar a la Constitución del ’49”, era ajena a la razón por la que el testigo fue convocado, pero que hacía notar al Tribunal que la guerra civil revolucionaria en la Argentina tuvo su reconocido comienzo recién en 1959. (4)
· Que la mentalidad “lineal”, común a los occidentales y a nuestra dirigencia, tropezó con una estrategia que nos era desconocida: la aproximación indirecta. El término “aniquilar” es el eje del pensamiento clausewitziano y nuestro enemigo marxista-leninista se inspiraba en Sun-Tsu. Su maniobra estratégica fue eficaz: perturbó a nuestra sociedad y la lleva naturalmente a su auto-destrucció n. Es esa la quinta esencia de la estrategia de nuestro enemigo.
· Que la Nación Argentina, a través de sus FFAA, de Seguridad y Policiales, ganó todos los combates. No dio batalla, por carencias institucionales y la guerra es hoy explotada por los residuos revolucionarios en los estrados de la justicia federal. La Argentina es el único país de la región que hizo judiciable al hecho socio-político de la guerra. Por esa razón su transición de posguerra es negativa y retrógrada. La Argentina está hoy en decadencia.
· El Pte Alfonsín fue defensor del jefe del ERP. Ello nos permite deducir que conocía muy bien los graves acontecimientos ocurridos. Llevado por el asesoramiento de los Dres. Malamud Gotti y Nino, dictó los decretos 158/83 y 157/83. El primero llevó a los tribunales un hecho socio-político que merecía solo sanciones políticas. El segundo, que encausaba al agresor terrorista revolucionario, aun yace en algún cajón de alguna fiscalía.
· Que si hubieren existido delitos “en la guerra”, debían ventilarse en los tribunales militares, que eran los pertinentes. Se sacó a los reos de su juez natural y como ello no alcanzó, se destrozó la jurisprudencia argentina a través de la aplicación de normas “posteriores a los hechos del delito”. Por ello se debe concluir que la “explotación de la guerra” está en los estrados judiciales, impulsada por los vencidos en combate, hoy querellantes, que han trastocado la victoria táctica del pueblo argentino, en victoria político-estraté gica de los terroristas revolucionarios residuales, treinta años después, en una etapa histórica totalmente distinta a la de los ’70.
· Que es probable que la razón del llamado al testigo de “concepto” por parte de la defensa se deba, justamente, al hecho del tratamiento en estrados judiciales de un tema específicamente polemológico (5), por personal “lego”, es decir, se están tratando los hechos “en la guerra”, fuera de sus estrados naturales.
· Que si se tratara del “delito de la guerra”, estaríamos transitando un terreno específico de la filosofía política, -magistralmente tratada por Juan Bautista Alberdi en uno de sus libros liminares, totalmente ajeno a tratamiento judicial alguno.
· Que oportunamente, en los primeros meses del año 1984, el Ministro de Defensa, Sr. Raúl Borrás, recibió asesoramiento al respecto del EMCFFAA y que el testigo, destinado en dicho EM, estuvo presente cuando el Ministro decidió poner “un punto final” al grave problema político-institucion al que originaba el desafortunado Decreto 158/83. Desgraciadamente su prematuro fallecimiento impidió continuar con esa decisión, expresó el General.
· Que preguntado si se aplicaron tácticas tomadas del Ejército Francés, dijo que todas las tácticas, es decir, los procedimientos de combate contraguerrilla de países que habían experimentado esos “conflictos de baja y media intensidad”, fueron estudiados en los institutos militares. Era conveniente tomar experiencias de otros y en particular sus conclusiones.
· Que ante una pregunta de la defensa, acerca de su relación con el Sr. Cnl Reinhold, dijo que era amigo y compañero de promoción y lo definió como un profesional “serio, prestigioso, responsable, juicioso hombre de familia y religioso".
Durante la exposición del General la parte acusadora intentó impedirle exponer, siendo observada por el Tribunal, reiteradamente.
Al terminar el General Auel su exposición, la abogada Romina Sckmunck del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CEPRODH), solicitó al Tribunal que el testimonio del General sea girado al Juzgado de Instrucción, para que sea investigado por apología del crimen y por apología del golpe de Estado del año 1976. La solicitud de la Dra. Sckmunck fue estudiada y rechazada de plano por el Tribunal Federal.
Como conclusión, nada de lo expuesto en el título y contenido publicado por el diario “Río Negro”, “El general Auel reivindicó el golpe de Estado” – “El militar procesista quedó al borde del procesamiento por apología del delito”, se ajusta a la realidad y a la verdad. En todo caso, el título está relacionado con la intención de los querellante y el diario se alinea con ellos.
El caso descripto se puede calificar como de corrupción comunicacional. Se transmitió a la opinión pública una información totalmente errónea, distorsionada y tergiversada.
En términos de análisis político es una modalidad de manipulación de la opinión pública para conducir a las masas de acuerdo a fines inconfesables, sin importar si estos se encuentren dentro de los lineamientos de las leyes, de la realidad y de la verdad.
28.Nov-08
Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL
alfredo@weinstabl. com.ar
NOTAS:
(1) El General de Brigada (R) Heriberto Justo Auel es un prestigioso militar en el que se conjugan sus sobresalientes aptitudes operativas con una profunda y acabada preparación académica. De fuertes convicciones republicanas y democráticas. Ha cursado varias licenciaturas universitarias relacionadas con Ciencias Sociales y el doctorado en Relaciones Internacionales, con el solo fin de impulsar los conocimientos de Polemología y Estrategia Contemporánea en el ámbito universitario y en los Institutos Militares Superiores. Desarrolló numerosas conferencias y ponencias, tanto en el país como en el extranjero. Es miembro de diversas Academias e Institutos relacionados con la Geopolítica, la Estrategia, el Estado y las RR. II. Durante 40 años ejerció y ejerce aún, la investigación y docencia en institutos y universidades. También publicó numerosos artículos y es autor de varios libros que hoy sirven como indispensable consulta, en las diferentes materias que imparte. Uno de sus últimos libros, “ESTRATEGIA INTERNACIONAL CONTEMPORÁNEA” , publicado en el año 2006- ha sido el que indujo a la defensa para que “conceptualizara” el marco situacional en que se desarrolló la especie de “guerra civil revolucionaria” que la Nación Argentina enfrentó, entre 1959 y 1989, como subsidiaria de la “guerra fría”.
(2) Teniente Coronel Oscar Lorenzo Reinhold, oficial de inteligencia del Comando de la Sexta Brigada de Infantería de Montaña, de Neuquén, e imputado en este juicio.
(3) Testigo de Concepto: Es la persona citada a fin de que señale los elementos sustantivos que definen a los hechos en análisis.
(4) El autor de ésta nota desea introducir aquí un párrafo: en el año 1983, en los kioscos de Bs. As. se vendía un folleto titulado “Democracia y Liberación”. Se trataba de una entrevista concedida por el célebre terrorista internacional Gorriarán Merlo a un periodista colombiano, en Lima. Ante la pregunta ¿Cuál ha sido el mayor éxito de la revolución marxista en la Argentina, en las últimas décadas?, GM respondió: “Haber logrado el golpe del ‘76”. Los comentarios sobran.
(5) Polemología es una disciplina de la ciencia política que trata de la guerra (una forma de hacer política)
lunes, 1 de diciembre de 2008
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