lunes, 29 de marzo de 2010

EL DINERO DE LOS OTROS


El dinero de los otros



Por Gonzalo Neidal



Seamos francos: los Kirchner no inventaron nada.

Todos los gobiernos, unos más y otros menos, utilizan los fondos federales para negociar y presionar a los gobernadores. Y éstos utilizan los votos de los diputados y senadores con que cuentan para obtener alguna ventaja del gobierno nacional.



¿Toma y daca? No: negociación, como tantas.

Así es la política. Así es ahora y así era antes. Y seguirá siendo así.



El vicepresidente opositor, con gran generosidad, acaba de declarar -ya en plena campaña para posicionarse como candidato radical- que si por él fuera, “coparticiparía todos los impuestos”.


Gracias, Cobos. El país todo valora tu generosidad.



Pero hay algunos detalles a tener en cuenta. Uno de ellos es que fue un gobierno del signo político de Cobos el que impuso el impuesto a los créditos y débitos bancarios.



En efecto, al asumir Domingo Cavallo el Ministerio de Economía durante la gestión de Fernando de la Rúa, y para componer el déficit fiscal que era uno de los principales problemas del gobierno, reinstaló el impuesto que él mismo, con sólidos argumentos, había derogado durante el gobierno de Carlos Menem.



Cuando Cavallo restableció el Impuesto al Cheque, Chacho Alvarez dijo que era un genio. El impuesto dejó de ser “distorsivo” y pasó a ser una genialidad.



Desde ese instante, Julio Cobos pudo pedir que se coparticipara. Pero también tuvo cuatro años más para pedir eso: todo el gobierno de Néstor Kirchner.



Al parecer, durante esos años Cobos consideró positivo el sistema de distribución del impuesto al cheque.



Pero ahora que su partido no maneja el gobierno, ahora que él está en campaña para ser candidato presidencial, considera como “no positiva” la actual distribución del impuesto al cheque.



Han pasado diez años y Cobos recién se da cuenta. Al parecer, se mueve con cadencia delarruísta. Con reflejos no excesivamente rápidos.



Siempre es muy fácil disponer de los dineros que uno no maneja. Lo complicado es resignarlos cuando es uno el que puede gastarlos.



La oposición se equivoca cuando pretende hacer todo lo que esté a su alcance para embromar al gobierno, para complicarle la gestión, para desfinanciarlo.



En primer lugar, porque queda como un conglomerado de opositores sin otro programa que el “no”. Su plataforma es el rechazo a todo lo que venga desde el gobierno. Su bandera es joder toda iniciativa del Poder Ejecutivo.


Y eso no alcanza. No sirve. No llega a constituir un proyecto alternativo.


Y Cobos no puede pretender ser, a la vez, el jefe de la oposición y el vicepresidente de la Nación.



Aunque ponga cara de chico bueno y moderado, su actitud es deplorable. Es una impostura que degrada la calidad institucional que él tanto dice proteger.


Con el Impuesto al Cheque, los gobernadores tienen una gran oportunidad de negociar con dureza frente al Ejecutivo.



Si cuentan con la fuerza necesaria, entonces pueden pedir más dinero a cambio de no incomodar al Ejecutivo. Porque la política en gran parte es eso: una inconmensurable cantidad de pequeñas extorsiones tácitas o explícitas. “Yo te doy esto si vos me das aquello” o bien “yo te apoyo acá si vos, me concedés esto”.


La debilidad parlamentaria del gobierno nacional agranda el espacio político de los gobernadores, que ahora tienen la ocasión de negociar en otros términos con el gobierno nacional.


Ninguno de los que negocia debería olvidar que se trata de repartir el dinero de otros.


Bah, el dinero nuestro.




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