jueves, 22 de julio de 2010

APAÑANDO VIOLENTOS


Apañando a los violentos

por Ricardo Medrano
ricardo.g.medrano@hotmail.com

Se suele decir que la violencia sólo tiene cabida donde la razón esta exiliada, será quizás esa la causa de los múltiples y frecuentes exabruptos violentos encabezados por miembros del gobierno de los Kirchner o de los llamados amigos cercanos al matrimonio.

A la escalada permanente y constante de la violencia verbal manifestada en la mayoría de los discursos oficiales de la Presidente, su marido y sus más estrechos colaboradores, se le suma una creciente ola de violencia física que a amenaza con adueñarse de una campaña política que se encuentra en su albor.

Desde aquella foto terrorífica en la que se puede ver a un desaforado Luis D´Elía golpeado impunemente a un jubilado que ejercía su derecho constitucional a manifestarse contra lo que entendía que era un atropello del Gobierno nacional, en medio de la más que simbólica Plaza de Mayo hasta las excusiones de Guillermo Moreno por la misma plaza rodeado de boxeadores o campeones de kick boxing, como si la razón descansara en los hombros de los fuertes.

La vuelta a las primeras planas de los diarios del grupo liderado por Milagro Sala se debe justamente a otro, y ya van demasiados, ataque violento con daños no sólo materiales sino también físicos, cuando irrumpieron a la fuerza en el hospital jujeño Pablo Soria y agredieron al director del nombrado nosocomio.

Esta no es la primera y desgraciadamente no será la última noticia de este tipo protagonizada por Milagro Sala, ya que esto que ocurrió más que una excepción parece ser la norma en lo que la actuación de este grupo se refiere. Aquellos que tiene la desgracia de sufrir a esta líder popular saben de primera mano que ella no concibe la política separada de la violencia.

Esta actitud intolerable en un Estado Democrático recibe por parte del Gobierno nacional un espaldarazo en forma de fondos constantes para continuar con un accionar que daña no solo a la gente que lo padece de forma directa sino a todo el país que contempla este hacer.

En la desesperada pesca de votos en la que se han embarcado los Kirchner se explica la permisividad que manifiestan con estas personas que trasgreden la ley de forma constante.

El problema radica en que la violencia sólo engendra violencia, y ese camino ya ha sido transitado por el pueblo argentino, camino que ha dejado heridas aún abiertas, es poco creíble que los que se adjudican la función de adalides de los derechos humanos muestren tan escaso interés en proteger esos derechos en las personas que no profesan otras ideas, cayendo en el lugar común de parecerse a lo que dicen combatir.

¿Quién protege los derechos humanos del jubilado apaleado por D'Elía? ¿Quién protege a la gente de Moreno y su horda de violentos? ¿Quién defiende al director del Hospital Pablo Soria?

No sabemos quién los protege, pero sí sabemos quién no lo hace.

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