jueves, 15 de julio de 2010

EL MALEVO PÍSTOLITA


Quien siembra vientos...

por Ricardo Medrano
ricardo.g.medrano@hotmail.com

Todas las personas que viven del interior y en el interior tiene cierto conocimiento respecto a la correlación existente entre las semillas sembradas y la cosecha posteriormente levantada, quien siembra trigo recoge trigo y quien siembra soja recoge soja, esto que es por demás evidente sorprende a veces a personas que nada saben no solo del campo sino de la vida.

Guillermo Moreno ha hecho de la agresividad, de la confrontación y de los malos molos su marca registrada, muchas son las historias de empresarios de distintos sectores que se reunieron en distintas oportunidades con el secretario de comercio interior y padecieron su falta absoluta de modales, desde atenderlos con las piernas sobre el escritorio, pasando por la agresividad verbal y la amenaza no tan soterrada hasta llegar al despropósito mayúsculo de exhibir impunemente una pistola en la cintura.

Este señor que cuenta con una larga trayectoria en lo que a intolerancia se trata, llegó al insospechado extremo de amenazar frente a las cámaras de todo el país al por entonces ministro de economía Martín Loustou en medio de la guerra desatada por el gobierno en torno a las retenciones de la soja.

Hoy es noticia que un abogado de un gerente de Papel Prensa amenazó con mucha firmeza al secretario de comercio interior y que aparentemente todo el altercado termino en una pelea de puños.

Desde estas líneas se condena esta y todas las formas de agresión existentes, y se desea que las diferencias ideológicas o conceptuales se diriman en otros términos y no a través de la sin razón de la violencia, pero no podemos dejar de observar que quien cosecha vientos, recoge tempestades.

Este gobierno que hoy toca sufrir y este secretario que tanto daño hace, han sembrado vientos de forma constante, más que vientos han sembrado huracanes, tanto con sus dichos como con sus actos, se han especializado en la violencia en casi todas sus formas, desde las frases dolientes e hirientes de algunos funcionarios hasta la dispersión de manifestaciones de la oposición en espacios públicos a puro golpe de puño.

Dicen que la violencia empieza cuando la razón se pierde, si ese es el caso, el kirchnerismo parece haber perdido la razón hace ya mucho tiempo, desde hace tiempo han hecho de la fractura su forma de gobierno y de la confrontación su sello de poder.

Los años de violencia, que fueron muchos y dolorosos están en el pasado, por más que algunos trasnochados insistan en revivirlos, la sociedad espera de sus líderes la templanza y la seriedad necesaria para hacer un país para todos, de inclusión y de respeto, algo que los Kirchner parecen no querer además de no entender.

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