EL MOUSE Y LA MANO

“EL USO EXCESIVO DEL MOUSE, PUEDE ALTERAR LAS FUNCIONES DE LA MANO”. (exclusivo para mis amigos de la web-no apto para publicación).


Así reza el titular de La Nación on line, del día jueves 8 de Julio. El artículo se resume diciendo…”los trastornos más comunes son el síndrome del túnel carpiano y la tendinitis”.

Y me preocupa…sé que Ud., hace uso excesivo de la mano, en cuanto “agarrar” el mouse se trate. ¡Esa mano derecha que tantas satisfacciones le diera en sus años de adolescente!...¡lo que ocurre es que Ud. ya no es un adolescente!...¿tomó consciencia?. Por otra parte, debo imaginar que “su mouse”, después de tanto “manoseo”, seguramente ya no tenga la misma ENVERGADURA que alguna vez tuvo, mas allá “del corte” que Ud. pretenda darse.

Respecto al “túnel” carpiano, no solo le restaría importancia, sino que hasta estimularía el no deje de contar Ud. con un buen túnel que le permita “dar respiro” a esa mano que tantos servicios y satisfacciones le ha brindado. Recuerde cuando Ud. se aferraba al mouse a través del bolsillo delantero del pantalón, ese bolsillo que tenía un tremendo agujero que su madre debía “remendar” cada dos por tres. Descuento que además, Ud. haya prestado su mouse a alguna que otra jovencita, para que diera rienda suelta a su incipiente vocación de “mousera”. ¡Cuántas escapadas se habrá hecho Ud. hasta la “gomería” más cercana a su domicilio, donde colocaban esos enormes almanaques con “doce caras bonitas doce”, y el resto de la humanidad al desnudo!. Y entonces…otra vez la mano y el mouse… la mano y el mouse, tantas veces como fuera necesario, o hasta que su padre o su madre le insinuaran que “ya era hora de salir del baño”. Ud. debe haber sido “El Rey” de la tendinitis, circunstancia que seguramente le pasó desapercibida. Pero…¡tenga mano compañero!; los años pasan y la elasticidad de sus músculos y tendones ya no es la misma…de ahí la tendinitis a la que alude La Nación.

En definitiva, sepa que su mano y su mouse, ya no son los mismos. ¡Asúmalo! y hágaselo asumir a esa compañera de casi toda la vida, quien para colmo y por más voluntad que ponga, mal puede disimular tener deshecho, su “túnel” carpiano, ¿me entiende?.

Por razones más que obvias, me despido de Ud., sin hacerle llegar el clásico “apretón de manos”. Ricardo.


Ricardo Pareja h