EL TUERTO PERDIÓ LA CALLE

LA INCLUSIÓN DE LA ADOPCIÓN EN LA LEY DE MATRIMONIO GAY FUE UN GRAVE ERROR DEL OFICIALISMO

Bergoglio le ganó la calle al kirchnerismo

Por Guillermo Cherashny (*)

Cuando se aprobó el proyecto del matrimonio gay en la Cámara de Diputados por amplio margen, quienes lo impulsaron cometieron un grave error de cálculo al incluir a la adopción de hijos por parte de las parejas homosexuales, ya sean de hombres o mujeres. Decimos esto porque todos los cultos, especialmente el mayoritario católico, aprovecharon esta hendija para demonizar todo el proyecto, con el argumento serio de que los niños y niñas deben tener un padre y una madre. Con la ley se los estaría obligando a tener una opción homosexual y con esta consigna las entidades católicas y evangélicas movilizaron 200.000 personas, en la plaza de los Dos Congresos, mientras que el ruidazo del obelisco fue un fracaso total. La sesión de hoy en el Senado quedó así condicionada por el no a la ley.

Desesperación

La desesperación del kirchnerismo es tal que Juan José Pampuro, quien reemplaza a Cobos en la presidencia del Senado, aceptó la impugnación chicanera de Miguel Ángel Pichetto sobre el dictamen de mayoría de la comisión de legislación general, que rechazaba el matrimonio gay e imponía la unión civil sin adopción. Pero finalmente la sesión de hoy a la tarde será la que determine lo que se va a aprobar. Esto con una salvedad: que en principio hay quórum asegurado, pero si los votos le dan la razón al dictamen de mayoría, el Frente para la Victoria se retiraría del recinto y lo dejaría sin quórum. Es decir que el kirchnerismo sólo permanecería en el recinto si puede aprobar la media sanción de diputados. Y si no puede, no habrá sesión.

El punteo de los votos le da pocas esperanzas al kirchnerismo, porque son más los votos en contra que a favor. Hay sí una decena de indecisos que, si faltan todos, como quiere el gobierno, tampoco le alcanzarían los votos para la sanción. Como el FpV se retirará si advierte que gana el no, lo más probable es que haya sesión pero que ésta no termine. A todo esto, en la calle se demostró que en la pulseada con el gobierno hay un claro ganador, que es la Iglesia Católica y el cardenal Jorge Bergoglio.

(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo de Guillermo Cherashny por gentileza del Informador Público