martes, 20 de julio de 2010
LA FE YA MUEVE MONTAÑAS
Periodismo de Verdad: 20 de Julio de 2010
No fue en vano: el alto nivel de movilización de las iglesias católica y protestante para oponerse al matrimonio igualitario no concluyó con la sanción de la “demoníaca” ley. La batalla recién comienza.
Nadie va a dilapidar el capital obtenido en la batalla por (o contra) el matrimonio igualitario. Así, los ex kirchneristas que se separaron del Gobierno y partieron a una isla política “más progre”, están haciéndoles ojitos a sus ex amigos. Y los credos, ya tienen a sus fieles movilizados y a muchos dirigentes políticos alineados más allá de sus diferencias. La fe, con tarea mundana, hoy más que nunca.
No fue en vano: el alto nivel de movilización de las iglesias católica y protestante para oponerse al matrimonio igualitario no concluyó con la sanción de la “demoníaca” ley. La batalla recién comienza.
Lejos de sumirse en la desazón, la historia argentina se repite y, nuevamente -aunque sin llegar a los límites bizarros de salir a quemar iglesias- la política se mezclará, por un lado, con las sotanas; mientras que por el otro, se librará una lucha sin cuartel.
Aquello que sucedía soterradamente detrás del púlpito, se verá ahora a cara descubierta en cada misa, en cada sermón. La iglesia opinará de todo y movilizará a sus fieles políticamente. ¿Por qué dejaría pasar la oportunidad de repetir lo que ya hizo con el tratamiento de la ley, justo en las instancias previas a una elección presidencial?
Las cuentas que sacan los religiosos son fáciles: no bastó con tener fieles sentados en las bancas: “necesitan” garantizar esa lealtad.
El debate dejó al frente del protagonismo a legisladores que, de otro modo, no se hubiesen destacado mayormente. Serán ellos, posiblemente, las caras visibles de los nuevos movimientos de la política/religión con la mirada puesta en 2011.
Así, tan claro como le quedó a la jerarquía eclesiástica que el nombre de sus adversarios empiezan con K, así sea que se llamen Pichetto, Néstor o Cristina, también ha quedado claro el liderazgo de nuevos exponentes, como la puntana Liliana Negre de Alonso (católica) y la porteña Cinthia Hotton (evangélica), quienes estuvieron al frente de sus convicciones religiosas usando la banca para las cuales fueron electas.
Pero los movimientos políticos no concluyen allí. Una semana antes de la crucial votación del Senado que colocó a la Argentina entre los primeros 10 países que aceptan legalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo, un titular del diario La Nación (¿amenazó? ¿advirtió?) que “el cobismo votaría a favor” de la propuesta socialista levantada como bandera por el kirchnerismo. Se basaban en el voto del correntino Nito Artaza y dejaba al descubierto que, si fracasaba la ocurrencia de la mendocina Laura Montero de imponer un “tercer proyecto” de unión civil, Cobos quedaba al descubierto para los sectores no kirchneristas que lo estarían observando.
Finalmente, Montero, la única senadora que responde ciegamente a Cobos, votó en contra. Ni siquiera fundamentó su voto: actuó. Hasta el otro mendocino en contra, Adolfo Bermejo, argumentó su voto negativo, anteponiendo cuestiones personalísimas. La cobista, no.
Así las cosas, no es difícil dibujar por dónde pasan los contactos y conversaciones hacia la conformación de frentes electorales con la vista puesta en 2011.
La transversalidad reeditada
En este esquema, se vio en Buenos Aires muy aceitada la relación entre los sectores “progres” que se habían retirado del kirchnerismo con sus ex amigos. Unidos por los mismos enemigos, a nadie le importan demasiado, ya, dentro de esos grupos, las diferencias puntuales cuando “el enemigo común es superior”.
El primer triunfo del kirchnerismo en la materia está dado no sólo en robarle a la UCR la bandera de los derechos civiles, ya que el 75 por ciento de los senadores del centenario partido rechazó la ley y no fue suficiente la solitaria batalla que dio un convencido Ernesto Sanz y la argumentación minuciosa del catamarqueño Castillo.
Esto es algo que el desconfiado autor italiano Sergio Fabbrini, en “El Príncipe democrático”, que sostiene que los Poderes Ejecutivos débiles con parlamentos fuertes buscan -con iniciativas como la aprobada esta semana- dividir con fuerza a la oposición.
Los otros, ¿todos juntos?
Los creyentes sostienen que “la fe puede mover montañas”. Y están apostando a eso. En la oposición sobraron los contactos conjuntos de peronistas disidentes, cobistas y otros sueltos con los mismos dignatarios de la iglesia a quienes respetan y, en general, obedecen.
Si bien por ahora los más optimistas en unirlos son los sacerdotes y pastores, también en las segundas líneas hay renovadas vocaciones de una vida en comunión para la próxima campaña proselitista. Unos cuantos años después de que Kirchner iniciara sus propias y solitarias “cruzadas” a matar o morir, los contrincantes se dan por notificados, luego de les tocaran un nervio tan íntimo como lo es la fe.
El asunto será, nuevamente, definir cabezas de lista y animárseles. Pero, como en toda batalla con ribetes místicos, ya hay muchos puntos en común que fundamental una “santa alianza” por derecha, con Cobos, el peronismo disidente y hasta muchos macristas más conservadores, en sus filas. Por ahora, el único contacto de Macri con la iglesia son sus rezos para no ir a prisión, tal como lo amenaza la justicia, que -según sus voceros- está al servicio, justamente, del “Demonio K”.
Pero ¿podrán los credos religiosos articular un canal único electoral con egos tan elevados? Posiblemente, sí, ya que sólo “algo superior” podría alinearlos, tal como lo hizo en la última sesión del Senado.
Deberán lidiar, en todo caso, con el resurgir de la figura de Macri luego de que recrudezca su pelea con Kirchner. Porque como todos sabemos, el que gana lo hace más por aparecer en la palestra que por hacerlo bien y con cosas buenas para su imagen.
Fuente: Nuevo Encuentro.com
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