martes, 20 de julio de 2010
CORTOCIRCUITO IMPERIAL
Por primera vez desde que empezó su mandato, CFK está tomando, en algunos temas, cierta distancia con su marido. Aunque la coincidencia entre ambos en el plano ideológico es inalterable, desde la celebración del bicentenario la Presidente entró en la etapa eufórica de la bipolaridad. En efecto, creería que su presencia mueve multitudes y que el pueblo le está reconociendo su capacidad intelectual. Es algo de lo que en realidad presume hace tiempo. Pero ahora estaría realmente convencida de que es una gran estadista.
Las listas de cada uno
Con esta euforia en su nivel más alto, ya está en gestación la línea interna presidencial del Frente para la Victoria que se autodenomina “el Cristinismo”. Es así que ella asumió la iniciativa de designar a Héctor Timerman como Canciller en contra de la opinión de su esposo. También es decisión personal de ella sostener a Amado Boudou. Aníbal Fernández, por su parte, es el vocero mediático de esta nueva corriente que promueve la reelección de Cristina.
Anteayer
Agustín Rossi propuso a Néstor como único candidato del sector, pero al día siguiente desde Olivos sentenciaron que éste no es momento de hablar de candidaturas.
También se habla de diferencias por la creación del nuevo Ministerio de Transportes que promovería Néstor contrariando la voluntad de Cristina y Julio de Vido. Éstos se resistirían al proyecto, porque se trata de una concesión que Kirchner le haría a Hugo Moyano. Es sabido que hoy la Secretaría de Transportes, a cargo de Pablo Schiavi, se encuentra copada por funcionarios moyanistas. En su voracidad, el camionero siempre está insatisfecho y le factura cada vez más al gobierno por su apoyo irrestricto. Su aspiración de presidir el PJ bonaerense y hasta de ser candidato a gobernador se frustró. No sólo porque los intendentes justicialistas se oponen a la invasión sindical, sino porque los consultores del gobierno remarcan que la suerte electoral del kirchnerismo se juega en torno a reconquistar el voto de la clase media, particularmente en los grandes centros urbanos. En esta franja, la imagen de Moyano ahuyenta votos de un modo alarmante. Excluido de la política por impresentable, el camionero reclamaría como indemnización la creación del Ministerio de Transporte. Pero hay más, el jefe de la CGT puso el grito en el cielo cuando se enteró de que CFK había firmado en China un convenio multimillonario para modernizar y reequipar la red ferroviaria nacional. Se sabe que, en materia de fletes, los trenes tienen tarifas más baratas que los camiones. Con una red ferroviaria modernizada, las empresas que controlan los camioneros perderían una buena parte del mercado.
Volviendo a las fricciones matrimoniales, sería poco serio sostener que existe una independencia de Cristina con respecto a su marido, que siempre fue su jefe. Lo que sí parece obvio, es que ella, en sus oscilaciones bipolares, está pasando por un tiempo de euforia que se extiende excesivamente -o sea, más de lo habitual- desde el 25 de mayo pasado hasta hoy. Ya le está durando casi dos meses y lo peor es que podría extenderse por mucho tiempo más.
Como un símbolo de la situación actual, Cristina acaba de declarar en China que el maoísmo y el peronismo tienen muchos puntos en común. Pero no dijo cuáles.
Fuente: InfromadorPublico.com
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