martes, 6 de julio de 2010
REVESES PARLAMENTARIOS
UNA SEMANA DE DUROS REVESES PARLAMENTARIOS PARA EL GOBIERNO
La irascibilidad de Néstor por estos días es un secreto a voces, la sucesión de “malas noticias” lo tornan iracundo al extremo, estado de ánimo que ha contagiado a calificados acólitos
Por Aldo Norberto Bonaveri
Como hace un año, cuando se impuso en los comicios legislativos la oposición ha vuelto a celebrar; en esta oportunidad por las derrotas parlamentarias que le asentó al oficialismo. La confusión y la incapacidad para generar acuerdos políticos, exhibida por los bloques que quieren ser una alternativa al régimen K durante los 5 primeros meses del año, está siendo suplantada por planteos más inteligentes y coherentes, menos mezquinos y que fundamentalmente, dejan la sensación de haber aprendido la lección, que al Kirchnerismo no se lo puede subestimar, ni otorgarle el hándicap de actuar tan desarticuladamente como venían haciéndolo.
Hasta hace un mes atrás, el matrimonio presidencial había logrado mantener la iniciativa y fijar la agenda, de un año a esta parte, como desafiando el traspié del 28 de junio profundizaron su política de hacer uso y abuso de recursos financieros al servicio del sometimiento y, el clientelismo político, apelando a la pródiga caja de la ANSES o de manotazos a las arcas del Banco Central.
Lo cierto es que el Gobierno experimento su peor semana de mucho tiempo a esta parte. La irascibilidad de Néstor por estos días es un secreto a voces, la sucesión de “malas noticias” lo tornan iracundo al extremo, estado de ánimo que ha contagiado a calificados acólitos, inclusive dos hombres curtidos en innumerables batallas parlamentarias, tal es el caso de los presidentes de los bloques de senadores y diputados del Frente para la Victoria, Miguel Ángel Pichetto y Agustín Rossi, quienes seguramente, más allá de del sabor amargo de las derrotas en ambas cámaras, sienten la presión y el estado de ánimo que baja de Olivos.
En materia de superpoderes en la cámara baja, el arco opositor logró la media sanción con la holgada mayoría de 136 contra los sólo 90 reunidos por el FpV. El proyecto de ley votado restringe el uso de esa potestad, de la cual el poder Ejecutivo pudo manejar a su libre arbitrio la friolera de $ 35.000.000.000, en consecuencia para la diarquía gobernante de convertirse en ley, significaría quizás la peor derrota parlamentaria del 2003 a la fecha.
La Cámara de Diputados aprobó la reforma de la ley del Consejo de la Magistratura, cabe recordar que esa norma había sido sancionada por iniciativa de la entonces senadora Cristina Fernández, si el proyecto corre la misma suerte en el senado, el kirchnerismo perdería uno de sus instrumentos predilectos, el manipuleo de los jueces. Cabe recordar que en el tratamiento de referencia, el bloque comandado por Agustín Rossi, pudo apenas reunir 86 voluntades.
Para el gobierno, el proyecto unificado del variopinto conglomerado opositor, de elevar la jubilación mínima al 82% móvil del salario mínimo es de lo peor que le pueda ocurrir, ello es así por distintas razones; en primer lugar, de implementarse significaría modificar substancialmente el uso de los recursos del Estado, no podría utilizar los fondos de la ANSES tal como viene haciéndolo habitualmente, con ellos se financian subsidios a distintos sectores, el fútbol y políticas diversas en los que el Gobierno desea apuntalar. En segundo lugar por la jactancia permanente que se hace del mejoramiento otorgado al sector pasivo; además de tener un costo altísimo si decidiera apelar a la facultad del veto.
Es verdad que el superávit de la ANSES no alcanza para reunir los $ 30.000.000.000 anuales, que requiere elevar los haberes jubilatorios al 82%, tal como se implantó durante el gobierno del radical desarrollista Arturo Frondizi; pero de existir voluntad política la reivindicación es viable, al respecto, es oportuno señalar que hay sectores concentrados y privilegiados de la economía que deberían ser grabados como corresponde, basta mencionar el, financiero, la minería, la exportación de oro, etc., además de reimplantar los aportes previsionales a las grandes empresas, que eliminó el tándem Menen- Cavalo en los 90’.
El Gobierno que se llena la boca auto arrogándose el mote de progresista, les endilga demagogia a los opositores, aquí les cabe aplicar una de los apotegmas de Perón “la única verdad es la realidad” y ésta refleja que hay más de 4.000.000 de jubilados que cobran apenas el haber mínimo de $ 895. La mísera suma constituye una ignominia en estos tiempos, máxime con una inflación, está llevando a que distintos gremios hayan obtenidos aumentos de salarios entre el 30% y el 35%. De ser aprobada la iniciativa de la oposición, la cases pasiva pasaría a percibir un mínimo de $ 1.235 mensual, monto sin duda exiguo, pero mucho más digno.
La arremetida reformista también se plasmó en el Senado, donde las fuerzas están más parejas, el cuerpo que avanzó en un proyecto para refundar el INDEC, el organismo que destruyó con sus dibujos Guillermo Moreno con la anuencia de Néstor Kirchner, hoy nadie cree en las estadísticas y, la iniciativa opositora pretende la normalización en un lapso de 150 días. El dictamen pertinente contó en comisión con la firma de la senadora formoseña Adriana Bortolozzi, cada vez más independiente a la hora de votar.
La otra “pesadilla” que se le plantea al Gobierno es la caducidad de las facultades delegadas, éstas expiran el 24 de agosto y la oposición no está dispuesta a concederle una prórroga. Este tema reviste una gran importancia tanto por el manejo que esta habituado a practicar el poder Ejecutivo, como por pasos reglamentarios no cumplimentados sobre el pasado. Cabe acotar que el Congreso no aprueba desde el 2006, ninguna de las decisiones del Ejecutivo amparadas en dichas facultades delegadas.
El universo de disposiciones inherentes es muy amplio y, en algunos casos de relevancia escasa, pero también están los de trascendencia extrema, tal como los derechos de exportación, con lo que significa para el empecinamiento K y la recaudación las retenciones a los granos, sólo basta recordar el énfasis puesto con la Resolución 125, la que a la postre resultó fundamental para precipitar la derrota en las urnas de un año atrás.
El tema es complejo, en ésta situación existen alrededor de 2.000 leyes, en consecuencia si la oposición concreta lo que está pergeñando, el oficialismo no tendrá mas remedio que buscar algún acuerdo, para consensuar una serie de normas que posibiliten la administración del Estado. Algo que no está escrito en ninguno de los manuales de procedimientos K. Al respecto la estrategia de los bloques que no comulgan con el kirchnerismo, prevé la caducidad de la gran mayoría de esos instrumentos, muchos incluso, extemporáneos en tanto que aquellas normas indispensables, serán sometidas a análisis exhaustivos.
En materia de retenciones, en la Cámara de Diputados hay distintos proyectos, que van desde la eliminación total, a la rebaja substancial en la soja, otras iniciativas contemplan la segmentación de las alícuotas. A los efectos de articular una posición de consenso y sintetizar las diferentes propuestas en una, los líderes de los bloques opositores se reunieron con los diputados que integran la Comisión de Agricultura.
Otro trago amargo para el centro del poder, resultó la constitución de la comisión bicameral de seguimiento de la ex SIDE, ello consiste en que el parlamento se inmiscuya en el espionaje oficial que se mueve únicamente al servicio del matrimonio gobernante. Si bien está comisión en teoría siempre existió, permanentemente fue dominada por una mayoría disciplinada, que a ahora pasa a ser controlada por la oposición, que además cuenta con la presidencia del cuerpo.
Es importante destacar que la ex SIDE, constituye para el Gobierno la posibilidad de financiar las fuerzas de choques adeptas, en cuya operatoria están a la orden del día la intervención de teléfonos de opositores, periodistas, empresarios y magistrados. Práctica deleznable que marca el escaso apego al estado de derecho que impera en el firmamento K.
Por cierto que los proyectos votados en diputados, encontrarán más obstáculos para ser sancionados en el senado, dado el equilibrio de fuerzas; seguramente de aquellas leyes que sancione el Congreso, la presidenta recurrirá al veto, tal como ya han anticipado en las esferas próximas a la primer mandataria, no obstante es impensable que pueda usar la misma receta en todos los casos, sin pagar un costo acorde a la magnitud de hacer una habitualidad de un recurso de carácter excepcional.
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