miércoles, 21 de julio de 2010

REYES DEL VERSO



De nuevo la historia de las reservas récord


Por Roberto Cachanosky (de Economia Para Todos)

El Gobierno vuelve a insistir con las reservas récord sin considerar el aumento del pasivo del Banco Central. La realidad es que el pasivo está creciendo más que el activo y, por lo tanto, no hay nada para mostrar como un logro.

Una vez más, el Gobierno muestra como un logro haber alcanzado los U$S 50.000 millones de dólares de reservas. Es por eso que, otra vez, voy a aburrir al lector con el mismo tema: esto, es las reservas propias que efectivamente tiene el Banco Central de la República Argentina (BCRA). Puesto de otra manera, decir que el BCRA alcanzó los U$S 50.000 millones de reservas implica hablar, solamente, del activo, sin mencionar qué tiene en el pasivo la institución.

Veamos los datos publicados en la página web del BCRA al 2 de julio. Según la planilla Excel que presentan, en dicha fecha el BCRA declara tener U$S 49.462 millones de reservas, valuadas a $ 3,9342 cada dólar de reserva.

Ahora bien, ¿cómo compró esas reservas el BCRA? ¿Cómo hizo para incrementar el monto de las reservas en dólares? Dado que el tesoro no tiene superávit fiscal, el Central sigue emitiendo moneda para comprar divisas ya que el saldo de balance comercial, por ahora, sigue siendo positivo y la fuga de capitales, en los últimos meses, se ha mantenido por debajo de la compra de divisas del BCRA con emisión.

Para tener una idea de la emisión monetaria, el ritmo de expansión primaria de moneda es del orden del 23/24 por ciento anual. Una tasa que claramente supera la oferta de bienes y servicios que genera la economía, produciendo el impacto inflacionario que el INDEC se niega a medir adecuadamente pero que en los hechos sabemos que está en niveles del orden del 22,5% anual para el IPC.

Pero como la expansión monetaria es tan fuerte que terminaría de descontrolar la tasa de inflación, el BCRA neutraliza parte de esa emisión monetaria colocando bonos en el mercado para absorber pesos. Es decir, primero emite y luego retira parte de esa emisión monetaria para, insisto, evitar un desborde inflacionario mucho mayor. Para que el lector tenga una idea de esta maniobra, al 2 de julio del 2009 el stock de LEBACS, NOBACS y pases era de $ 42.144 millones y al 2 de julio, luego de haber alcanzado los $72.000 millones, se redujo a $ 68.480 millones. Estamos hablando de un aumento del sotck de deuda de corto plazo del BCRA del 62,5% en un año.

¿A cuánto ascendían las LEBACS, NOBACS y Pases que colocó el BCRA y que, por cierto, pagan una tasa de interés? A la fecha mencionada, 2 de julio pasado, tenían colocados $ 68.480 millones, que al tipo de cambio de referencia son equivalentes a U$S 17.426 millones. Puesto de otra manera, de los U$S 49.462 millones que declara tener el BCRA, el equivalente a U$S 17.426 millones fueron adquiridas contra deuda. En el activo tienen esa cifra pero en el pasivo también. Esos U$S 17.426 millones es dinero que le deben a los tenedores de los bonos.

Si restamos al stock de reservas brutas esa deuda para determinar las reservas propias del Central llegamos a un primer número que es que las reservas propias del Central quedarían en U$S 32.056 millones.

Pero aquí no termina la historia, porque el BCRA computa como reservas propias los encajes en dólares por depósitos en dólares que los bancos tienen que constituir en el BCRA, encajes que para los bancos tienen como contrapartida un pasivo que son los depósitos de sus clientes. Es decir, el Central le debe a los bancos por encajes en dólares U$S 10.930 millones y los bancos le deben esa cifra a sus depositantes. En consecuencia si a los U$S 32.056 millones que habían quedado como reservas propias del Central le restamos los U$S 10.930 millones, el dato final sería que el BCRA tiene como reservas propias solamente U$S 21.126 millones y esto sin considerar deudas del Central con el BIS que dicha institución sigue manteniendo como un secreto de estado.

El primer dato a considerar es que en cualquier contabilidad hay un activo, un pasivo y un patrimonio neto. Hablar del activo sin considerar el pasivo implica, en palabras de Mancur Olson, torturar las estadísticas hasta que confiesen lo que queremos.

Si bien no estamos en un régimen de convertibilidad es interesante ver cuántos pasivos en pesos por base monetaria tiene el BCRA dado que esa base monetaria tendría que tener cierto grado de cobertura en reservas. Al 2 de julio pasado la base monetaria (circulante + encajes en pesos de los bancos en el BCRA) estaba en $ 131.410 millones. Es decir que por cada dólar propio de reservas del Central había $ 6,22 en circulación.

Cabe destacar que considerando los últimos 12 meses las reservas del Central aumentaron en U$S 3.629 millones, pasaron de U$S 45.833 a U$S 49.462 millones, muy por debajo del saldo de balance comercial, lo cual indica una importante fuga de capitales.

¿Cuánto sumaba la base monetaria y los pasivos cortos del BCRA un año atrás? Al de julio de 2009 lo que denominamos base monetaria amplia era de $ 149.826 millones contra reservas brutas (sin depurarlas como lo hice anteriormente) por U$S 45.833 millones. Esto quiere decir que por cada dólar de reserva bruta el Central tenía un pasivo entre base monetaria y bonos de $ 3,27. Hoy esa relación subió a 4,04.

Si corregimos las reservas brutas de un año atrás, la relación reservas propias contra base monetaria era de $ 4,34 y hoy es de $ 6,22. Claramente hay un fuerte deterioro patrimonial del BCRA por donde se miren los números, consecuencia del financiamiento al tesoro y las piruetas contables que se hacen para mostrar un déficit fiscal menor. Hoy, si se prefiere, los pasivos del BCRA crecen más rápido que el activo de reservas.

Hechas las cuentas seriamente, mostrar como un logro haber llegado a los U$S 50.000 millones es un truco estadístico más a los cuales nos tiene acostumbrado este gobierno para mostrar una realidad color de rosas cuando en rigor la realidad es castaña tirando a oscura.

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