jueves, 6 de octubre de 2016
REBELIÓN DE LOS MANSOS
Cambiemos: Una propuesta concreta para Macri
Escrito por Rogelio López Guillemain
Cifras record de pobreza, de deserción escolar, de inseguridad, de presión impositiva, de corrupción y de dependencia del estado; cifras típicas de los países más atrasados del planeta, pero presentes en un país rico y con todas las posibilidades. Esta es la realidad de nuestra Argentina.
La batalla moral contra los delincuentes (los de la calle, los de guantes blancos y los del estado) parece mostrar algún gesto de activación, solo un guiño minúsculo que el tiempo nos dirá si es real o si solo se trata de otra mentira como en el truco.
La batalla política, aquella que promueva un cambio ideológico más cercano a la posición política que presentan TODOS LOS PAÍSES DESARROLLADOS DEL MUNDO; es imposible de llevar adelante si no se vence antes en la batalla cultural.
En nuestra patria, la cultura del trabajo, del esfuerzo y del mérito, han sido desterradas por la cultura del subsidio, del facilismo y por la justificación de la necesidad.
Dicen que "a los locos hay que correrlos para el lado que disparan" y si bien muchos en Argentina padecen de viveza criolla y no de locura, creo que este dicho encierra en sí una propuesta.
¿Qué pasaría si, en lugar de regalar miles de millones de pesos en 80.000 nuevos ñoquis, en subsidios y en planes descansar; el gobierno aprovechase los millones de hectáreas de tierras fiscales ociosas que hay en el interior y las pusiera a producir?
¿Qué pasaría si el gobierno organizase estas tierras en unidades productivas suficientes, dotándolas de agua, formando, asesorando al que acepte el reto y brindándole todo lo necesario a quien quiera ser productivo en lugar de un zángano?
Quizás podría tener un formato similar al de las enfiteusis de la época de Rivadavia (el miedo sería que los políticos hiciesen lo que mejor saben hacer, robar), cubriendo los gastos del estado con parte del producto y los beneficios extras reservados para los trabajadores.
Quizás incluso, luego de varios años, tal vez en un par de décadas, los neo-granjeros pudiesen comprar estos terrenos (sin que los políticos hagan lo mismo que hizo Rosas con la enfiteusis de Rivadavia). Quizás funcionase.
Un beneficio extra sería que, quienes verdaderamente quieren salir adelante y se encuentran rodeados de un contexto desfavorable y presionados por su entorno social, pudiesen encontrar una salida; y de este modo podríamos ver quien quiere trabajar y quien no, podríamos "separar la paja del trigo".
Esta propuesta dista enormemente de mi ideario de país. Pero en las condiciones actuales, no veo ni siquiera en el horizonte lejano, la más mínima posibilidad de llevar adelante un proyecto político respetuoso de las libertades y de los emprendimientos individuales.
La burocracia reinante se ha acostumbrado a vivir a costa de quienes producen; los esclavos sin cadenas, que entregan su dignidad por el chori y la coca, no parecen dispuestos a dejar su zona de confort y lo peor es que los ciudadanos que trabajan con honestidad y dedicación por un mejor futuro y por un país más justo, parecen rendidos y resignados. Como dijo Martin Luther King "La sumisión y tolerancia no es el camino moral, pero sí con frecuencia el más cómodo".
Y parafraseando nuevamente a este gigante advierto que "lo preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos". No nos demos por vencidos, no le entreguemos un cheque en blanco a los políticos, participemos en forma activa en el destino de nuestra sociedad y de nuestro país, sumémonos a "La Rebelión de los Mansos".
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