sábado, 22 de agosto de 2009

ESCENARIO INDESCIFRABLE


Perspectivas Políticas - 22-Ago-09 - Editorial

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UN ESCENARIO INDESCIFRABLE

por Gabriela Pousa


No cabe duda que algo hay que reconocerle al gobierno nacional: la enorme capacidad para superarse día tras día. Hasta hace apenas unas horas, nadie medianamente sensato podría imaginar que la Presidente de la Argentina compararía los goles o el fútbol con los desaparecidos, máxime siendo éstos la herramienta política por antonomasia del kirchnerismo.

De algún modo, la coherencia del "estilo K" es inobjetable, pues sólo se explica semejante afrenta si consideramos que, de ahora en más, los goles también pasarán a ser un instrumento de la política nacional para distraer a una ciudadanía cuyo límite de apatía parece que nunca esta por llegar.

El montaje y la puesta en escena que se ha hecho en Ezeiza, para un anuncio que escapa incluso a la demagogia barata y al progresismo real, no amerita análisis racional alguno.

El gabinete en pleno aplaudía las siguientes palabras de la primer mandataria: "Hemos dado un paso adelante en la democratización de la sociedad argentina. Solamente el que pueda pagar, puede mirar un partido de fútbol es injusto. Porque secuestran las imágenes, secuestran los goles, secuestran los derechos. Como antes secuestraron y desaparecieron a 30.000 argentinos".

Mientras eso ocurría, en el Senado de la Nación, se postergaban por un año los superpoderes sin más causa que la necesidad de hacer tiempo para conseguir impunidad. Porque, a esta altura, está claro que gobernar no piensan gobernar.

Pretender, en este contexto, que se cumpla el periodo constitucional resulta un desafío para cualquier argentino que tenga sangre en las venas, y cuyos valores excedan el marco del ponderado 'metal'. La lógica implora de algún modo, un juicio político a quienes están buscando por todos los medios posibles dividir y enfrentar a la sociedad. Pero seguramente habrá que esperar.

Han saqueado no sólo las arcas del Estado sino también la esperanza de los ciudadanos. El escenario nacional, hoy mismo, mientras Cristina Fernández de Kirchner anunciaba el fútbol "democratizado y democratizante" presentaba:
- Marchas de trabajadores de la salud por el colapso sanitario desplegándose a lo largo y ancho de toda la ciudad.
- Aborígenes desnutridos y maltratados en el Chaco tratando de acercarse a la Casa de Gobierno donde, Jorge Capitanich, hace números para financiar un estadio olímpico, por ejemplo.
- La Iglesia confirmaba un 40% de pobres en el país. Un nivel de indigencia comparable al del 2001 con un agravante: la costumbre generalizada de ver chicos pidiendo en las esquinas y durmiendo en los zaguanes. No hay 0800 que auxilie ni solucione nada.
- Batallas campales entre pobres, en una villa miseria céntrica, cuya población creció un 70% desde que asumieron los K.
- Productores rurales de todo el país acampando frente al Senado en busca de una utopía: libertad. Libertad para sembrar y cosechar.
- Vigilia en las rutas y asambleas populares unidas por el espanto de la desidia oficial.
- Petroleros acentuando los reclamos en el sur argentino, quebrado pese a ser un bastión kirchnerista desde hace tantos años que ni se cuentan ya.

Si bien basta un botón de muestra, acá se enumeran algunos otros para demostrar que el país requiere algo más que un anuncio por cadena de radiodifusión nacional.

Hoy sentí vergüenza ajena. Confieso: no había experimentado sentimiento de hartazgo tan inmenso frente a un gobierno en todos mis años de vida. Quizás exagero, quizás estoy sensible en demasía, en estos días en que se habla de hambre, y también de guerra -como lo hizo Hugo Chávez frente a la Presidenta-, con una liviandad y gratuidad que paraliza.

Hay un sinfín de preguntas sin respuesta. El oficialismo ya se sabe, se ríe en la cara de los ciudadanos, desentendido incluso del resultado de los últimos comicios. La "oposición", valgan las comillas claro, no explican tampoco qué hacen o deshacen en el mientras tanto.
- Mauricio Macri está ensimismado queriendo mantener en su cargo a un comisario cuestionado, pagando un costo político en extremo caro sin necesidad.
- Francisco De Narváez no desmintió todavía los rumores que dicen que anda consultando juristas en su afán de llegar a la Presidencia, aún cuando la Constitución Nacional es clara en su letra.
- Elisa Carrió que, tras palabras de indiscutida certeza, genera rispidices en una fuerza que parecía encaminarse como alternativa. Parecía.
- Felipe Solá está empezando a pergeñar su campaña presidencial ante la indefinición de Carlos Alberto Reutemann que ofrece el "ni" como plataforma política, y mañana se va a Europa a descansar.

Y así un sinfín de dirigentes más.

Posiblemente sean actitudes coherentes a sus afanes, pero distan considerablemente de servir a la sociedad, y no disminuyen tampoco la enorme distancia que hay entre la dirigencia y la gente.

O quizás no es tanta la brecha, y estemos todos desentendidos de lo trascendental: la dignidad.

Hoy, la Argentina sufrió otro cachetazo más. Lo triste de todo ésto, no es que no haya análisis medianamente coherente capaz de explicar que vuelvan a sucederse situaciones de este tipo con absoluta impunidad.

Lo triste es que quedaba una esperanza: la que había nacido el pasado 28 de junio, y que sólo pudo acunarse unas horas, unos minutos, no mucho más.

Esperar al 10 de diciembre parece una utopía cuando el silencio envuelve este momento casi como si el país fuese ya un cementerio.
R.I.P

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