martes, 24 de noviembre de 2009

PETULANCIA

LA PETULANCIA DESTRUCTIVA Y EL CASO MACRI.


Por Ernesto Poblet


Llamaban los romanos “petulantia” a toda presunción ridícula implementada con descaro e insolencia. El término derivó en denominar “petulans” o petulante a cualquier sujeto atrevido y engreído que la efectuara.


Ahora sale a la luz un operativo kirchnerista manejado con cierto tapujo desde mucho tiempo atrás. Recolectaremos algunos hechos del pasado reciente que conllevan a atar cabos sueltos. En mi caso particular entré hace un tiempo a mi entrañable Facultad de Derecho a votar en la elección del claustro de graduados. Me llamó la atención el exceso de carteles previniendo contra un comisario -“el fino Palacios”- por parte de las agrupaciones kirchneristas embarcadas con extraño entusiasmo por un suceso exógeno de la UBA. Desde incontables meses atrás se ven paredes en barrios de toda la ciudad alertando contra este sujeto “facsista” casi totalmente desconocido antes. Ahora, del día a la noche, resultó pasible de una detención digna de un film de Scorsese. La proliferación de gastos y “esfuerzos” atribuidos a fantasmales organizaciones juveniles no condice con los ideales clásicos de determinados grupos activistas, espontáneos y revoltosos. Algo raro, pudiente y putrefacto, circundaba esta campañita no electoral con el sólo objeto de demonizar a un personaje desconocido hasta aquellos momentos y desatar desde ahí un conflicto institucional para engullir de un manotazo a la segunda economía autónoma del país, por cierto, para nada subordinada al monarca.


En la “vox populi-vox Dei” circulan varias versiones acerca de la infiltración del inexplorado preso Ciro James a quien todavía no se le conoce ni la cara. Los de la Policía Federal pueden haber sabido desde el principio las actividades de este abogado-policía devenido en “espía a sueldo del oro de los Macri”, de lo contrario se revertiría la presunción de ingenuidad de los Macri para transferírsela a los expertos de la Federal. Por su parte los kirchneristas alardean de conocer esta “red de espionaje” desde mucho tiempo atrás, lo cual abona la tesis vox populi de un operativo montado a través del “aquiescente” y ahora parlanchín juez Oyarbide, quien exterioriza haber fabricado este castillo de naipes con singular trabajo de paciente cronista mañanero. En sus partes diarios este magistrado incurrió en varios desaciertos torpemente utilizados por los voceros estables Aníbal Fernández, Florencio Randazzo y la diputada La Ruffa. Al anunciar con rotundez de sentencia el “atentado” contra el cuñado de Macri llevó al trío oficialista a difundir con unísono criterio la idea de un Mauricio Macri sanguinario, cruel y mafioso, digno ahora mismo de la prisión y el traslado esposado hasta la localidad de Marcos Paz o a la Comisaría más cercana de la Villa 31.



Caben interrogantes: ¿Qué le ocurriría a un juez -dentro de un país serio- si anunciara con gesto conmovido un espionaje “nixonista” contra el presidente de la nación y cónyuge, para luego desmentir la especie sin perturbación alguna…?



¿Qué le ocurriría al mismo juez dentro de ese serio país si aplica la velocidad de la Fórmula 1 para investigar un operativo tendiente a montar y generar causales para intervenir un distrito federal autónomo y en cambio se transforma en un cangrejo retrocesivo cuando le corresponde investigar el súbito y pingorotudo enriquecimiento del patrimonio blanco de la pareja presidencial…?



¿Qué le ocurriría si se lo observa avanzar con el mismo método del cangrejo cuando debe investigar al zar de la hiper millonaria propaganda estatal saltando ante la luz pública los compromisos e incompatibilidades harto evidentes de sus empresas, las propias y de sus familiares, como ocurre con el señor Albistur…?



El juez Oyarbide, apretando el acelerador de la Fórmula 1, denunció con sus sentencias verbales –incurriendo en un nítido prejuzgamiento- al Comisario Chamorro por encontrarlo “espiando” a importantes funcionarios de todo pelaje incluyendo –en una lista confusa- al mismísimo Jefe de Gabinete del gobierno autónomo de la Ciudad y al director del diario La Nación. Con delicado espanto afirmaba el Juez que se trataba de los “informes Nosis”. Nosotros, los desprevenidos partícipes de la Vox Populi, no nos habíamos despabilado que la “Nosis” era una simple agencia consultora de informes de un tenor parecido al temido “Veraz” de las deudas impagas. Mientras tanto, el trío Aníbal Fernández, Randazzo y La Ruffa aprovechaban estas precipitadas indiscreciones sumariales del juez para continuar rítmicamente su incesante labor goebbelliana.



A todo esto, lo muy objetivo es que si pedimos informes sobre el enigmático “Fino” Palacios a instituciones serias y sólidas como el FBI -la agencia federal de investigaciones de los Estados Unidos- y a la DEA, su similar en la lucha contra el narcotráfico, talvez nos llevemos una sorpresa con respecto al concepto del mencionado policía y a la presunta calidad de chismoso insaciable que se ha difundido en torno al Comisario Chamorro. También podría contribuir el gobierno de Israel aclarando sobre las condecoraciones concedidas a estos funcionarios policiales, hoy sometidos a ciertos seguimientos originados por el régimen kirchnerista y un sector de la AMIA.



La historia o las cámaras de apelaciones juzgarán a quien creerle, si a las extravagantes “escuchas nixonistas” de los candorosos Mata Haris del macrismo o al operativo kirchnerista tendiente a intervenir el gobierno de la ciudad federal autónoma, para el cual el ingeniero Macri fue votado por el 62% de la población, sin la menor sospecha de fraude, ni plata del Estado o de los narcos, ni de Chávez, ni de las droguerías. Además se perfila como un presidenciable antikirchnerista.



Por último, mencionaremos algunos operativos que se le imputan a los Kirchner y que no tardarán en ser investigados cuando el país se normalice. Los antecedentes también sirven para esclarecer artimañas audaces que ya ni nos asombran. Nadie duda que existió una burda maniobra contra Enrique Olivera adjudicándole una cuenta en Suiza días antes de una elección; está fresco el insinuado pacto Diana Conti-Faggionatto persiguiendo al diputado de Narváez por una retorcida acusación sobre el impactante tráfico de la efedrina; el encubrimiento y protección de los sádicos asesinos del policía Sayago con los estragos consecuentes; la danza de las valijas repletas de cocaína en el aeropuerto de Barajas con evidente responsabilidad del secretario de Transporte Jaime y su extrovertido enriquecimiento ilícito; la maleta henchida de dólares entregada por Antonini Wilson para la campaña electoral de Cristina como muestra de la corrupción compartida con Hugo Chávez; los sobreprecios del caso Skanska y siguen los acontecimientos que ameritan juicios políticos cien veces más justificados que los casos Collor de Melo y Nixon.



Volviendo a la “Vox pópuli-vox Dei” sigue navegando la preocupación por la capacidad de daño y destrucción de los titulares del kirchnerismo. Hasta donde llegará esa extrema petulancia que agota la paciencia del soberano y ensombrece los sueños por aprovechar el tren de la riqueza que el mundo le ofrece a la Argentina con sólo otorgarle confianza y seguridad jurídica.

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