domingo, 29 de noviembre de 2009
PAPISTA
Hemos leído los titulares de los diarios que dicen que el Papa habló a las Presidentes de Argentina y Chile, recordando los fundamentos de la Paz en nuestros países.
Por cuestiones de ideología los medios de comunicación social eligen solo algunas partes y silencian otras.
Los títulos hablan de que el Papa alertó contra la pobreza y la corrupción. Y es cierto. Pero también es cierto que esto es en un marco concreto: la cultura de la vida.
Cultura que tiene sus raíces en el respeto a la dignidad humana de todos (empezando por los no-nacidos) y a la familia como célula básica de la sociedad.
En un tiempo en el cual se promueve el aborto y las uniones gay, es altamente significativo que esto sea acallado por quienes nos leen las noticias y las cuentan a su manera.
Benedicto XVI recibió a Cristina y a Bachelet y habló de la pobreza
Recordando los 25 años de la paz entre la Argentina y Chile, el Sumo Pontífice habló ante las Presidentas. Qué dijo del aborto y del matrimonio gay.
En el marco de la conmemoración la firma del tratado de Beagle de 1984 que evitó la guerra entre Argentina y Chile, el Papa Benedicto XVI resaltó, frente a las mandatarias Michelle Bachelet y Cristina Kirchner, que aquel acuerdo fue una " solución digna, razonable y ecuánime".
En la Sala Clementina, el Sumo Pontífice definió aquel episodio como "parte de la gran historia". "Este acontecimiento forma parte de la gran historia de las dos naciones y de América latina", aseguró Benedicto XVI.
Previa a esta reunión, el Papa habló durante unos 15 minutos a solas con cada una de las mandatarias. Ellas también estuvieron reunidas por separado con el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone. Ellas le hicieron un regalo conjunto: un bajorrelieve de cobre donde está grabada América latina con las inscripciones de Juan Pablo II y el actual Pontífice.
En un discurso leído, el Papa les dijo a las mandatarias que "La paz también requiere la lucha contra la pobreza y la corrupción, el acceso a una educación para todos, un crecimiento económico solidario, la consolidación de la democracia y la erradicación de la violencia y la explotación, especialmente contra las mujeres y los niños".
Según manifestó el Papa, el acuerdo por la paz " está indisolublemente unido a la figura de Juan Pablo II", quien estuvo "unido por sentimientos de afecto a las naciones en sintonía con su incansable labor como mensajero de la paz".
Dijo el Papa: “Para que la causa de la paz se abra camino en la mente y el corazón de todos los hombres y, de modo especial, de aquellos que están llamados a servir a sus ciudadanos desde las más altas magistraturas de las naciones, es preciso que esté apoyada en firmes convicciones morales, en la serenidad de los ánimos, a veces tensos y polarizados, y en la búsqueda constante del bien común nacional, regional y mundial.
La consecución de la paz, en efecto, requiere la promoción de una auténtica cultura de la vida, que respete la dignidad del ser humano en plenitud, unida al fortalecimiento de la familia como célula básica de la sociedad. Requiere también la lucha contra la pobreza y la corrupción, el acceso a una educación de calidad para todos, un crecimiento económico solidario, la consolidación de la democracia y la erradicación de la violencia y la explotación, especialmente contra las mujeres y los niños”.
"La consecución de la paz, en efecto, requiere la promoción de una auténtica cultura de la vida, que respete la dignidad del ser humano en plenitud, unida al fortalecimiento de la familia como célula básica de la sociedad", subrayó, en alusión a los proyectos para despenalizar el aborto y permitir las uniones entre personas del mismo sexo que se discuten en los dos países.
Finalmente, Benedicto XVI otorgó una "especial bendición apostólica" a las dos delegaciones presentes al rememorar la mediación papal que evitó un conflicto militar entre ambos países. "Como muestra de mi afecto imparto una especial bendición apostólica", concluyó.
Luego del breve discurso, el Pontífice saludó a ambas comitivas.
Entre los presentes del lado argentino estuvieron el presidente de la Suprema Corte Ricardo Lorenzetti, Estela de Carlotto, Fabiana Ríos, Patricia Vaca Narvaja y uno de los controvertidos secretarios de la Presidenta, el joven Isidro Bounine, que estrechó también la mano del Papa.
http://saleconfritas.blogdiario.com/1259534223/
“Si a las tres de la mañana el virrey no ha renunciado, lo arrojaremos por la ventana de la fortaleza”. Gral Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano 1810.
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