MALESTAR POLICIAL

Malestar policial por la detención de Palacios

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por Guillermo Cherashny



La justicia jamás investigó la SIDE paralela ligada a Aníbal Fernández

Un malestar creciente se está extendiendo en la Policía Federal desde el nivel de comisarios mayores para abajo, por la detención y esposamiento del ex jefe de la Policía Metropolitana, Jorge "Fino" Palacios, por su supuesta responsabilidad en pinchar teléfonos a través de dos jueces de Misiones.
Este antecedente es muy malo para los muchos que se ganan la vida con el espionaje de teléfonos y mails y que nunca fueron llamados a declarar ni siquiera como testigos.

En este caso hay una sospecha de que Ciro James, además de ser recomendado por Palacios, pinchaba también teléfonos para el ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos humanos a cargo entonces de Aníbal F.
A su vez, la conducción de la Policía Federal nunca estuvo tan politizada en la historia. La conducción que encabezan los comisarios generales kirchneristas Néstor Vallecas y Jorge Oriolo fracasó en el combate al delito, pero no en sus relaciones con el poder político.

Es poco creíble que la contrainteligencia de la federal no sepa para quién hacía escuchas ilegales Ciro James con los jueces misioneros, porque Sergio Burstein siempre criticó duramente a la policía.

La imagen de un comisario mayor condecorado en los Estados Unidos e Israel saliendo esposado de un tribunal es una ofensa irreparable para quienes llevan el uniforme azul, que se sienten así convertidos en apéndices del kirchnerato.
Sabemos que muchos oficiales en actividad y retirados que no quieren a Palacios están indignados por esta situación.

Los antecedentes

Cuando Alberto Fernández y Eduardo Duhalde denunciaron que una suerte de SIDE paralela pinchaba los teléfonos y los mails, se mencionó la vinculación del tema con Aníbal Fernández. Pero el jefe de gabinete nunca fue llamado a declarar. Ahora es él mismo quien presiona a la justicia para esta exagerada detención.
Ni que hablar de la SIDE, que pincha los teléfonos de medio país, mientras que el juez federal Norberto Oyarbide centró la causa sólo en la policía metropolitana.

Con la corrupción estructural y desenfrenada del kirchnerato, más de 50 funcionarios están denunciados con fundamentos y ninguno está ni siquiera procesado y mucho menos fue detenido y esposado.
Aquí juega un papel destacado la justicia del kirchnerato, atornillada en los juzgados federales que le siguen teniendo pánico al gobierno y sus operadores judiciales.

Párrafo aparte merece esta Corte Suprema que vergonzosamente apaña las decisiones anticonstitucionales de este gobierno que usa el Congreso como una escribanía.
La corte suprema lo único que hace es llorar pidiendo más presupuesto.

Un solo fallo de la Corte molestó realmente al gobierno y fue el caso Badaro sobre la corrección de las jubilaciones, fallo que el gobierno no cumplió.
Además, el alto tribunal viene avalando barbaridades jurídicas, que son producto de la venganza del kirchnerato, como el apriete a empresas para que entreguen sus paquetes accionarios, el avasallamiento de los medios de comunicación y de la libertad de expresión.
Además de la línea seguida por la justicia laboral, que impide despidos, lo que genera que las empresas aumenten los precios y entremos en una inflación galopante.

En realidad, por lo menos hasta el 10 de diciembre, el Congreso, la Corte kirchnerista y la policía política han transformado la democracia argentina en una caricatura.
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