MIMICHA AMENAZA

ESTRATEGIA, INDECISIÓN O EXTORSIÓN: EL ENIGMA DEL SANTAFESINO QUE CONDICIONA EL MAPA ELECTORAL

Las amenazas de la ex de Reutemann golpean en la interna peronista


Por Carlos Tórtora

La extraña coincidencia entre el cónclave de Francisco De Narváez y Carlos Reutemann y la explícita amenaza de la ex de aquél, publicada en el blog http://www.mimichabobbio.blogspot.com/, recalentaron la interna peronista. María Noemí Claudia Bobbio Orellano, más conocida por Mimicha, disparó así a quemarropa: “Directamente desde Europa hago saber al senador y a sus seguidores, en honor a la Verdad, a la cual defiendo como virtud primordial del SER, no aceptar más este juego inadmisible y solapado en el cual me veo envuelta. Si esto no finaliza, me encargaré de contar la Verdad, la cual por pudor y respeto, he sabido callar". Aunque críptico, el mensaje no deja lugar a dudas: se trata de una amenaza que aparentemente podría afectar seriamente la imagen del senador santafesino. La historia de los pasos al costado de Reutemann tiene muchos capítulos. En diciembre del 2001 tuvo la oportunidad de ser el sucesor de Adolfo Rodríguez Saá y prefirió recluirse, cediéndole el terreno a Eduardo Duhalde. En julio del 2002, figuraba en las encuestas como el presidenciable mejor posicionado del peronismo, pero nuevamente se retiró dejándole el espacio a Carlos Menem. Tres años atrás, Kirchner intentó colocarlo al frente del PJ y ocurrió lo mismo. El año pasado rechazó la invitación de Duhalde para ser el candidato de unidad del PJ disidente y, más recientemente, tuvo un histórico exabrupto al gritar “la candidatura métansela…”. Por último, en febrero pasado sorprendió a todos denostando a los Kirchner con la frase de que se iban a robar hasta la Plaza de Mayo y al día siguiente aclaró que se refería a Hugo Moyano y no al ex presidente y que él de ningún modo era candidato a nada. Con semejante historial, la amenaza de Mimicha encendió la imaginación de la dirigencia.

Cómo mueve cada pieza

“Una cosa es que el Lole no se decida, otra que quiera especular hasta el último momento y muy distinto sería que simplemente no pueda, por estar extorsionado”, sintetizó un dirigente del PJ santafesino. De Narváez, con altas posibilidades de perder en la justicia su batalla para que lo habiliten como candidato presidencial, busca la sociedad con Reutemann para afirmarse en el espacio nacional y no quedar prisionero del duhaldismo, que lo restringiría a ser sólo candidato a gobernador de Buenos Aires y no el factótum del armado nacional.

Por su parte Duhalde, que el año pasado le ofreció a Reutemann ser candidato, está decidido ahora a llegar a la Casa Rosada, así que el mensaje de Mimicha objetivamente lo beneficia. En la hipótesis de que el santafesino se decidiera a dar el paso al frente, sus mejores números en las encuestas lo obligarían a Duhalde a declinar su candidatura. Aunque se mueve fuera del PJ disidente, para Mauricio Macri el paso al costado definitivo del ex corredor le permitiría alentar mayores expectativas. Por ejemplo, que más adelante el duhaldismo y el PRO acuerden un frente electoral con el jefe de gobierno como candidato. ¿Y Kirchner? Hasta ahora, sus portavoces siguieron con Reutemann la misma receta que con Julio Cobos, Cada vez que aquél aparece en escena, lo castigan sin piedad. Un Reutemann candidato de unidad del PJ disidente sería una pesadilla intolerable para los inquilinos de Olivos. En este cuadro, De Narváez aparece como una excepción, porque el resto de las figuras de primera línea parecen preferir que el Lole no arranque nunca.

La importancia del ni

Sin embargo, el enigmático senador, con sus escasas palabras, se ocupa siempre de aclarar que “por ahora” no es candidato y elude afirmar que definitivamente no se presentará. Esta reserva es justamente lo que convierte a la interna del PJ disidente en un acertijo en el que todos tejen su trama pero siempre dejando abierta la alternativa de qué harán si Reutemann al final dice que sí. En los casos de Duhalde y Macri, por ejemplo, el transcurso del tiempo los va haciendo contraer compromisos que harán cada vez más difícil levantar sus candidaturas. Para Kirchner, el espectáculo que se ofrece a sus ojos es placentero: la fragmentación del peronismo y la centroderecha en varias candidaturas le podría garantizar a K llegar a la segunda vuelta.