lunes, 1 de marzo de 2010

PAÍS SIN JUSTICIA


El país donde todos

piden justicia

(Y pocos la encuentran)

Valioso análisis de Malú Kikuchi que nos entrega

su habitual informe:



Es inmoral no pedir justicia cuando esta no existe. La justicia es un derecho innato de las personas y no una merced graciosamente otorgada por un gobierno. Es una obligación indelegable del estado y es el cimiento de la pacificación nacional.

Sin justicia, no hay paz. Si no hay justicia se recurre a la venganza y la venganza es un bumerang que vuelve indefectiblemente sobre el que la ejecutó. Este, a su vez, se venga.



Y así, en espiral creciente, el ciclo vuelve a empezar.



“Un acto de justicia permite cerrar un capítulo, un acto de venganza escribe uno nuevo” M. Savant.



Sólo la justicia, ejercida por un tercero imparcial, ajeno a las partes en conflicto, puede restablecer la paz. Ese es el rol que le asigna la Constitución Nacional al poder judicial. Poder judicial hay, ¿hay justicia?



Basta prender el televisor o la radio, si se trata de noticias, no importa de qué signo político sean, siempre, indefectiblemente, hay alguien pidiendo “justicia”. Es la palabra más usada por los que habitan el país.



Llantos, gritos, susurros, lamentos, dolor y bronca en los familiares y amigos de las víctimas de esta violencia diaria que acosa Argentina. Vecinos y conocidos que se prestan a notas irrelevantes, con tal de tener sus “15 minutos de fama”, hablan de las víctimas. Todos piden “justicia”.



Hay muertos en inexplicables accidentes automovilísticos y hay heridos abandonados por sus involuntarios agresores. Hay violaciones reiteradas, asaltos repetidos, secuestros de todo tipo. Siempre se pide justicia. Esta, no llega.



Hay asesinados por $20, por un celular, por un par de zapatillas, por un auto, o porque si, porque a los asesinos se les dio la gana o los obnubiló la droga. Las víctimas ameritan justicia, los seres queridos la necesitan, la sociedad la exige. La justicia brilla por su ausencia.



Hay marchas interminables, velas encendidas, altares profanos que recuerdan lugares emblemáticos. Los barrios son distintos, los delitos son diferentes, el dolor es el mismo, el pedido es el mismo, el grito es el mismo y ninguno de aquellos que debieran escuchar, escucha. Sobran los que se hacen los sordos. Falta justicia.



Dejando los temas policiales de lado, el resto, es igual.



Cuando el senador Carlos Menem se queda en La Rioja, harto de ser “ninguneado”, abiertamente despreciado por personas que le deben sus carreras políticas, cansado de ser sumado o restado sin consultas previas, a su modo, también exige justicia.



El respeto debido a un ex presidente constitucional que exhibe el raro privilegio de haber terminado dos periodos presidenciales completos (único caso desde 1904, 2º presidencia de Roca). Es un senador electo, igual a los senadores que lo ignoran, pero dan por descontado su voto. Es injusto. Menem, está pidiendo justicia.



Piden justicia salarial los empleados públicos, ya sean maestros, médicos, enfermeras, policías, judiciales o trabajadores del INDEC. El mismo INDEC debe pedir justicia para volver a ser creíble. Los piqueteros anti K piden justicia, Todos la piden, pocos la obtienen.



Los “maravillosos muchachos idealistas” de los 70, pidieron justicia, en algunos casos la consiguieron, en general buscaron y encontraron, venganza. Perder en el campo de batalla es difícil de aceptar, más si se llega a ser gobierno.



A su vez, las denostadas y destruidas FFAA, piden a gritos ante un gobierno deliberadamente parcial, justicia. La justicia debe ejercerse hacia los dos lados. Los delitos son delitos, de un lado y del otro. Los muertos son muertos, no importa de que lado. Los torturados y los presos lo fueron de los dos lados.



Argentina necesita justicia, no venganza. Si no la obtiene esto va a ser la historia de nunca acabar. Ghandi decía que si se cumplía con la ley del Talión, “ojo por ojo, el mundo se quedará ciego”.



El nacionalismo sano, no ese sentimiento bastardo que impulsan los gobiernos cuando se ven apretados económica y políticamente para salir del brete, también exige justicia con el tema de las Malvinas. Una justicia que no debe olvidar los derechos de los habitantes de las islas, que llevan allí, por lo menos, 8 generaciones.



Una justicia que debe saber negociar, lo que implica ceder un poco, para obtener algo. Y continuidad en las políticas. Porque todo es mucho, pero nada es demasiado poco. Por ahora, Argentina tiene razón, pero los ingleses tienen las islas, y si lo hay, el petróleo también.



¿Dónde está la justicia de la política exterior argentina cuando fulmina a Honduras, que por respetar su constitución derroca a un presidente que la traiciona, pero no dice ni una palabra sobre los horrores del gobierno Iraní? Cristina se desilusiona con Obama, pero no con los Castro, a pesar de la muerte de Orlando Zapata Tamayo.



La inflación es injusta. Es el más injusto de los impuestos y además es infinitamente más injusto con los que menos tienen. Las mentiras de este gobierno “progre”, son injustas. La lujosa irrealidad en la que vive la Presidente, es injusta con el resto del país.



Tener una Presidente que no gobierna, sólo discursea, y tener un diputado que gobierna en su lugar, no es justo ni constitucional.



Los negocios desde el estado son terriblemente injustos para con la población, cada día más pobre y necesitada. El capitalismo de los amigos del poder, además de injusto, es delictual.



¿Dónde está la justicia cuando se absuelve a la pareja presidencial, que declara un incremento de su patrimonio en estos últimos 6 años (trabajando en el estado), de un 570%? ¿Eso es justicia?



En el próximo periodo presidencial, a partir del 10/12/2011, el clamor de justicia debe ser: “juicio, castigo y DEVOLUCIÓN”.



Argentina cada día con más razones, sigue esperando justicia. Pero ya lo decía Quevedo: “Donde no hay justicia, es peligroso tener razón, ya que los imbéciles son mayoría.”

P.D. Un llamado a la solidaridad. Se busca una mujer atemporal, cubierta con una túnica, con los ojos vendados, sosteniendo una balanza con el brazo derecho y portando una espada en la mano izquierda. Se la vio por última vez, hace ya demasiado tiempo, en tribunales. El que la encuentra será recompensado con una república en pleno funcionamiento.

No hay comentarios: