sábado, 17 de julio de 2010

LA DEMOCRACIA MATÓ AL MACHO ARGENTINO





En ésta, como en otras oportunidades, usted no nos creyó.
Seguramente, pensó que exagerábamos o que tal vez somos fundamentalistas, fachos o demasiado pesimistas.



AHORA, frente a la aprobación de la ley del matrimonio homosexual y la confirmación de la Argentina como “Gay Friendly”, le preguntamos:
¿Teníamos o no razón?

Lamentablemente, la inmensa mayoría de los argentinos continúa en el error de desconectar los efectos o consecuencias de las causas que lo provocan.

Aunque la mayor parte de la población del país se desentendió de la discusión del matrimonio gay, éste tendrá profundas y graves implicancias culturales para las actuales y, especialmente, para las futuras generaciones de argentinos, así como para la identidad y el destino nacional.

El matrimonio de los homosexuales no es algo que se establece porque es moda o porque estamos en el siglo XXI como dicen algunos idiotas inútiles. Forma parte de una batería de políticas que ejerce sobre nosotros el Sistema o Régimen de Dominación imperante, tendientes a lograr sus fines. Creo que desde Patria Argentina ya hemos enumerado hasta el cansancio cuáles son esos fines y las restantes políticas que se fogonean desde las centrales del Poder Mundial. También hemos señalado que no podemos combatirlas usando sus mismas categorías intelectuales ni lo podremos hacer en forma aislada o fraccional.

Siempre hemos sostenido que el Nuevo Orden Mundial (NOM), del que son tributarios los Kirchner, los medios de comunicación y la totalidad de la clase dirigente argentina – cualquiera sea su color, olor, profesión, sexo y religión - es un engendro tiránico y totalitario que pretende nuestra sumisión a como dé lugar y para ello no tiene apuro: en 30 años – de la mano de la idolatrada “democracia”- han dado vuelta como una media a la sociedad Argentina.

Hoy la democracia de masas, la economía capitalista globalizada y el progresismo cultural izquierdista (de donde parten las teorizaciones sobre el “putimonio”) son poder y disponen de todos los poderes. Sin entender esto no se entiende nada de nada.

Si el NOM, hubiera encontrado una firme y belicosa resistencia habría utilizado la misma maquinaria brutal que usa en Medio Oriente, Irak y Afganistán. Así como tiene todo el tiempo del mundo para hacer penetrar su veneno, carece de escrúpulo alguno cuando las papas queman. Pero aquí, en la Argentina, la resistencia es casi inexistente y el lavado de cerebros total. Por eso la tibia reacción contra el proyecto del “putimonio” comenzó desganada y tardíamente, apenas unos quince días antes.

Es así que casi la totalidad de los que protestaron el 13 de julio, frente al Congreso, desconocen olímpicamente lo que desde hace años venimos esclareciendo en las páginas de Patria Argentina.

Aclarado mínimamente esto y ya derrotados en la tenida democrática del Congreso (los “optimistas” no creen que ésta fue una derrota, sino que el enemigo atacó con todo éxito), volvemos a reiterar que el enemigo de la Nación colocó y seguirá colocando el centro de gravedad de sus iniciativas en el cambio cultural que barra con todas las categorías del Orden Natural y los valores cristianos. Lo que busca es el desarraigo, y el primer arraigo humano es la familia integrada por el padre, la madre y la prole. De allí la imposición de las teorizaciones sobre familias alternativas y temática de género como verdades absolutas.

Los intelectual y políticamente correctos - del establishment, o nacionales y/o católicos - viven quejándose de que los Kirchner constantemente originan y alimentan los conflictos en la sociedad nacional. Y es porque ignoran que el "conflicto" es el método para la acción dialéctica y que ésta, a su vez, es el motor natural de la revolución antinatural, anticristiana, política, económica y social que viene ejecutándose prolija y sistemáticamente desde por lo menos hace 300 años. Y eso ocurre, porque desconocen la sentencia más elemental de la "dialéctica hegeliana":
“El conflicto provoca el cambio, y el conflicto planificado provocará el cambio planificado”.
Y lo que ocurre en la Argentina y en el mundo es consecuencia del "cambio planificado" y no el resultado del azar, de la evolución, del destino, etc., y demás estupideces que nos quieren hacer creer. Las cosas cambian porque hay alguien o algunos - una voluntad inteligente - que se propone, planifica, genera el poder requerido y ejecuta las acciones necesarias para que las cosas cambien.
¿Acaso alguien se imaginó, hace 25 años, que en la tierra de los “machos argentinos” alguna vez podría imponerse el matrimonio homosexual y que, además, pudieran adoptar hijos?

Continúan equivocándose – ya sea por ignorancia o por razones inconfesables - los que sostienen que hay que enfrentar la contranatura institucionalizada como si se tratara de una simple batalla en el ámbito moral, aislándola del contexto político y social donde se desarrolla. Sospechosamente, los que así obran, se niegan a comprender con mucho empecinamiento, que estamos inmersos en una "guerra global" donde hay que librar no una batalla sino muchas batallas, porque la guerra debe ser llevada en todos los frentes, contra el Sistema de dominación local y mundial que prohíja las perversiones y la esclavitud .

Y esto no lo decimos recién ahora, después que algunos Obispos hablaran de la “guerra cultural”, sino que lo hemos estado sosteniendo desde hace años e insistentemente desde los últimos dos, ante la indiferencia y el ninguneo del elenco estable y políticamente correcto de los señorones “publicitados” de lo que se considera la “propia tropa”.

Patria Argentina, tiene autoridad moral para señalar esto, porque advirtió reiterada y tempranamente sobre lo que se venía, sin embargo no fuimos escuchados. Pero no se aflija; pronto tendrá la oportunidad de presenciar otro sainete: la ley del "aborto".

Publicado en Patria Argentina

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