jueves, 29 de octubre de 2009

MANANTIALES DEL ERROR



Por Carlos Berro Madero
www.notiar.com.ar


“El hombre dominado por una preocupación no busca ni en los libros ni en las cosas lo que realmente hay, sino lo que le conviene para apoyar sus opiniones. Y lo más sensible es que se porta de esta suerte, a veces con la mayor buena fe, creyendo sin asomo de duda que está trabajando por la causa de la verdad”.
- Jaime Balmes



“¿Cómo es que una serie de hombres, ilustres por su saber y sus virtudes, viesen todos una cuestión de una misma manera, al paso que sus adversarios, no menos esclarecidos que ellos, los veían de una manera opuesta?”, sigue diciendo el filósofo.
Si aceptamos que los investigadores, científicos, historiadores y los hombres sabios en general han sufrido la influencia de esta “¿condición?” esencial del ser humano, ¿qué podemos esperar de quienes no les llegamos ni a los talones?

Y de todos ellos, ¿no seremos los argentinos algunos de los más empecinados en no sujetarnos nunca a códigos de entendimiento que pudieran dar paso a la verdad “verdadera”?

Lo que ocurre es que el hombre se engaña primeramente a sí mismo, Y LUEGO CONVIERTE EN MERO FANATISMO PERSONAL UNA IDEA QUE SI FUERA SOMETIDA A LA SEPARACIÓN DE CAUSA Y VERDAD, NO RESISTIRÍA EL MÁS BREVE ANÁLISIS. Nuestros diálogos sociales y políticos reflejan este vicio cultural.

Son diálogos donde los protagonistas se sienten atacados por lo que sienten como una falta de reconocimiento por su “reputación” personal. Resulta así que las controversias se dirimen en ámbitos de intransigencia muy difíciles de homogeneizar asépticamente.

La falta de cortesía presente en las discusiones -que deberían tender un puente a la variedad del pensamiento alternativo-, logra que muchos debates terminen casi siempre en verdaderas trifulcas. Sus protagonistas no aceptan la opinión ajena por sentir que ella menoscaba la suya propia.

Nos mantenemos así lejos de las evidencias de la verdad, para concentrarnos ardorosamente en la concepción de ideas que, decimos no exentos de cierta soberbia, “no nos generan duda alguna”.

Esa duda que en el sentido cartesiano, obliga a “deconstruir” el pensamiento y aceptar que todo es cierto en la medida que no se presente “otra” visión sobre una materia que, en cualquier caso, deberá ser tenida en cuenta siempre como “posible”.

Los grandes hombres, nos han enseñado que no deberíamos sostener nunca que la verdad está solo en lo que ellos han escrito. Su legado está referido más bien a inculcarnos el valor de considerar LA POSIBILIDAD DE QUE EXISTAN ERRORES EN LOS MECANISMOS DE AFIRMACIÓN DE “NUESTRA” VERDAD.

En la medida que ha aumentado en la sociedad una carrera desesperada y casi adolescente de reafirmación personal, se ha ido enrareciendo el clima de convivencia, al punto en que hoy el debate de ideas no es más que un cuadrilátero donde todos luchan para imponer “sus” puntos de vista y ganar por “knock-out”.

Al carecer de bases ciertas para establecer un principio personal, queremos confirmarlo habitualmente sin comprender que no tiene más verdad y certeza que la que nosotros le otorgamos.

La sociedad debería construirse siempre sobre sanos fundamentos de controversia y honestidad intelectual para dirimirla. Son factores de convivencia que actúan como una barrera contra el peligroso mundo de las “hipótesis individuales”, CUYA IMPOSICIÓN HA DESENCADENADO LAS TIRANÍAS Y LOS AUTORITARISMOS.

Querríamos señalar en este punto, que cuando se analiza el escenario donde hay un muerto, siempre deberían considerarse al menos las siguientes razones de su fallecimiento: el final de una enfermedad, un accidente, un suicidio o un asesinato. En ningún caso podremos abstenernos de realizar las investigaciones pertinentes para determinarlo con certeza, descartando por anticipado cualquiera de dichas opciones en forma arbitraria.

¿Qué alegría puede proporcionarnos pues el arrebatar nuestro mal genio y convertir cualquier diálogo en una batalla donde alguno deba perder finalmente a manos de quien le imponga su violencia?

Como refuerzo de estas reflexiones, no es extraño que existan noticias sobre el renacimiento de grupos armados que han sido vistos en distintos lugares del país realizando “ejercicios” en los que parecen “probarse” la idea de una perimida revolución proletaria.

¿Cómo se le puede pedir a los desplazados del sistema político imperante que no traten de imponer su verdad tal como ellos la conciben en medio de su desamparo?

¿No es razonable que su exclusión les impida aceptar sin más los errores propios de un sistema que los ignora como ciudadanos?

¿No se están inspirando en nuestra conducta supuestamente más “ilustrada”, cuando nos agredimos verbalmente todos los días, a la par que nos lanzamos epítetos de todo calibre?

Por desgracia, parece estar demasiado arraigado en la sociedad el convencimiento de que el coraje consiste en dirimir siempre las convicciones “a primera sangre”.

¡En qué enorme manantial de errores nos hemos sumergido sin querer admitirlo!

carlosberro@arnet.com.ar

Gentileza en exclusiva para NOTIAR

1 comentario:

EL EQUIPO DEL BLOG. dijo...

HOLA ESTIMADO FRANCISCO: Te invitamos a participar junto con nuestro blog y otros amigos en la campaña que iniciamos para recolección de materiales para escuelas y jardines de infantes. Pedimos disculpas por este spam pero tal vez nos puedan ayudar cuanto más no sea ayudando a su difusión. Desde ya muchas gracias. La nota completa esta publicada en este link:
http://liniersasinotequeremos.blogspot.com/2009/10/hay-chicos-que-necesitan-y-nos.html
Desde ya muchísimas gracias por colaborar con nuestro blog haciendo saber de esta campaña.
Afectuosos saludos.
EL EQUIPO DEL BLOG
http://liniersasinotequeremos.blogspot.com