miércoles, 19 de septiembre de 2007

GRAN PREMIO PRESIDENCIA

EL GRAN PREMIO PRESIDENCIA 2007
DIFÍCIL RECTA FINAL PARA CRISTINA
Por Carlos Machado


Vamos a expresarlo en términos "turfísticos". La pista está a punto. Falta un escaso mes y medio para lanzarse en procura del disco del Clásico Presidencia 2007, y en las gateras, ya listas, se van aprestando para la competencia Cristina, del Stud "Doble K", y un heterogéneo grupo que conforman otros competidores provenientes de distintos haras. La favorita en las apuestas sigue siendo el crédito del "Doble K", aunque en las cotizaciones había arrancado con una amplia mayoría de boletos apostados y en los últimos índices registrados sus apuestas a favor fueron descendiendo abruptamente.
Lo extraño es que sus oponentes más calificados no han aumentado sus preferencias en la medida en que descendían las de Cristina. De todas maneras, los cuidadores de dos de ellos -los cuales corren con más kilos de peso- han comenzado a difundir su confianza en los mismos. Se trata de Elisa, del Stud "ARI", y Ricardo, del Stud "Recrear", que en un principio iban a correr en yunta pero finalmente sus propietarios decidieron presentarlos por separado. Ambos confían en presentarle dura batalla a la favorita, y quizás llegar a hacer "puesta" con ella en el disco, en especial la del "ARI", que viene, aunque muy lentamente, sumando apuestas a su favor.
Otro de los que inspira alguna esperanza de constituirse también en "enemigo" de la favorita es Roberto L., del Stud "UNA", aunque en realidad se encuentra algo más alejado en las cotizaciones. De todas maneras su cuidador, que lo viene preparando desde hace mucho tiempo, confía en dar una sorpresa.
Una verdadera incógnita la constituye El Alberto, un crédito del interior que pertenece al Haras "San Luis". Poco es lo que se sabe de él, salvo que viene invicto en sus pagos en todas las competencias en que participó. Sus propietarios estiman que puede llegar a acumular buena cantidad de boletos entre los apostadores del conurbano y el resto de la provincia de Buenos Aires, además obviamente de los que sume en su lugar de origen.
Otra incógnita es Jorge, del Stud "Neuquén", también otro representante del interior, pero al que en este caso no se le adjudican mayores chances, ya que si bien ganó algunas carreras en su provincia no acumuló la suficiente experiencia para intentar la conquista de un Gran Premio como éste, habiendo fallado además en formalizar una yunta con otro candidato de mayor peso.
El resto de los competidores no significa, en realidad, ningún peligro para estos principales candidatos. Agrupados según los colores de sus chaquetillas en el sector izquierdo de las gateras, sólo han sido anotados -como se ha hecho con ellos en todos los grandes premios- por la muy lejana posibilidad de que pudieran dar lo que sería un verdadero "batacazo". Los más reincidentes en este tipo de competencias son Pitrola, del Stud "P.O.", y Vilma, del Haras "Nueva Izquierda".
Lo dicho. La pista está a punto y las gateras listas, esperando a los participantes. Sólo falta esperar lo habitual en este tipo de competencia: que la pista no esté barrosa; que la largada sea prolija; que el desarrollo sea limpio y sin contratiempos inesperados; y que no surjan otros imponderables no deseados pero que a veces suceden: que un rival no moleste a otro en su trayectoria; que los jinetes no sufran una rodada; que ninguno de los participantes se manque; y, sobre todo, que entre los boletos del ganador que esperan cobrar los apostadores no haya, como ha ocurrido en otras carreras de este tipo, boletos falsos.


La hora de la verdad

Dejando de lado los términos turfísticos, se aprecia que la favorita para ganar la presidencia de la Nación para el período 2007-2011, Cristina Fernández de Kirchner, tiene un duro camino aún por recorrer hasta el 28 de octubre, y una pesada herencia sobre sus hombros en caso de que acceda al poder.
Entre los principales factores que constituyen esa pesada herencia que le deja su consorte -en apariencia con una total falta de galantería aunque en los hechos seguirá siendo el poder detrás del trono- pueden enumerarse los siguientes: la desmesurada e incontenible inflación, la real y no la que le hace dibujar Guillermo Moreno al INDEC; los aumentos de los combustibles y de las tarifas de servicios públicos, que serán liberadas al día siguiente de realizadas las elecciones presidenciales, lo cual traerá más inflación; el tratamiento de los numerosos casos de corrupción que jaquearon en los últimos meses al gobierno, y que serán retomados no bien cese la distracción generada por la contienda electoral (y ni hablar si Antonini Wilson prende el ventilador); la interminable pelea con los productores agropecuarios; los múltiples conflictos sociales diseminados por el país, que van desde los reclamos salariales de diversos sectores laborales hasta el flagrante delito de abandono de persona que constituye otra realidad que pretende ocultarse, como son los casos de desnutrición y muertes por hambre registrados en distintas provincias; las paupérrimas relaciones internacionales, con su secuela de falta de inversión al no querer arriesgarse los empresarios extranjeros a poner su dinero en un país inseguro jurídicamente y en el que campea la corrupción generalizada; los reclamos de grandes deudores como el Club de París y los bonistas italianos y japoneses, que vuelven a la carga, entre otros; y el caso que rodea cada vez más al gobierno y del que éste no encuentra salida, como es el de la desaparición de Julio López, de la cual se está cumpliendo ya un año.
No es poca carga para una eventual presidenta de la Nación que, a la par de sufrir trastornos ciclotímicos y alteraciones en su personalidad, adolece de una falta total de conocimientos para la alta gestión pública, además de no haberse compenetrado jamás de los problemas de su país, ya que realizó toda su campaña viajando por el exterior y nunca "caminó" ni las provincias argentinas ni la que ella se empeñó en representar como senadora.
Por si fuera poco, sus últimos viajes no le han redituado absolutamente nada positivo, por más empeño que hayan puesto el gobierno, sus voceros oficiales como la agencia estatal Télam y el diario "Página 12" y los habituales medios genuflexos, para pretender destacar un éxito que nunca existió.
Ya habíamos informado oportunamente la verdad sobre la visita de Cristina Kirchner a España, donde sufrió los embates del empresariado de ese país. Ahora podemos decir algo similar de su viaje a Alemania, donde la canciller Angela Merkel le dispensó media hora, durante la cual lo mejor que logró fue su ansiada foto junto a la mujer más poderosa de Europa. Lo cierto es que la candidata presidencial argentina se retiró con mal semblante de esa entrevista y desairó intempestivamente una conferencia de prensa que estaba pactada con anterioridad. Una de sus malas costumbres. Tal parece que la canciller alemana le había echado en cara que los compromisos internacionales deben ser cumplidos -aludiendo a la deuda con el Club de París-, y considerando que horas antes a Cristina la habían "baqueteado" los inversores alemanes, sin que ella lograra conmover a ninguno idealizando los supuestos "logros" de su esposo, puede entenderse el estado de ánimo con que salió de la reunión.
Si a ello agregamos que la prensa de ese país sólo se ocupó de ella para resaltar su excesivo maquillaje y ridículo vestuario, como lo había hecho en su momento la prensa independiente española, el resultado de ese viaje promocional es bastante deprimente. El que le siguió posteriormente a Austria ni siquiera merece un comentario, por lo anodino e innecesario.
El caso es que Cristina Kirchner tiene todas estas cartas de presentación para el caso de que logre iniciar su camino como presidenta de los argentinos. Como se dijo, una pesada herencia que le resultará muy difícil de sobrellevar.
Y como para agregar un peso más a esta carga, ahora tanto ella como el entorno que componen su esposo y los adulones que la sostienen a rajatabla, tienen otro motivo más para sufrir de los nervios, ya que ha comenzado a levantarse ante ellos una sombra que creían derrotada y que nunca volvería a cruzarse en su camino.
El hombre que hizo conocer, promocionó y elevó a Néstor Kirchner a la presidencia y que al poco tiempo fue traicionado y despreciado por éste, y que terminó asumiendo un voluntario retiro y declarando a quien quisiera escucharlo que ya no volvería a dedicarse a la política, finalmente ha regresado.
Eduardo Duhalde, presidente transitorio entre los años 2002 y 2003, comenzará a tejer pacientemente, con sus habilidades y habiendo conservado el "aparato" del peronismo bonaerense que en realidad nunca perdió, una nueva telaraña política por ahora imprevisible en sus alcances.
Y la candidata presidencial oficialista y su entorno comienzan a temblar, casi seguros de que pueden ser las moscas destinadas a ser atrapadas en esa telaraña.



Carlos Machado



Buenos Aires - Argentina
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