viernes, 28 de septiembre de 2007

LO QUE ESTÁ EN JUEGO EN OCTUBRE

Muchos argentinos que van a votar en las elecciones del 28 de octubre próximo se preguntan por quién hacerlo. A ellos van dirigidas las reflexiones siguientes, pero también a los demás, a quienes ya tienen decidido el voto, para que vuelvan a meditar sobre las implicancias que tiene el ejercicio de la facultad que las leyes le acuerdan de elegir a sus representes y aprecien la responsabilidad que les cabe por ello, analizando de la manera mas racional posible, las consecuencias de su elección.
Lo primero que hay que recordar es que los ciudadanos elegimos a quienes nos van a representar en los términos de sus propuestas, planes y proyectos y que es por eso que depositamos en ellos la confianza de que van a cumplirlos. En consecuencia debemos informarnos sobre las plataformas electorales y saber que ofrecen hacer cada uno de ellos. Esta tarea resulta difícil pues, lamentablemente, no se conocen, ni tienen suficiente difusión las referidas plataformas. Además tampoco se debaten, públicamente.
Frente a esa ausencia de información y debate, hay que analizar comportamientos y actitudes de los protagonistas para sacar conclusiones y decidir el voto.
En el caso de la candidata del gobierno hay que cargarle lo hecho por el que termina su mandato, ya que la promesa hecha es la de seguir con las políticas iniciadas por el actual.
¿Qué ha hecho el gobierno de Kirchner?
La gente cree que la bonanza económica de la que goza, es obra de las acciones llevadas a cabo por la actual administración y por ello, se inclinaría a votar por la senadora Fernández de Kirchner.
Nada más errado. El crecimiento es consecuencia de factores ajenos a la acción del gobierno y depende de la demanda de alimentos que se generó y genera en el mundo, acompañadas por decisiones tales como un tipo de cambio alto, que habilita el mantenimiento de industrias no competitivas internacionalmente, pero que generan fuentes de trabajo a corto y mediano plazo y la aplicación de una carga tributaria casi insoportable sobre la actividad económica. Ello genera ingresos fiscales monumentales discrecionalmente administrados por el gobierno.
Si bien la generación de riqueza alienta el ánimo de muchos, hay que considerar como se distribuye y administra. En cuanto a su administración el gobierno de Kirchner y su candidata, que es senadora, se ha caracterizado por una absoluta y total discrecionalidad en la disposición de los fondos fiscales. Así, con la claudicación del Congreso, que le ha otorgado facultades extraordinarias, ha comprado voluntades y sometido a los gobiernos provinciales a una dictadura inadmisible. El resultado es el avasallamiento de las autonomías provinciales. La consiguiente distribución del ingreso resulta inequitativa y demagógica, con el agravante de que con ella se subsidian servicios que deberían ser afrontados por los usuarios a precios reales.
Ni hablar de la inflación y de los disparatados esfuerzos para disimularla.
La cacareada cancelación de la deuda externa es algo que pesará a las generaciones futuras, que deberán afrontar las acreencias de aquellos que no aceptaron la quita impuesta, a lo que se agrega la ausencia de crédito internacional para la Argentina, que dificulta y dificultará su desarrollo.
Pero –y esto lo saben los argentinos- la cuestión económica no es la única que prevalece en la vida de los pueblos.
Importa tanto el ingreso como el estilo de vida. Cuenta tanto el precio de los servicios públicos como las reales posibilidades de su utilización. ¿Qué beneficio económico compensa la inseguridad física de ciudadanos sometidos a robos, asaltos o secuestros? ¿Estamos dispuestos a perder nuestra libertad por un puñado de monedas? ¿Cuál es el balance de cuatro años de gestión del actual gobierno en materia educativa o de salud pública?
Las escuelas administradas por el gobierno no han mejorado su nivel académico y adicionalmente se han constituido en pregoneras de una historia tergiversada, difusoras de una prédica contraria a las tradiciones y costumbres argentinas y fuente de conflictos permanentes.
Los hospitales siguen careciendo de elementos personales, instrumentales y edilicios, suficientes para brindar servicios adecuados.
Las policías están devaluadas por la propia acción del gobierno, mal equipadas, con personal mal pago y en consecuencia imposibilitadas de llevar a cabo su cometido específico, que es velar por el orden público y colaborar en el combate al delito.
Pero, además y esto es de capital importancia para el futuro, el gobierno se ha encargado de pretender cambiar la historia y de enfrentar a los argentinos por hechos ocurridos hace varios lustros, llenado de sospechas y rencores la relación entre los ciudadanos. Y además, cargando las culpas a sólo uno de los sectores que se enfrentaron en la lucha fratricida de los años 70. El ataque a las fuerzas armadas, además de injusto y parcial, fue innecesario después del tiempo trascurrido y las leyes y decretos que intentaron poner fin a aquellos años de oprobio y desconsuelo, lamentablemente resucitados por las inicuas decisiones de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Porque tampoco tenemos jueces independientes. En ello también jugamos nuestro futuro. ¿A quien recurriremos para pedir justicia, si los jueces son parciales o hacen prevalecer en sus decisiones posiciones políticas y no jurídicas?
¿Cómo es posible que tengamos conflictos con nuestros vecinos mas cercanos (Uruguay y Chile) por temas que pueden resolverse con sensatez y equilibrio?
¿Cómo se explica que nuestros aliados políticos sean regímenes como los de Venezuela, Bolivia o Ecuador, en los que se vulnera el estado de derecho y los principios republicanos, que decimos defender?
Después de este somero repaso del oprobio, uno se pregunta cual es la alternativa en las elecciones de octubre.
Mi respuesta es bien sencilla: cualquier candidato opositor es mejor que la candidata oficial.
Se dirá que quien resulte elegido, que no sea la candidata del gobierno, tendrá dificultades para ejercer sus funciones. Ello es una mentira oficialista destinada a hacernos creer que sólo ellos disponen de la capacidad y sagacidad para hacerlo. Naturalmente gobernar es difícil y será aún mas salir de los entuertos en que no ha metido el gobierno de Kirchner, pero así es la vida de los pueblos.
Confiemos en la fuerza de la voluntad del pueblo, que libremente expresada, es la que otorga legitimidad a los gobernantes.

Guillermo V. Lascano Quintana
Abogado
Schwarzberg, Arrizabalaga, Abogados
C1059ABF Santa Fé 1193, piso 1º
Buenos Aires, Argentina
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g.lascano@estudio-asa.com.ar

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