viernes, 20 de noviembre de 2009
ESPÍAS
Un tiempo en que los espías tocan el timbre
Como Juan Carlos Blumberg en su momento y demás figuras de la farándula política, al juez Norberto Oyarbide se lo ve y escucha a toda hora en radio y televisión dando opinión acerca del caso de las escuchas ilegales llevadas a cabo por ¿ex integrantes? de la Policía Federal y a su vez, componentes de la nueva guardia armada de esta Ciudad que, aunque todavía no ha sido puesta en operaciones, salpican hasta la médula a jefe de gobierno Mauricio Macri, sembrando al mismo tiempo un buen pasto para que otras fieras con carné habilitante recusen a su Señoría en su momento. Se sabe. Lo sabe, lo sabe todo el mundo, menos, parece, el propio juez, y también la Corte Suprema que a esta altura de los acontecimientos debería hacerle un prudente llamado de atención al locuaz magistrado ya que los jueces sólo hablan a través de sus sentencias y esas raras cosas, ¿vio?
Que un espía espíe está bien porque para esa función ha sido colocado en este "valle de lágrimas". Eso es tan así que hasta existen renombrados institutos que dan título y todo. Pero que un profesional mueva una rama de la planta detrás de la cual se oculta o toque el timbre de la casa del espiado es de no creer. Alarma. Por lo visto, la decadencia alcanza a todos los niveles de este tercer subsuelo bolivariano. Ahora, qué espía el espiador, a quiénes investiga, de quién depende, desde dónde lo hace, cómo lo hace y cuál es el origen de los fondos que utiliza, es harina de otro costal.
Es que en este país espían hasta la baldosas. Debe recordarse que hasta este último escándalo, hace poco habían declarado ser escuchados una jueza, un ex presidente, legisladores nacionales y periodistas. Ni qué hablar del ser observados a través de simples seguimientos, filmaciones y pareceres similares. Por lo que, es de suponer, que además de la incompetencia manifiesta del gobierno de esta ciudad y de los espías que no han encontrado obstáculo alguno en guardar en sus computadoras personales datos reveladores de su noble oficio, existen también ciertos ingredientes de acción política basados en una puja entre el gobierno nacional y el comunal por el control del delito en esta ciudad y por la puesta en acción o no de la nueva policía comunal, en que ambas partes aparentan estar en desacuerdo. Aunque lo conveniente sería hablar de descontrol, de deslinde de responsabilidades de uno y otro sector que rozan la ruindad teniendo en cuenta que se trata del obligatorio cuidado de las vidas y los bienes de los ciudadanos de este distrito.
Esta riña entre gallos cojos y gallinas desplumadas viene de antaño. Tan es así que el 24 de noviembre de 2008, CORREO DE BUENOS AIRES se refirió a uno de sus tantos episodios, digno de cualquier culebrón televisivo, de la siguiente manera: "El lamentable espectáculo que brindan el gobierno nacional y el municipal de la Ciudad de Buenos Aires echándose las culpas uno al otro acerca de la implementación de`soluciones` para los moradores de una villa asentada en una de las zonas inmobiliarias más caras de la Capital Federal, y las amenazas de sus moradores a través de la extorsión que provocan sus puebladas cortando el paso automovilístico en una de las autopistas de acceso al centro de la ciudad, pueden tener lo suyo."
El gobierno nacional intenta hacer leña del árbol caído cuando ataca a Macri por el caso de los espías, guardándose la opinión, por motivos meramente coyunturales, de otros aspectos de la gestión del jefe de gobierno, criticables como los que ahora se esgrimen. Para que no queden dudas de que esta publicación puede soportar cualquier archivo y se esfuerza por ganar día tras día amigos al por mayor, recordamos que el 27 de noviembre del año pasado, al referirnos a la actual gestión del gobierno municipal, dijimos: "La pérdida de apoyo electoral de la actual administración porteña que se dio el año pasado a pocos meses de haber sido electa, las constantes improvisaciones en el manejo gubernamental, las promesas incumplidas de la campaña electoral, y la publicidad exagerada de hechos no relevantes que más se parecen a una operación destinada a arrojar silencio sobre el funcionamiento de su administración, colaboran para que ese apoyo siga en descenso. Un año de gestión es un tiempo prudencial para que los responsables de todas las áreas hayan podido ajustar ciertas clavijas en la guitarra `progresista`de esta ciudad que venía sonando bastante desafinada, máxime cuando los legisladores oficialistas y sus reemplazos temporales hace varios años que se encuentran ocupando sillones en la Legislatura. Por lo que, quien llegó en diciembre pasado debería encontrarse en perfecto conocimiento de los problemas de la Ciudad y sus posibles soluciones. Notamos - el ambiente lo nota - cierta inconsistencia en la comprensión de los problemas de la gran urbe por la primera y segunda línea gubernamental, mezclada con un dejo de soberbia que debería preocupar: al administrador y a los administrados."
Será tarea de un vidente determinar para quién espiaban los espías: si para Macri, la Policía Federal, para ellos mismos, o el plan era parte de un combo mayor que involucraba a tres o más patrones, porque en este tipo de historias siempre se gana más por plural. ¿Y si eran durmientes colocados en el gobierno de la Ciudad y que fueron despertados tempranamente por conveniencias políticas? ¿Quién lo sabe? ¿Quién lo sabrá?
Todos podemos ser mirados, seguidos y escuchados a través de mil y un procedimientos. Por ejemplo, apoyado en el mango de su escoba, el encargado del edificio de departamentos en el que vivimos sabe más de nuestra vida y movimientos diarios que el que podría ofrecer el mejor servicio de informaciones. Hay que saber ciertas cosas y no aterrarse porque no vaya a ser que ahora la señora Carrió salga a decir que para evitar ser espiados hay que prescindir de hablar por teléfono, usar Internet y salir a la calle para no provocar una emboscada de los Kirchner. Como si los habitantes de la Capital Federal y del Gran Buenos Aires no corrieran ese peligro todos los días sin necesidad de que los espíen porque pueden ser asaltados y muertos sin tanta operación de "inteligencia" previa.
CORREO DE BS AS
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