martes, 29 de diciembre de 2009

BALANCE 2009


Nueva Mayoría - 29-Dic-09 - Análisis

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Balance político de 2009

por Rosendo Fraga


En el primer trimestre del año el hecho político central fue el adelantamiento de la elección legislativa. De acuerdo a la normativa vigente, la elección debía realizarse el último domingo de octubre y el Ejecutivo decidió adelantarla al último de junio mediante una ley del Congreso, aclarando que esta decisión se adoptaba por única vez. Tres fueron las razones que llevaron al kirchnerismo a adoptar esta decisión en marzo: la reciente derrota del oficialismo en la elección de Catamarca, que tuvo lugar el primer domingo de dicho mes; el anuncio de Macri de que adelantaría la elección porteña al último domingo de junio y la percepción de que la economía iba a estar peor a fines de octubre que a finales de junio y ello hacía conveniente el adelantamiento. Además, de esta forma se quitaba tiempo a la oposición para unificarse, lo que aumentaba las chances del oficialismo de imponerse como primera minoría, aunque perdiera bancas. La experiencia histórica de la argentina muestra que perder la elección de medio mandato implica perder la presidencial. Además, los casos de derrota gubernamental en este tipo de elección ponen de manifiesto que se puede perder la gobernabilidad, de ahí la importancia de esta elección.

En el segundo trimestre, lo más relevante políticamente fue la elección del 28 de junio y la derrota del oficialismo en ella. Se suele decir que la ingeniería electoral se come al ingeniero. Es decir que la manipulación de las normas electorales puede ser contraproducente para quien las realiza y esto le sucedió al kirchnerismo con el adelantamiento electoral. La derrota del oficialismo fue nacional. El mismo Kirchner, encabezando la lista de candidatos oficialistas en la decisiva provincia de Buenos Aires, fue derrotado por alguien nuevo en la política, como es Francisco de Narváez. El oficialismo salió cuarto en Capital y Córdoba, tercero en Santa Fe y segundo en Mendoza y Entre Ríos. Perdió en los distritos más importantes -que en conjunto representan el 80% de los votos del país-. Incluso perdió en la misma provincia de Santa Cruz, lo que es muy poco usual que suceda al Presidente de la Nación -en este caso Cristina Kirchner- cuando proviene de un distrito chico. A nivel nacional, el oficialismo obtuvo 30%, 15 puntos menos que en la elección presidencial de 2007. La oposición obtuvo el 70%, aunque dividida, siendo las fuerzas más relevantes el Acuerdo Cívico y Social -UCR, Coalición Cívica de Carrió, seguidores de Cobos y el Partido Socialista- y la alianza del PRO con el PJ Disidente. Con este resultado, el oficialismo perdió ampliamente la mayoría en Diputados y ajustadamente en Senadores.

En el tercer trimestre la cuestión central fue la reconstrucción del poder por parte de Kirchner. Coherente con su personalidad política, el ex Presidente -en su condición de líder del oficialismo- no sólo mantuvo el rumbo, sino que redobló la apuesta, como hiciera tras sus anteriores derrotas políticas: Blumberg en 2004, Piña en 2006 y el campo en 2008. Rápidamente reagrupó fuerzas y abrió el conflicto con los medios de comunicación privados -y en particular con el grupo Clarín-, enviando al Congreso la nueva ley de medios. Seguidamente reabrió el conflicto con el campo, al vetar la disposición aprobada por el Congreso que suspendía el cobro de retenciones en las zonas inundadas. Formalizó el conflicto con el sector industrial al no asistir ningún funcionario al acto de la UIA al comenzar septiembre. Mantuvo el conflicto con la Iglesia con críticas a Monseñor Bergoglio y el impulso desde el ala izquierda del kirchnerismo a iniciativas como el aborto y el matrimonio gay. Paralelamente profundizó la alianza con la CGT de Hugo Moyano, los piqueteros oficialistas de Luis D'Elía y las organizaciones de derechos humanos lideradas por Hebe de Bonafini. Sobre el final del trimestre irrumpió con fuerza el conflicto social en las calles, movilizándose las fuerzas más radicalizadas en el movimiento piquetero (trotskistas, maoístas y guevaristas), la universidad y los sindicatos de base, surgiendo así una oposición a la izquierda del Gobierno.

En el último trimestre de 2009, el oficialismo ejerce en plenitud su poder en el Congreso que termina, pero al finalizar el año se esboza un creciente conflicto de poder con el Legislativo y el Judicial. El kirchnerismo logra la aprobación de la ley de medios que busca desarticular al grupo Clarín y sucesivamente, con amplias mayorías, obtiene la renovación de los superpoderes, la aprobación del presupuesto y la prórroga de la emergencia económica y diversos impuestos por dos años, previendo que en la segunda parte del mandato de Cristina no tendrá la mayoría en el Congreso. Finalmente obtiene la aprobación de la reforma política, que posterga hasta entrado 2011 la definición de los candidatos presidenciales. Pero en diciembre, la oposición en la nueva composición del Congreso logra tomar el control de las comisiones en Diputados y el oficialismo, ante la posibilidad de que suceda lo mismo en Senadores, posterga para febrero la definición sobre la integración de las comisiones en esta Cámara. La Justicia se suma a los frentes abiertos por el oficialismo en el trimestre anterior y Moyano, con apoyo de Kirchner, embiste contra la propia Suprema Corte, que da señales de independencia. Tres fallos de primera instancia cuestionan la ley de medios y uno de segunda anula una disposición del secretario de Comercio que dio marcha atrás con la fusión de las empresas de televisión por cable. Pero el Ejecutivo usa el veto contra dos artículos de su propia reforma política y logra que un juez de primera instancia absuelva a los Kirchner en la causa por enriquecimiento ilícito. En cuanto a la imagen de Cristina, termina el año siendo el Presidente con menor aprobación de América Latina, algo que se acentuó durante el segundo semestre.

En conclusión: el adelantamiento de las elecciones fue el hecho político más relevante en el primer trimestre, confirmando que el poder y la iniciativa estaban en manos del oficialismo; la elección legislativa del 28 de junio fue una dura derrota nacional para el kirchnerismo, siendo derrotado el ex Presidente en Buenos Aires y perdiendo la mayoría en el Congreso; pero en el tercer trimestre Kirchner, de acuerdo con su personalidad, alcanza una fuerte recuperación de su poder, abriendo frentes con los medios, el campo, la industria y la Iglesia; en los últimos meses del año, el oficialismo logra que el Congreso apruebe todos sus proyectos, pero hacia diciembre, tanto en el nuevo Congreso como en la Justicia, surgen límites al poder de Kirchner.

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