FABRICA DE IMPUNES

La Nueva ProVincia - 30-Dic-09 - Opinión

EDITORIAL
¿Fiscales?

Que el juez Norberto Oyarbide, inmejorable amigo del poder desde siempre, haya sobreseído a los Kirchner en la causa por enriquecimiento ilícito sin más datos que una pericia contable cuestionadísima, no puede sorprender a nadie, como ya dijimos desde esta misma columna.

Ahora bien, que ninguno de los representantes del Ministerio Público haya protestado el sobreseimiento constituye una de las cobardías judiciales más grandes que se recuerde. Aunque en el caso del fiscal, cabe aclarar, puede hablarse de reincidencia, ya que anteriormente había dejado pasar otro sobreseimiento, aquella vez dictado por el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, en otra causa similar.

Lo enormemente grave de estos hechos toma mayor dimensión si se piensa que es un deber de los fiscales apelar un fallo de primera instancia, casi en todas las situaciones. La razón es muy simple: mientras se apele hay tiempo para recolectar más prueba y, si se quiere, asegurar un sobreseimiento que no deje dudas o bien llevar la causa más a fondo.

Sin embargo, si el Ministerio Público acata el sobreseimiento (como finalmente ocurrió), la causa se cierra y los Kirchner jamás podrán volver a ser molestados judicialmente por la inmensa fortuna que amasaron, casualmente, con un país en crisis y durante los años en que estuvieron en el poder. La definición misma de la impunidad.