domingo, 27 de diciembre de 2009

ZANAHORIA 2011


Por: Carlos Tórtora

De Narváez 2011: el plan para que la justicia lo habilite

La “solución Bustos Fierro”, una alternativa.


Por Carlos Tórtora

El paso al frente de Eduardo Duhalde como precandidato presidencial del peronismo disidente abrió una expectativa pero también mostró lo lejos que este sector está de las definiciones. Carlos Reutemann pudo ser el candidato de la unidad pero no quiso. Francisco de Narváez quiere serlo, pero la Constitución por ahora se lo impide. Eduardo Duhalde no quería ser candidato pero debe serlo, porque el peronismo sólo se moviliza detrás de candidaturas concretas. En este juego de paradojas, a Duhalde le toca asumir ahora los costos del desgaste. Justamente, la evasividad sistemática de Reutemann tiene que ver con esto. Él sabe que Néstor Kirchner no perdona al que le puede ganar y no quiere recibir nuevos castigos como el que sufrió con la borocotización de la senadora nacional por Santa Fe Roxana Latorre, o tal vez cosas peores todavía.

Ir por todo

Las encuestas coinciden en que de Narváez mide mejor que Duhalde, pero su origen colombiano hace que esté vedado para ser presidente por el artículo 89 de la Constitución Nacional. La relación entre ambos era óptima hasta que el primero empezó a tomar vuelo propio durante la última campaña electoral y se negó a armar las listas según las sugerencias del aparato duhaldista. Ahora, la desconfianza mutua domina la relación. Mientras tanto, todo indica que el empresario está dispuesto a conseguir que la Corte Suprema lo habilite sobre la base de darle prioridad a los tratados de derechos humanos. Es que el otro escenario electoral, la búsqueda de la gobernación de Buenos Aires, estaría interesándole cada vez menos. La caída desdorosa de Daniel Scioli -que hoy no puede caminar por la calle sin correr serios riesgos- es un recordatorio de que la gobernación suele ser el final de las carreras políticas más que un trampolín a la Casa Rosada. Así le ocurrió a Antonio Cafiero y a Carlos Ruckauf, mientras que Duhalde y Solá se sobrepusieron, pero no sin secuelas.

Un largo camino por delante

Ya es sabido que Raúl Zaffaroni aboga en la Corte por la causa de De Narváez. Y también que Juan Carlos Maqueda, Carlos Fayt y Ricardo Lorenzetti se plegarían a su favor. Pero la opinión favorable de la mayoría de la Corte sólo resuelve el tema si existe un expediente que llegue hasta esa instancia. Hay un largo camino previo, sembrado de obstáculos. Para empezar a transitarlo, De Narváez interpondría una acción declarativa de certeza ante la jueza electoral María Servini de Cubría pidiendo que se le reconozca el mismo derecho a ser presidente que a cualquier ciudadano argentino. Gane o pierda, el fallo sería apelado y entonces, él o el fiscal, recurrirían a la Cámara Nacional Electoral. Luego, mediante un recurso extraordinario planteado por el que pierda en Cámara, el expediente llegaría finalmente a la Corte. ¿En qué plazo? Es difícil decirlo. En esta carrera de obstáculos hay que computar que Néstor Kirchner estaría decidido a bloquear en cuanto pueda la candidatura de De Narváez, para evitarse el riesgo de una nueva derrota, esta vez en la interna abierta del PJ. También la cúpula radical haría lo posible para trabar una candidatura que mide sólo un poco menos que la de Julio Cobos en las encuestas. No hay que olvidar que los camaristas electorales Santiago Corcuera y Juan Carlos Dalla Via tienen una antigua afinidad con la UCR.

La solución Bustos Fierro

La madeja político-judicial que le espera a De Narváez no es fácil de desenredar. Algunos de sus asesores ya están pensando en una forma alternativa de plantarse como candidato presidencial, aunque la justicia no se haya pronunciado definitivamente acerca de si puede ser o no presidente.

Cuando Carlos Menem buscaba los caminos para la re-reelección, la Corte Suprema le hizo saber extraoficialmente que de ningún modo el tribunal iba a respaldar su postura, porque forzaba la Constitución. Entonces Menem recurrió a una sutileza. El Juez Federal Electoral de Córdoba, Ricardo Bustos Fierro, se pronunció a favor de que Menem pudiera ser candidato, sin entrar a considerar si después podía o no asumir la presidencia en el caso de vencer. La "solución Bustos Fierro" sería el reaseguro para De Narváez. La justicia podría habilitarlo entonces para presentarse como precandidato en una interna, porque eso la Constitución no se lo impide. De ganar esa elección: ¿qué tribunal se negaría a habilitar para competir en la elección general al candidato oficial del PJ votado en una interna abierta?

Aun forzando las cosas de este modo, la última palabra la tendrán siempre la justicia electoral y la Corte.

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