sábado, 30 de enero de 2010

HOMBRES NECIOS.......


"Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón" (¿o sí?)

Por razones científicas que aún se encuentran en estudio, uno de los dos Presidentes en ejercicio, de continuo carácter crispado y dedo índice acusatorio, se ha transformado en un ser de sonrisa complaciente. Además, la Cadena Nacional Oficialista de Radiodifusión y el Bloque de la Televisoras Semiprivadas de Cable, la han mostrado en los últimos días como experta culinaria, nutricionista y cuasi sexóloga discípula de la Rampolla, recomendando la "gratificación" que produce la carne de cerdo a la parrilla como mejor opción que el Viagra.

Que Hugo Chávez exhorte a sus súbditos a comer verduras y tomar duchas que no duren más de tres minutos y que aquí se recomiende lo que se recomienda, muestra que en el gran imperio bolivariano de la América del Sur otras cuestiones de más dureza han comenzado a tallar, por lo tanto, sus diversas deidades se han visto en la necesidad de presentarse ante sus vasallos con un rostro más comprensivo, casi humano.

En ese orden de cosas se inscribe otra feliz noticia que han recibido los contribuyentes argentinos porque deberán aportar al señor Pechito López dos millones de dólares anuales para que con su autito se dé el gusto de correr en la Fórmula 1, mientras continúan colaborando con cientos de verdes millones para que el fútbol "profesional" sea de "todos" y sin que aún se conozca el monto total de otra exacción millonaria que tiene media sanción en Diputados y que hará que los usuarios de telefonía celular "favorezcan" con el uno por ciento de sus facturas en mantener al deporte de alta competición y a su dirigencia. La realidad demuestra que "El dinero que se gasta en deportes, no siempre está bien gastado".

Con diversas variantes, el anclaje del socialismo del siglo XXI en las diversas monarquías sudamericanas es -¿fue?- una mezcla de los discursos del Perón de los años cincuenta del siglo pasado; autoritarismo civil-militar al por mayor; populismo, distribucionismo y dirigismo económico; saqueo rampante de los fondos públicos; indigenismo; liberalización del tráfico y consumo de estupefacientes a través de la legislación; exaltación de la homosexualidad; antinorteamericanismo declamatorio y sólo eso; sumisión de la prensa mediante mordazas aplicadas en forma directa o mediante el recurso de pautas publicitarias; uso diario hasta el paroxismo de esos mismos medios para publicitarse ante tribunas repletas de aplaudidores profesionales a sueldo de toda condición social, o para presentarse como víctimas de conspiraciones nacionales e internacionales nunca probadas; compra y alquiler de grupos de choque capitaneados por sencillos matones barriales; recepción de apoyo al por mayor de autodenominados "intelectuales", "periodistas" y "hombres y mujeres de la cultura", quienes serían en realidad, por derecha o izquierda, simples asalariados de la burocracia estatal; exaltación de la "revolución" llevada a cabo por el comandante barbudo momificado; avasallamiento de las demás instituciones que creen cogobernar el territorio; establecimiento de un nuevo Club de Amigos empresarial; la creencia de que nadie ante que ellos hizo algo de envergadura en sus reinados, y la implantación de una cleptocracia veinte años más joven que las conocidas: de ahí su peligrosidad, por su voracidad, se entiende.

Las versiones locales de los culebrones televisivos centroamericanos tienen aquí mediana audiencia. El último de ellos fue la renuncia, remoción o desalojo del titular del Banco Central con todo el aparato Ejecutivo, Legislativo, Judicial y periodístico a su disposición. Si bien la odisea no llegó a empañar las semanas del Caso Pomar, el cruel entubamiento del cantante Sandro o las extrañas peripecias vividas por un más extraño señor Fort, ha comenzado un por ahora pequeño éxodo de teleespectadores hacia la televisión estatal española (tve) en busca de mayor seriedad informativa que la aquí presentada por comunicadores sin carné habilitante que creen estar en el bar de un club repitiendo cualquier cosa que les marque el libreto oficial: "las reservas del Banco Central son del pueblo argentino"; esa institución (el Central) es independiente, la inflación es menor a un dígito; la desocupación bajó al 8,4 % o, por el mismo precio, pueden restar importancia a los cortes de luz que sufre la población o directamente ignorarlos.

Que en Venezuela exista una inflación galopante, problemas energéticos, descontento social y una constante degradación de las instituciones por parte de Hugo Chávez, debería ser tomado en cuenta por funcionarios, oposición y el electorado en general, aunque hay que reconocer que algo de eso se está dando. Asimismo correspondería que la reciente devaluación del Bolívar sea tomada por los argentinos con más seriedad de lo que amerita. Hay efectos Dominó que pueden aplacarse, pero nunca pararse.
CORREO DE BUENOS AIRES
SALINAS BOHIL

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